Fracking social

Resulta difícil no hablar del paro, todos estamos a la expectativa de los acuerdos a los que se lleguen, ya que éstos serán determinantes para el futuro del país a mediano y largo plazo.

Hablando de acuerdos, el comité del paro entregó al gobierno nacional un pliego con varios puntos, que en su criterio darán solución a los problemas socio económicos del país. Sin embargo, el costo de estos programas asciende a los COP$ 80 billones, una cifra que es más del doble de lo que se intentaba recaudar en la propuesta de reforma tributaria, y ahí viene la gran pregunta, ¿de dónde van a salir esos recursos?

Por otro lado, dentro de las justificaciones para este paquete social, las personas que apoyan al comité del paro exaltan a países como Noruega y Canadá, símbolos de inversión, cohesión social y calidad de vida, vendiendo el discurso que Colombia debe ir por ese camino. Pero ¿cómo lograron esos países tales niveles de crecimiento? Sencillo, por el petróleo y sus políticas de regalías enfocadas en programas sociales. En el caso de Noruega, está dentro de los quince países con mayor producción petrolera en el mundo y desde 1990 el gobierno creó el Fondo de Petróleo, con el fin de cubrir sus programas sociales, y actualmente ese fondo no sólo se encarga de inversión social pero también subsidia todos los proyectos de transición energética del país. Con respecto a Canadá, ocupa el cuarto lugar de producción mundial de crudo y sexto en producción de gas natural, donde sus regalías cubren todos los programas sociales, incluidos los beneficios de welfare (una especie de renta básica), y a su vez les permite diversificar su portafolio energético a nivel global, incluyendo países como Colombia, que tiene más de 30 empresas canadienses operando en su territorio, tanto en el sector petrolero como el de minería (carbón, metales, etc.), generando empleo a miles de trabajadores, llevando infraestructura a las regiones y contribuyendo al crecimiento de la economía colombiana.

Entonces, si esos grupos progresistas auspiciadores del paro ven como modelo de referencia de igualdad social a Noruega y Canadá, ¿por qué se oponen tanto a la industria extractiva? Tal vez ese dogmatismo filosófico les hace tener una visión binaria del mundo, y les impide entender que lo primero por hacer es fijar unos parámetros claros sobre el alcance económico de producción sostenible que permita hacerse a los recursos necesarios que costearán todos los programas sociales que están exigiendo. Me recuerda uno de los dichos de mi abuela: “están llorando y con la nevera llena”

Desde hace un poco más de 10 años, se ha venido debatiendo en Colombia la posibilidad de desarrollar la técnica de fracturamiento hidráulico, más conocida como fracking. El gobierno anterior tuvo sobre la mesa la opción de hacerlo, pero quizás desecharon el proyecto al ver que era mejor aprovechar la bonanza de precios de crudo que existió en los primeros años de ese gobierno, y no enfocarse en una política de autosuficiencia energética que permitiera asegurar que el país no sólo tuviera las reservas para cubrir su demanda a mediano y largo plazo, sino que al aumentar esas reservas dos o tres veces su potencial, también se contara con más recursos para cubrir programas sociales. Es más, si se hubiera hecho fracking hace años, hoy tendríamos los recursos no sólo para cubrir el desastre económico que dejó la pandemia, sino que hubiéramos mantenido el grado de inversión, ya que no sería necesario hacer reformas tributarias para cubrir el déficit fiscal.

Actualmente, el gobierno del presidente Duque, a través de su política energética, ha dado luz verde al proyecto de fracking, pero esta vez con un componente diferente, debe ser un fracking social y responsable con el medio ambiente, aumentando nuestras reservas, producción y transporte de hidrocarburos, donde ojalá se cree ese gran fondo petrolero, permitiendo que las regiones fortalezcan su industria (artesanal, agropecuaria, etc.), así como también atraer capital extranjero que invierta en infraestructura, incrementando el empleo directo e indirecto asociado a la actividad petrolera. Igualmente, este gran fondo será clave para incorporar programas como renta básica, y sobretodo crear el puente hacia una transición energética donde los recursos también promuevan proyectos de energía solar, eólica, hidrógeno azul y verde, captura de carbón, etc.

En conclusión, el comité del paro y los grupos progresistas tienen la solución en sus manos, sólo tienen que abrir la nevera y ver que las opciones están disponibles. La gente está necesitando soluciones ya, no en el 2022. 

Dato. Para fabricar un par de zapatos Ferragamo, se necesita cuero que debe ser tratado con aditivos químicos refinados del petróleo, hilo sintético y suelas que se obtienen de productos refinados también. Una vez fabricados, y para llegar a los almacenes deben ser transportados en buques, y estos necesitan ser impulsados por fuel oil, que también es un producto derivado del petróleo. Así que, si quiere seguir usando zapatos Ferragamo, debe apoyar la industria extractiva. ¿Curioso no?

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