Gloria Diaz

Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado; Magíster en Estudios Interdisciplinarios sobre desarrollo; especialista tanto en Gestión Regional del Desarrollo como en Gestión Pública e Instituciones Administrativas de la Universidad de los Andes. Tiene amplio conocimiento y experiencia en agenda legislativa y control fiscal, y un gran interés por la implementación, ejecución y evaluación de políticas públicas. Gerenció la Contraloría General de la República en el departamento de Boyacá. Así mismo, fue Edilesa de la localidad de Santa Fe.

Gloria Diaz

Metro de Bogotá: 81 años de ilusiones y engaños

Parece increíble pensar que desde el año 1942, cuando la capital del país contaba con apenas 400 mil habitantes, existía un sistema de transporte público que hoy incluso anhelaríamos tener en Bogotá. En ese momento, un imponente tranvía recorría diferentes puntos de la ciudad con una alta demanda de pasajeros. Al día, fácilmente podía llegar a transportar 200 mil personas.

Según una reseña histórica presentada recientemente por la Empresa Metro, para ese entonces, Carlos Sanz de Santamaría quien era el alcalde de Bogotá, propuso la construcción de un Metro, así como la reserva de terrenos en una franja paralela a los cerros orientales de Bogotá. Sin embargo, pese a que después del Bogotazo ocurrido el 9 de abril de 1948 fueron muchas las intenciones de reconstruir la ciudad, las líneas férreas y el proyecto inicial del metro, fueron los últimos en ser contemplados.

Ya en la década de los 50ts se seguía manteniendo la idea de construir un metro, pero factores como que el Concejo de Bogotá para ese entonces, no autorizara un préstamo para el proyecto, el ingreso de una “moderna” flota de buses, y que los Gobiernos del Frente Nacional descartaran la iniciativa, echaron de para atrás el proyecto.

Para los años 60ts el alcalde Jorge Gaitán Cortés, propuso la construcción del Metro y el Tren de Cercanías para atender las necesidades de una ciudad en crecimiento, por lo que el Gobierno distrital insistió ante la Nación en la construcción de una primera línea de Metro por la Avenida Caracas entre calles 68 y 22 sur. Posteriormente, el alcalde Virgilio Barco, reservó $200 mil dólares para hacer un estudio sobre un sistema de transporte masivo para Bogotá el cual, al parecer nunca se definió.

Como suele ocurrir con nuestros dirigentes desde tiempos inmemorables, en los años siguientes, diferentes sectores políticos no consideraron prioritario el proyecto, debido a las dificultades de financiación lo que llevó a archivar el proyecto año tras año… En 1988 Bogotá con 3,9 millones de habitantes, definió incluso la realización de un metro de la mano la empresa italiana “Intermetro SPA”, la cual planteaba rehabilitar el 75% de las vías férreas existentes mediante tres fases de obra. La línea prioritaria estaba definida con 23 kilómetros en superficie y conectaría a la ciudad desde Localidades como; Kennedy, Ciudad Bolívar y Fontibón. Sin embargo, con el paso se los años nunca se concretó.

En 1996 durante la Alcaldía de Mockus, fue formulado el Plan Maestro de Transporte Urbano, con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, pero para este año, la crisis fiscal y las severas restricciones de crédito internacional impidieron impulsar el proyecto.

Con la administración de Enrique Peñalosa, inició la adquisición de algunos predios en la Localidad de Bosa, contemplando en un futuro muy lejano la construcción del Metro, mientras Transmilenio llegaba a la ciudad como “la gran invención” con corredores exclusivos, y estaciones. Comenzó a operar con 14 buses por la Troncal de la Caracas, entre la calle 80 y la calle sexta, hasta convertirse en el principal y único medio de transporte masivo que ha existido en Bogotá hasta la fecha.

Con la llegada de Gustavo Petro a la alcaldía de Bogotá, inició una nueva disyuntiva para el Metro, ya que se adelantó un nuevo estudio para que este fuera subterráneo con un trazado desde el Portal de las Américas en Bosa, hasta la Calle 127 con Carrera 9. El costo se estimó en $13,9 billones, pero la caída en el precio del petróleo a nivel mundial y la devaluación del peso colombiano superior al 60%, dejó inviable financieramente el proyecto. Fue entonces cuando apareció de nuevo Enrique Peñalosa, quien, en medio de su campaña en 2015 por su segunda alcaldía, propuso un Metro elevado para reducir costos con el presupuesto disponible.

Tiempo después, desde el Concejo de Bogotá autorizamos la creación de la Empresa Metro de Bogotá, desde donde se realizaron nuevos estudios a partir del análisis de la información de los estudios anteriores, evaluando la viabilidad de que la primera línea fuese un trazado 100% en viaducto a lo largo de las avenidas Villavicencio, Primero de Mayo, calle 8va sur, calle primera y avenida Caracas.

Fue hasta octubre de 2019 cuando un conglomerado de empresas chinas cumplió con todos los requisitos de la licitación pública internacional; por lo cual, se presentó al proceso de concesión. Para que la Empresa Metro en 2020 por fin firmará el acta de inicio del contrato.

Pero al parecer 81 años no han sido suficientes para que nuestros ilustres dignatarios se pongan de acuerdo para construir el tan anhelado Metro de Bogotá. Iniciando este 2023, el ahora presidente de Colombia Gustavo Petro, insiste en su intención de construir un tramo subterráneo del metro que podría modificar drásticamente los costos y el tiempo de lo ya estipulado en los últimos estudios para la ejecución del contrato.

El dilema ahora se divide entre lo que quiere el presidente y la realidad presupuestal del Distrito, que, de acuerdo con Claudia López está en cuidados intensivos. Según el consorcio chino, realizar un tramo subterráneo desde la Av. Primero de mayo con Caracas hasta la Calle 72 costaría entre 12 y 17 billones de pesos adicionales, lo que implicaría un cambio del contrato que podría tener grandes efectos jurídicos y económicos.

Entre tanto, el Gobierno asegura que se va hacer cargo de estos recursos, pero a través de la modificación de la ley Metro de 1994 para poder acceder a esta financiación adicional… Pero mientras termina todo este juego de ilusiones y engaños que ha traspasado más de 3 generaciones y que se ha convertido en “El Metro imaginario de Bogotá”, millones de ciudadanos padecen a diario las dificultades de movilidad en una ciudad donde ya resulta imposible moverse, ya sea en Transmilenio, taxi, moto, bicicleta o vehículo particular.


Según la empresa estadounidense Inrix, actualmente Bogotá, se encuentra entre las 10 ciudades con peores índices de tráfico en el mundo, ya que una persona en promedio puede perder más de 100 horas al año en trancones, y precisamente debido a este descontento por las malas condiciones del actual transporte público, los ciudadanos cada
vez más buscan nuevas alternativas.

Esperemos muy pacientemente que, en 2028, como aseguró la alcaldesa Claudia López se termine de una vez por todas el Metro y sin tanto contratiempo, porque, ¿Cuántas décadas más tendremos que esperar los bogotanos para tener un sistema de transporte público digno?.

Amanecerá y veremos…

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