Tuvo que llegar la peor pandemia del siglo para que nos diéramos cuenta de lo importante que son los trabajadores de la salud en una sociedad; no son ni Messi, ni Cristiano Ronaldo quienes nos van a salvar, son los médicos y las enfermeras. Antes poco nos importaban, inmersos entre el olvido y la desidia del Estado y la mafia de la salud, tomada por políticos y empresarios de la muerte, armaban EPS de garaje para desangrar al Estado a costa de los humildes pacientes que, en el mejor de los casos, tenían que recurrir a la tutela para ser atendidos, aunque fuera seis meses después, muchas veces ni los atendían porque primero llegaba la muerte. Con dineros del Estado se hacían hospitales públicos para entregárselos a los privados, que sin ninguna contemplación los exprimía, haciendo cobros y recobros al Fosiga hasta dejarlos en quiebra, amparados en la Ley 100 que convirtió la salud en un execrable negocio de unos pocos; todos sabemos quiénes son, andan en Ferrari, hacen condominios y campos de golf. Hoy contamos con una infraestructura literalmente mediocre que no está preparada para lo que viene, el Covid 19, en países desarrollados con sistemas un poco mejores, ha causado estragos devastadores ¿Se imaginan en nuestros pueblos donde no hay ni siquiera unidad de cuidados intensivos? Solo por citar un ejemplo: el Chocó, un departamento de belleza y riqueza inconmensurables, no pasa de tener 5 camas UCI para una población de más de 500.000 habitantes. Vivimos la peor realidad, en la cual está en juego la vida de todos, pero especialmente la de esos trabajadores, quienes llegaron a acumular hasta 1 año sin recibir su salario, y cuando paraban para reclamar sus derechos, la misma sociedad los rechazaba, los tildaban de guerrilleros, chavistas y los desestimaron porque todo lo quieren regalado, hoy siguen trabajando en condiciones inestables y sin equipos de protección, y como si no fuera suficiente, ahora están siendo discriminados, seamos más humanos y compasivos, a estos héroes y heroínas sin capa, tenemos que rodearlos y protegerlos, compensarlos de alguna manera su trabajo y entrega desinteresada, son la columna vertebral de la salud y darles mil gracias. Ya murieron dos médicos en Bogotá, en Italia van más de 100, profesionales que entregaron su vida por salvar la de otros, ya es hora de que nos concienticemos y le exijamos al Estado que por fin le dé una pronta solución a la salud, que tome verdaderas medidas, como girar los más de 11 billones que le adeuda al sistema, eso sí que ese dinero esté súper vigilado por los entes de control para que llegue a donde tiene que llegar y no se quede en las EPS, seguro van a aprovechar y cuadrar caja para saldar viejas deudas e invertir en otras cosas; liderar una transformación con reformas que cambien el modelo es una obligación.
Estocada: Es el colmo de los colmos que en la Gobernación del Cesar estén entregando mercados con un sobre costo del 50%, como denunció el diputado “Quintín” Quintero y ratificó el Procurador Fernando Carrillo, definitivamente son unos enfermos de la avaricia y la codicia que no se conduele ni en medio de una pandemia, ojalá Dios los perdone, pero creo que será muy difícil