El Sexto Estudio de Percepción ¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia?, de noviembre de 2022, realizado por la Universidad del Rosario, con el apoyo de la Fundación Hanns Seidel Stiftung, entre otros, explica, en parte, la compleja realidad que política, económica y socialmente vive hoy la juventud del país.
Los jóvenes entre 18 y 32 años, identifican como principales problemas los siguientes: la falta de empleo 80%, seguridad el 67%, corrupción el 65%, acceso a salud el 59%, falta de acceso a educación superior el 44%, inflación el 40%, calidad de la educación superior 30%, protección al medio ambiente el 29%, abuso por parte de la fuerza pública el 27%, devaluación del peso el 22%, inclusión social el 20%, representación política de los jóvenes el 8% e implementación de los acuerdos de paz el 8%.
La medición realizada en abril de 2022, señalaba que el principal problema era la inseguridad en las calles (57%) y, luego, la falta de empleo (56%). El factor más importante a la hora de buscar trabajo es el salario, con un 51%. Y la principal barrera para acceder al primer empleo, con el 70%, es la exigencia de una experiencia incumplible para quién inicia su vida laboral.
Respecto de la confianza en las instituciones, las universidades públicas mantienen el primer lugar, con el 67%; la Registraduría el segundo, con el 51%; y las universidades privadas el tercero, con el 50%. El Congreso de la República se ubica en el tercer lugar de desconfianza (77%), los influenciadores digitales están en el segundo lugar (82%) y los partidos políticos en el primero, con el 85%.
Llama la atención el hecho de que los jóvenes tienen una imagen favorable del presidente Gustavo Petro del 61%, pero la desconfianza en la Presidencia de la República sea del 61%. De las acciones que los jóvenes identifican para participar políticamente está, en primer lugar, votar, con el 58%, y las movilizaciones y protestas ciudadanas, con el 26%.
Por lo demás, se destaca que los jóvenes se informan fundamentalmente consultando las redes sociales (67%); y, a partir de la medición de noviembre de 2022, vía WhatsApp y Podcast, que en la medición de abril de 2022 no figuraban. Todo ello, contrasta con el hecho de que los influenciadores digitales gozan del 82% de desconfianza entre los jóvenes.
De estos resultados, que evidencian notoria y notables contradicciones en las preferencias de los encuestados, son diversas e interesantes las conclusiones que pueden advertirse. A continuación, algunas de ellas:
La primera, los jóvenes tienen inmensas expectativas de cambio en la persona del presidente (61% favorabilidad) pero ello contrasta con la desconfianza del 61% en la Presidencia de la República.
La segunda, los jóvenes esperan un cambio que le confían al presidente Petro, quién paradójicamente gobierna con los partidos políticos tradicionales con mayor representación en el Congreso de la República, donde los unos y el otro, gozan de la mayor desconfianza aquellos, del 85% y 77%, respectivamente.
La tercera, si bien es cierto las universidades -públicas y privadas- gozan de una aceptable confianza dentro de los jóvenes, pareciera que la formación profesional que están ofreciendo no se halla sintonizada con los requerimientos de competencias y perfiles que requiere el mercado laboral, y el acceso a los centros educativos es un problema que enfrentan.
La cuarta, los jóvenes parecieran gozar de una preocupante desinformación a partir del hecho de que fundamentalmente lo hacen consultando las redes sociales, cargadas de noticias falsas, datos imprecisos y afirmaciones subjetivas expresadas como si fueran noticias. Característica que identifica a muchos, como el senador Gustavo Bolívar, que si bien es cierto no está en el rango de los jóvenes entre 18 y 32 años, claramente se comporta con mayor inmadurez y carencia de seriedad informativa.
A menos que el presidente Petro, en los próximos meses, logre materializar un cambio significativo que pase de la narrativa a la generación real de empleo y de calidad, garantizando, además, la seguridad de los colombianos, lo que espero así sea, estos resultados de percepción de los jóvenes darán un giró dramático y pondrán en evidencia que la narrativa logra favorabilidad en la redes sociales, pero no se traduce en empleos y en seguridad. Sin inversiones y empresas privadas robustas y activas, no habrá nuevas oportunidades de empleo y menos de calidad.