La juventud en Colombia está más allá de componer tan solo un grupo etario. La conceptualización que se da en el abordaje de los enfoques de la Política Pública tiende en situaciones (a conveniencia o no) a no realizar una diferenciación entre juventud y jóvenes, interpretando a la juventud como un todo u homogenizando a los jóvenes como un grupo poblacional unitario y sin variables. Incluso, se ha llamado en Ciencia Política al relacionamiento social de los jóvenes en la sociedad como una “apatía juvenil” debido a la acción de no participar activamente en los procesos electores o de toma de decisión.
Pero, en nuestro país no es tan cierto que vivamos en una “apatía juvenil”. Al contrario, los jóvenes han sido parte fundamental de la construcción del Estado. Y múltiples son los ejemplos que se pueden presentar en la historia colombiana; los jóvenes ilustrados en el proceso colonial, los Gobernantes Jóvenes en la Gran Colombia, la Sociedad Democrática de la Nueva Granada, la Generación del Centenario, los Pánidas, la Generación de los Nuevos y los Leopardos, el primer movimiento estudiantil que surgió en el proceso de la República de Colombia. Y en la historia más reciente, los movimientos Hippies, Punk, Hip hop, Metal, el Feminismo y el movimiento de la Séptima papeleta.
En esencia los jóvenes han estado participando desde la base de la sociedad en el proceso de construcción de país. Y aun teniendo esto les ha faltado algo importante: ser elegidos. Para que la sociedad comprenda que los jóvenes en sí construyen un enfoque o manera de edificar y ejecutar Políticas Públicas, es necesario el involucramiento directo en los procesos electores y en instituciones donde se tomen decisiones para ellos.
En el presente que vivimos a través del desarrollo digital y tecnológico, el internet y las redes sociales se han convertido en un mecanismo de participación política e incidencia donde no es necesario tener un recurso político para ejercerse o influir en democracia. Anteriormente dicha participación se tenía que suscribir dentro de un canon político para representar ideas, hoy día, las ideas jóvenes son diversas y constructivas, y muchas de ellas seducen la política tradicional y, sobre todo, a los profesionales que elaboran Política Pública.
Otra gran característica de los jóvenes es que cimentan una forma propia de ser, ver y relacionarse en una sociedad. En Colombia ser joven está determinado por un rango de edad entre los 14 y 28 años – Artículo 5 numeral 1 de la Ley 1622 de 2013– demostrando en estas edades una etapa de la vida en donde toma lugar la socialización política. Donde se experimentan nuevos ambientes fuera del núcleo familiar. Educación, Trabajo, Ocio, entre otros espacios. De por sí, es donde más se interactúa en escenarios políticos, por ejemplo, en opiniones políticas o en participación política – parchando –.
Dentro de la construcción de las Políticas Públicas y sus diferentes enfoques (Interseccional, en Derechos Humanos, en Desarrollo y Seguridad Humana) se constituye, además, una manera ontológica y epistemológica de construcción de soluciones y respuestas a los problemas que no solo el grupo etario tiene, sino que los jóvenes en medio de la pluralidad de género, etnia y clase social tienen. Como decía anteriormente, no es un colectivo demográfico homogéneo, los jóvenes tienen diferentes actitudes, intereses y trasfondos que hace que la Política Pública tenga que integrar un enfoque de juventud equiparando acciones que busquen dar respuestas a las vulneraciones que tiene esta población en el país.
Adquirir la mayoría de edad tampoco integra una homogeneidad de problemáticas. Los jóvenes aun siendo “mayores de edad” siguen teniendo en el desarrollo social de sus vidas, problemáticas que, a diferencia de otros grupos poblacionales, se resaltan más; empleabilidad, educación, recreación y salud.
Entendiendo a los jóvenes, incentivándolos al involucramiento institucional y trabajando con ellos se logra reducir las tensiones intergeneracionales y se fortalece la orientación política diversa para avivar la democracia. La mejor forma de integrar un enfoque de juventud en la elaboración y ejecución de la Política Pública es teniendo mayores liderazgos juveniles, haciéndose elegir e integrando ideas que garanticen, protejan y promuevan los diferentes derechos y enfoques que tiene un país joven, una población joven que está llamada a gobernar en los años venideros.