Estar preparados

Un estudio de la universidad de Oxford afirma que en los próximos 20 años el 47% de los trabajos serán automatizados, lo que implica que muchas de las funciones
normalmente realizadas por humanos sean reemplazadas por nuevas tecnologías, incluso por robots.

Hasta hace poco, estudiar una carrera universitaria era suficiente para entrar al mercado laboral, y mantenerse en él hasta jubilarnos; es el caso de nuestros padres que permanecieron en el mismo trabajo por más de 50 años, hasta obtener su jubilación, y “por fin” disfrutar de una pensión. Pero seguramente ese no será el caso de muchos de nosotros dado que esa realidad poco a poco se ha ido desvaneciendo, gracias al avance de la era digital, y la llamada ‘revolución industrial 4.0’, o la ‘Cuarta revolución industrial del siglo XXI’.

Hoy, después de 6 años de carrera universitaria, luego de una lucha incansable por tratar de terminar mis estudios de manera virtual y a distancia, dado que me trasladé de ciudad, soy consciente de lo poco que nos hablan a los jóvenes, y futuros profesionales sobre la Economía digital, o la automatización de los trabajos.

Entonces, ¿Sobrevivirá mi empleo, o mi profesión a la era digital? Hay quienes mencionan que la gran mayoría de las profesiones u oficios no sobrevivirán a esta revolución digital, sin embargo, un estudio del BID dice que, en efecto, algunas tareas desaparecerán, sobretodo aquellas que más se repiten, por ejemplo: los cajeros, o los meseros, que incluso ya están siendo reemplazados por Apps. Otras tareas no son tan fáciles de automatizar, por ejemplo, la tarea de cuidar a los niños o a los ancianos.

En los países desarrollados, las industrias de la electricidad, la electrónica, el plástico, los metales y las maquinarias son los sectores que se están automatizando a pasos agigantados, incluso esta tendencia también se está empezando a notar en el sector de los servicios y el transporte. Sin embargo, pese a todo este contexto América Latina sigue siendo una de las regiones más lentas en la adopción de nuevas tecnologías, lo que significa que esto va a moderar un poco la automatización.

Quizás el cambio no se vea reflejado tan rápido como los estudios nos lo indican, pero lo que si es cierto es que debemos estar preparados para esta nueva economía digital que nos invita a asumir nuevos retos, que incluso muchos ya estamos asumiendo, pues cuando la gran mayoría pensaba que la era del teletrabajo tardaría en llegar, o que quizás ese momento nunca llegaría; una pandemia aceleró este proceso al que no estábamos acostumbrados, de hecho para muchos es un término nuevo, pero éste se registró por primera vez en los años 70.

En esa medida, la tarea de todos, en general, es grande y compleja. Por un lado, hay que adquirir habilidades genéricas como la alfabetización digital, especializadas que hacen referencia a incentivar la enseñanza de las habilidades para programar, es el caso de Costa Rica que, desde hace varios años, incluyó en su pensum académico las destrezas en programación, y complementarias, destrezas que todos deberíamos adquirir para colaborar activamente con los robots o con sistemas inteligentes. Por otro lado, está la inversión pública, la adaptación de las instituciones educativas, y la responsabilidad de que sigamos invirtiendo, a lo largo de nuestra vida, en educación.

Así que la conversación apenas está iniciando, y sólo nos queda esperar que la automatización se intensifique en nuestra región.

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