Desde el primero de enero, Bogotá ha comenzado a sentir vientos de cambio. La Bogotá a la que veníamos acostumbrada, llena de inseguridad y con una situación caótica en materia de movilidad lentamente comienza a transformarse de manera positiva con un plan de choque implementado por el alcalde Carlos Fernando Galán. Para no ir lejos, las primeras semanas de enero vimos al mismo alcalde con casco puesto acompañando a la Unidad de Mantenimiento Vial en un plan que intervendrá malla vial y señalización de 100.000 metros cuadrados de pavimento. Ganan los conductores, pero en especial, los motociclistas que fueron víctimas mortales producto de la negligencia de la administración de Claudia López.
Por otra parte, el alcalde inició una serie de visitas sorpresa a las diferentes obras de la ciudad. La constante supervisión de la nueva administración acabará con la improvisación en las vías, asegurando que avancen según los tiempos planeados. Será necesario acabar con la permisividad contractual y con la cultura de la adición y las interminables prórrogas a los contratos de obra. Es la oportunidad para concluir las grandes arterias de la ciudad y salidas como la Autopista Norte, la vía suba Cota, la Calle 63 y la ALO.
Sin embargo, la solución a la movilidad no para con la construcción de las vías. Recientemente el mandatario distrital se reunió con el Gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey, buscando fortalecer la movilidad de la región metropolitana de Bogotá. Discutieron y avanzaron en proyectos como Regiotram de occidente, extensión de Transmilenio hasta Soacha, Línea 3 del Metro, y precisamente la extensión de la Calle 63. Los dos mandatarios han demostrado compromiso y disposición para mejorar la movilidad y la calidad de vida de los habitantes de la región.
Durante el primer Consejo de Seguridad, se dio inicio a la estrategia Bogotá Camina Segura (Bandera de Campaña). Gestionó ante el Gobierno Nacional la adición de 650 nuevos policías para la ciudad, 150 llegarán en febrero y 500 que estaban de manera temporal quedarán de manera permanente. Para mitigar los hacinamientos en las cárceles y evitar que delincuentes queden libres por falta de cupos, en pocas semanas definirán la entrega del predio para la construcción de la segunda fase de la cárcel distrital. Con acciones como estas, Bogotá pronto volverá a caminar segura.
La inclusión social y la lucha contra el hambre no se queda atrás; el alcalde anunció que se incrementará en un 4% el número de hogares beneficiarios de Ingreso Mínimo Garantizado. 454.000 hogares se beneficiarán de estas transferencias y 216 mil personas saldrán de la pobreza producto de las iniciativas lideradas por el Secretario Roberto Angulo. Construir sobre lo construido permite fortalecer los programas que ya han demostrado su éxito.
Carlos Fernando Galán, a menos de un mes de haber tomado posesión, demostró que llegó a resolver los problemas de la ciudad. Situación que no ha podido ser demostrada por el Gobierno Nacional año y medio después de haber tomado posesión. La inseguridad del país que vemos hoy en día nos recuerda a los años 90. La falta de planeación del fenómeno del niño ha dejado a los mandatarios locales sin herramientas para combatir los incendios forestales. Nos hemos vistos enfrentados a una escasez de medicamentos a causa de las trabas del INVIMA. Pretenden imponer un nefasto sistema de salud, cuando han demostrado no poder gestionar un millón de vacunas antes de su vencimiento. A pesar de haber apretado a los ciudadanos con reformas tributarias y alzas en el precio de la gasolina, tuvieron la ejecución presupuestal mas baja en una década. Un año y medio de gobierno, y la culpa aún es del gobierno anterior. A diferencia de la calidad de alcalde que tiene Bogotá, Colombia.