Alejandro Toro

Conferencista y defensor de derechos humanos en Colombia. En la actualidad Representante a la Cámara del departamento de Antioquia por el Pacto Histórico, período 2022-2026. ​​​​

Alejandro Toro

Los vendedores informales necesitan la reforma pensional

Por encima de cualquier otra cosa, la reforma pensional está dirigida para darle una vida digna a los adultos mayores que por el motivo que sea llegaron a la edad de pensión sin poder tener un ingreso para su vejez. Para que nuestros abuelitos y abuelitas que no tienen pensión no tengan que levantarse todos los días al rebusque, a someterse a labores penosas para tratar de conseguir algún recurso que llevar a sus hogares en vez de estar disfrutando de su tercera edad.

Este es el fin del pilar solidario, quizás la principal y más importante diferencia del modelo propuesto con la reforma pensional frente al modelo actual. En términos simples, con el pilar solidario se busca que los colombianos en condición de vulnerabilidad que no tengan pensión puedan obtener una renta básica solidaria. El valor de esta renta no podrá ser inferior al valor de la línea de pobreza extrema para el 2023, que es de $223.800 pesos, y deberá aumentarse cada año desde el 2026 de acuerdo al Índice de Precios del Consumidor, esto es, de acuerdo a la inflación.

Con el pilar solidario esperamos poder otorgar un ingreso mensual a más de 2.700.000 adultos mayores del país, personas que merecen contar con un recurso económico fijo que les permita subsistir, que les permita no ser una carga para sus familias sino una fuente adicional de ingresos en el hogar.

Hay quienes se indignan con la idea de una renta básica solidaria para quienes no aportaron a la pensión, piensan que se trata de justificar la vagancia de algunos perezosos que no quisieron trabajar y quieren vivir a expensas de las cotizaciones del resto de trabajadores colombianos, de los impuestos que alimentan el Presupuesto General de la Nación. 

A esas personas les pregunto, ¿consideran que los adultos mayores que viven de, por ejemplo, vender BonIce o Vive100 en las calles, no han trabajado lo suficiente, no merecen estar en sus casas en vez de parados todo el día en calles y semáforos aguantando sol, o peor aún, sin poder tener como trabajar cuando llueve? Porque serán ellos los principales beneficiados con el pilar solidario, son para quienes hacemos la reforma.

Se estima que hay en el país alrededor de 6.000 vendedores de estos productos, los cuales no tienen afiliación a seguridad social, no reciben las prestaciones de ley, ni siquiera un salario. Son personas que trabajan jornadas normalmente entre las 12 y 12 horas, que ganan de acuerdo a la cantidad de producto vendido. Se tiene que en promedio un vendedor de BonIce gana entre $8.000 y $12.000 pesos al día, asumiendo que tuvo un buen día. Jornadas que las pasa en la calle, sin acceso a baños, lugares fijos para consumir alimentos, ni siquiera la posibilidad de acudir al sistema de salud por una enfermedad laboral porque no está afiliado a una ARL y, evidentemente, sin que le sirvan para aportar a pensión.

Mientras tanto Quala, la empresa dueña de estos productos, tuvo en el 2022 ingresos por más de 1.3 billones de pesos. Ganancias producto del trabajo de sus vendedores a los que no son capaces de ofrecer las mínimas condiciones para el trabajo formal, mucho menos el aporte para que se puedan pensionar. 

Como a esta empresa y otra más que ganan a partir de la precariedad laboral no les importa si sus trabajadores puedan tener una vejez digna, se necesita la reforma pensional con el pilar solidario para que las personas cuyo trabajo no es reconocido con las prestaciones sociales estipuladas por la Ley puedan contar con un recurso económico fijo en su edad mayor. Para que abuelitos y abuelitas que deben salir todos los días a las calles a vender por 10, 12 horas porque no tienen otra opción puedan tener una vida digna.

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