Heidy Sánchez Barreto

Abogada de la Universidad Libre, especialista en derecho ambiental y cursa maestría en derecho constitucional de la Universidad Externado de Colombia. Se reconoce como una mujer feminista y antimilitarista, que representa desde el Concejo de Bogotá a las nuevas generaciones de la Unión Patriótica, partido del cual es su presidenta a nivel distrital.

Heidy Sánchez Barreto

La ETB sigue en peligro

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En el Concejo de Bogotá, desde la bancada de la Unión Patriótica, desarrollamos un debate de control político al funcionamiento de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá S.A. E.S.P. (ETB), evidenciando los intentos de privatización, las falencias en el funcionamiento financiero de la empresa, la tercerización y mala calidad de los servicios, lo que, a su vez, ocasiona multas millonarias y trae consigo la intermediación y precarización de sus trabajadores. En este debate demostramos cómo se ha venido desmejorando la compañía creando de a poco la necesidad de cierre o privatización, es decir, se crean las condiciones para validar el discurso neoliberal de que lo público no es eficiente para garantizar la prestación de servicios.

El debilitamiento de la empresa pública

Este modelo neoliberal se ha venido implementado desde la primera administración de Enrique Peñalosa (1998 – 2000), cuando incluyó en su Plan de Desarrollo Distrital la venta de acciones de la ETB a un “socio estratégico internacional”. Años después llega Gustavo Petro a la Alcaldía (2012 -2015), en contradicción con su predecesor, se realizó una gran inversión para el fortalecimiento de la empresa, implementando un plan piloto de fibra óptica y construyendo la infraestructura necesaria para la telefonía móvil 4G. Asimismo, se invirtió en mantenimiento, compra de materiales y se implementó el servicio de televisión, entre otros.

Llegado el año 2016 vuelve Peñalosa al Palacio de Liévano, quien hizo aprobar durante este segundo mandato la posibilidad de enajenar hasta la totalidad de las acciones de la participación del distrito en la ETB, esto bajo la excusa de “financiar programas sociales que necesitaba la ciudad”. En el mandato de Claudia López (2020 - 2024) no fue distinto el enfoque, pues se hizo un intento de integración empresarial que buscaba ceder la infraestructura y actividades estratégicas de la ETB a empresas privadas. Ahora, con el alcalde Carlos Fernando Galán, aunque en su programa como candidato mencionaba a la ETB en varias oportunidades, en el documento borrador de su Plan de Desarrollo Distrital, pese a la mención del componente relacionado con el cierre de brecha digital, no hay ningún programa ni proyecto puntual que incluya a la compañía.

Pérdidas económicas, incremento en pago de honorarios y mayor endeudamiento

Las administraciones de estos últimos 8 años han venido acumulando la mayor cantidad de pérdidas económicas para la ETB, con su pico más alto en el año 2018 con un total de $851.923 millones, además el patrimonio se redujo de $2,3 billones en 2015 a $2,1 billones en 2022, es decir, una disminución del 3,24%. Asimismo, el rubro correspondiente al pago de honorarios en 2022 tuvo un incremento del 189%, justificado con contratos que, en su mayoría, corresponden a asesorías jurídicas y de representación judicial con respecto a varias multas y sanciones que se le ha impuesto a la empresa por la mala prestación del servicio.

Adicionalmente, los créditos de la ETB han ido en aumento desde el 2016 con entidades como Davivienda, argumentándose en la necesidad de capital trabajo1, lo cual sería necesario si hay iliquidez, sin embargo, esta solo se presentó en el 2022 por $234.465 millones, y fue producto, entre otros factores, de créditos adquiridos anteriormente y pérdidas acumuladas. Ahora bien, es importante señalar que los créditos no han sido justificados de manera clara por parte de le compañía, por lo que no se conoce y no hay sustento de que las inversiones a través de créditos se hayan realizado con el efecto de fortalecerse y mejorar los servicios prestados.

Lo cierto es que se quiere invertir en más infraestructura para arrendarla a otras empresas de telecomunicaciones privadas, que, si bien es permitido por la normatividad, no puede ser el único objetivo de la ETB. La prioridad debería ser mejorar y fortalecer la prestación de sus servicios directos, ampliar ventas propias, incrementar usuarios, reducir quejas por mal servicio, adquirir la licencia de espectro para 5G, etc.

