Norte de Santander nunca pudo ser conquistado. Por las venas de nuestra gente corre la sangre de los indios Motilones y Chitareros, unos Caribe y otros Chibchas, de ahí ese sentimiento arraigado en lo profundo de nuestro espíritu, cultura y tradiciones. La intensidad en las emociones, la capacidad de amar por igual al sol y al frío.
El primer europeo en pisar estas tierras fue Ambrosio Alfinger en 1530, un alemán muerto en combate a las afueras de la hoy Chinácota a manos de indios Chitareros. Sus sucesores correrían la misma suerte, huirían ante la resistencia de los pueblos indígenas que las habitaban.
No fue sino hasta 1549, cuando las riquezas de las minas de oro que rodeaban a la hermosa Pamplona, permitirían la fundación de la primera ciudad en este territorio. La Ciudad Patriota Pamplona, la tierra de mi madre, también pionera en proclamar su independencia el 4 de julio de 1810.
El 2 de abril de 1792, nacería en Villa del Rosario de Cúcuta el hombre que le daría forma a nuestra república Francisco de Paula Santander. Ese espíritu indomable se mostraría nuevamente un 28 de febrero de 1813, durante la Batalla de Cúcuta, una batalla que dio inicio a la campaña admirable que conduciría a la independencia de Colombia y Venezuela.
Colombia nace en tierras Norte Santandereanas, allí se escribió nuestra primera Constitución el 30 de agosto de 1821, de la cual celebramos 200 años. Y allí mismo esta nación enfrentó el primer desafío a su naciente democracia. Cuando Simón Bolívar vería frustradas sus ambiciones vitalicias al no tener en cuenta la naturaleza de los que aquí nacieron “No he luchado 14 años contra Fernando VII para tener ahora un rey que se llame Simon I” le diría el Santandereano.
Sin embargo, pareciera que producto de esa capacidad de resistir imposiciones, a no dejarse implantar gobiernos foráneos y por su misma naturaleza franca en el hablar, el departamento se ha ido quedando aislado con los años. Pareciera también que el país se acostumbró a ver como extraños a los mas colombianos, y es que las fronteras en el oriente no han necesitado de mas defensa que la que han dado los nortesantandereanos.
Cuando desde Bogotá se ha pedido dignidad para mantener cerradas las fronteras y resistir al opresor de los venezolanos, quienes han puesto la cuota de sacrificio en su economia han sido los cucuteños, los ocañeros, ha sido el departamento. Pero el país no ha respondido con generosidad a este esfuerzo.
La integración económica con el pais es dificil, demanda infraestructura adecuada. De Bucaramanga nos separan 195km en 5 horas de viajes por tierra, la infraestructura del departamento es precaria por el norte de Cúcuta hasta Ocaña una carretera difícil de 201 km y al menos 5 horas de viaje en verano, de Ocaña a alguno de los puertos existen 428km que se hacen en otras 7 horas.
Los indicadores no son buenos, el desempleo del departamento supera el 20% y la informalidad el 70%. Por su territorio transitan la mayoría de venezolanos que huyen del régimen de Maduro, más de 100.000 de ellos han decidido quedarse a probar suerte de forma permanente, la existencia de mas de 40.000 hectáreas de coca en el Catatumbo, la crisis que trajo consigo el COVID. Conforman un panorama que eleva la presión a niveles difíciles de tolerar para sus ciudadanos.
El desempleo, la inseguridad ciudadana y la pobreza que hoy se enfrenta en el departamento tienen un común solucionador. Generacion de oportunidades que contribuya a la creación de empleo, a la rápida integración social de los hermanos. El suelo del departamento es rico, sus campos pueden producir productos de gran calidad. El café, cacao, frutas y verduras, carne y pollo que antes tenían como destino Venezuela necesitan otros centros de consumo.
Pero para reactivar el campo se requiere disminuir el costo del transporte de los productos hacia el interior del país. Para poner a producir el subsuelo se requieren vías férreas, el departamento tiene el potencial de desarrollar rápidamente el carbón metalúrgico de mejor calidad del mundo, tiene además potencial en oro, arcillas, uranio.. etc. Pero el mercado de estos minerales está en el exterior, sin la infraestructura necesaria para transportarlos es imposible aprovecharlos. La industria del calzado y marroquinería del departamento tambien era bien reconocida por su calidad, asi como la de textiles.
Reactivar la zona franca no tendría mayor complejidad en tiempo. Las nuevas tecnologías, apoyadas por el trabajo que viene desempeñando la Cámara de Comercio facilitarían el acceso a nuevos mercados. Esta tierra ha sido forjadora de grandes emprendimientos, Camilo Daza el primer aviador de Colombia, la concesión Barco, la primera empresa de explotación de petróleo, ha tenidola única línea férrea internacional del pais.
Los empresarios de la región han demostrado tenacidad en los tiempos difíciles, pero no podemos dejarles solos. La creación de las ZESE por parte del gobierno es un avance, pero mientras persista la imposibilidad de conectar físicamente los productos con sus mercados el departamento seguirá incumpliendo la promesa de mejorar la calidad de vida y bienestar de sus ciudadanos.