Este 21 de octubre la Ley 1811 de 2016, conocida como la Ley ProBici cumple 4 años de ser promulgada, una ley que inició los cambios en la forma en que la sociedad en general ve a los ciclistas y les dio la importancia y derechos que merecen.
A finales de 2015 junto a Claudia López -en ese momento Senadora- y Angelica Lozano -Representante a la Cámara- radicamos la Ley ProBici, que buscaba estimular el uso de la bicicleta y mejorar las condiciones de los ciclistas, así como corregir algunas injusticias de las propias normas del momento. Esta ley promovió el rápido aumento en el número de bici parqueaderos en los sistemas de transporte masivo del país.
Entre las medidas que tiene esta ley se encuentran que por cada 30 veces que un funcionario público certifique llegar a su trabajo en cicla, recibiría medio día libre, se podrán recibir un máximo de 8 medios días al año. La norma también exige que todas las entidades públicas deben tener al menos un número de ciclo estacionamientos correspondiente a un 10% del número de parqueaderos para carros. A la fecha las entidades distritales cuentan con algo más de 3560 cupos para bicicletas vs 3120 para carros, es decir, al menos este tópico se ha cumplido ampliamente. Por el lado de los incentivos, se han otorgado 375, una cifra pequeña pero que seguramente seguirá aumentando.
La ley también buscaba que se promoviera la creación de instancias participativas para los ciclistas; al menos en Bogotá esto se logró hace un par de años con la creación de los Consejos Locales de la Bici. La ley también dio un marco jurídico para que los municipios pudieran otorgar las ciclas que no se reclaman en patios o recuperaciones, para que fueran usadas nuevamente.
Además, modificó el Código Nacional de Tránsito, estableciendo, por mencionar un aspecto, el adelantamiento a 1,5 m de distancia del ciclista, que tal vez es la medida más conocida de la ley y que los usuarios reclaman con mayor apremio.
Pero no todo ha avanzado, hay dos aspectos especialmente críticos. Uno de ellos es el artículo 3, beneficio por uso intermodal del transporte público, el cual establece que por cada 30 veces que los usuarios llegaran en bicicleta al sistema, se les otorgaría un pasaje gratuito. Lastimosamente no ha existido voluntad política en este aspecto y a la fecha ningún sistema del país ha implementado esta disposición, todos aducen que los problemas financieros lo han impedido.
Igualmente, el artículo 12, de incentivos a la industria nacional, nunca fue realmente implementado. El Gobierno Nacional nunca tuvo un programa especializado en reactivar la industria de la bicicleta en el país, por el contrario, es una industria que, a pesar del aumento considerable de usuarios en Colombia, está en cuidados intensivos y al borde de la desaparición.
China y Taiwán acaparan casi el 50% de todo el mercado mundial, Europa algo más del 25%. Despertamos a esta realidad del mercado de forma dura, cuando en medio de la pandemia hubo una gran escasez de ciclas en el país debido a los problemas que atravesaban Europa y China y a sus propios aumentos en la demanda. Hoy, conseguir una cicla nacional es muy complejo. En Bogotá, propusimos una medida que quedó consignada en el Plan Distrital de Desarrollo, el clúster del deporte (originalmente clúster de la bicicleta), donde se espera que tenga un papel protagónico el comercio de accesorios, nicho donde podemos competir más fácil en el mercado nacional e internacional.
Uno de los problemas de la ley ProBici es que en la institucionalidad nacional no ha tenido doliente, hay algunas administraciones a nivel local, en especial en las principales ciudades del país que han podido con esta ley dar grandes pasos adelante, pero por parte del Ministerio de Transporte no se ha visto una apuesta para que su cumplimiento se masifique en todo el país. Aún es una ley joven y de largo aliento, seguiremos trabajando en la ciudad para su cumplimiento integral y para mejorar día a día las condiciones de los ciclistas.