Tercerizar la prestación de servicios

A pesar de que el servicio de televisión es uno de los más importantes y principales en la generación de ingresos de la ETB, en 2023 dejó de estar disponible para reemplazarlo por DIRECTV GO, como indicó la empresa: “ETB ofrece servicios de valor agregado de terceros, tales como servicios de suscripción a contenidos (Directv Go, HBO, WIN), servicios digitales como seguridad, antivirus, facturación y nómina electrónica, entre otros, bajo el esquema de comercializador y la prestación del servicio la hace el tercero”. En cuanto a la telefonía móvil desde el 2022 se oferta bajo el esquema de OMV (Operador Móvil Virtual), es decir, se debe de recurrir a la cobertura de red de otra empresa para prestar el servicio. Estos son ejemplos de cómo poco a poco la empresa ha cedido la prestación de servicios y se ha convertido en un simple intermediario.

Peticiones, quejas y reclamos aumentan y cuestan para la ETB

En el informe final de la Contraloría de Bogotá (auditoría de regularidad de la ETB - 2022) se evidencia que la compañía tuvo 7.715.223 peticiones, 179.034 quejas, 5.234 reclamos o recursos, para un total de 7.899.491 PQRS; cifra superior en 24,4% a las presentadas en 2020. Las peticiones más recurrentes están relacionadas con solicitudes de información o documentación, seguidas de facturas y fallas técnicas. Además, dicho informe presenta un hallazgo administrativo con incidencia fiscal y presunta incidencia disciplinaria, por un valor de $51.942.479 por el pago de multas impuestas por MinTIC a la ETB en la vigencia 2022. Al respecto, el mismo informe indica que se evidencia una “gestión antieconómica e ineficiente”, en la que incluso se incurre en “daño patrimonial al Estado”. ¿Quién responde ante esta situación? Aquí hay una clara desmejora en la prestación de servicios que, en muchos casos, se traduce en multas, es decir, costos adicionales.

¿Qué pasa con las y los trabajadores?

En la ETB se ha normalizado la contratación a través de terceros para la ejecución de actividades misionales propias de la empresa, pese a que reiteradamente se ha indicado que la externalización de labores debe responder a razones objetivas técnicas y productivas. Así, poco a poco se ha venido precarizando el empleo al interior de la compañía, buscando disminuir el número de trabajadores directos y por supuesto debilitando la sindicalización, convirtiéndose casi que en política de esta administración el desdibujar el manual de operaciones, en lo que tiene que ver con la selección directa en la contratación.

Lo anterior se refleja en que, durante los últimos 4 años, se ha aumentado significativamente la contratación: en 2020 se contrataron 125 personas jurídicas y a ellas estaban vinculados 9.075 trabajadores; en 2021 fueron 135 personas jurídicas vinculando 9.204 trabajadores; y, en 2022, se llegó a 117 personas jurídicas con 9.547 trabajadores. Con esta tendencia es claro que el aumento desmedido de personal externo para actividades misionales es una directriz permanente de la ETB. Hoy la compañía está llena de intermediarios para suministrar mano de obra, deslaboralizando por completo todos los procesos productivos o de prestación de servicios, cediendo también el capital humano y, por supuesto, incumpliendo con la implementación de la Política Pública de Trabajo Decente y Digno de Bogotá.

La crisis del neoliberalismo en las telecomunicaciones

Todo esto es muestra de que el neoliberalismo se impone en nuestro país bajo el discurso de que la eficacia económica consiste en romper con los límites estatales y con ello darle paso a una “integración de la sociedad global dirigida por el mercado”, es decir, busca la desestabilización y el detrimento de lo público. La privatización se ve reflejada en la delegación de las responsabilidades del Estado a los privados, tanto en términos de salud y educación, como en la provisión de los servicios públicos, las telecomunicaciones, la infraestructura, la seguridad, el transporte, entre otros, y la ETB no ha sido ajena a esta inserción por los gobiernos de derecha que han administrado la ciudad.

Dicha realidad quedó reflejada en el marco de este debate de control político, en el que no recibimos respuestas concretas por parte del actual presidente de la compañía, Alex Blanco, quien en el marco de su intervención nos dio la razón con respecto al debilitamiento financiero de la empresa y su falta de competitividad. La ETB es la empresa de telecomunicaciones publica de Bogotá y desde esta curul vamos a continuar defendiéndola y oponiéndonos a sus intentos, soterrados o no, de privatización.

1 “Capital trabajo” hace referencia al índice financiero utilizado para revisar si una empresa cuenta con la liquidez o iliquidez necesaria para acudir a apalancamientos financieros.

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Heidy Sánchez Barreto
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