Privilegiado es el lugar del planeta en el que nos tocó por suerte nacer y lo es tanto que se le compara con el Paraíso Terrenal. Así lo cantó Nino Bravo:
“¡América es América!
Todo un inmenso jardín eso es América
Cuando Dios hizo el Edén pensó en América”
Del Polo Norte al Polo Sur se desarrolla una extraordinaria geografía que sirve de hábitat a miles de especies que no dejan de maravillarnos. No imagino cómo sería el mundo sin América… los europeos sí y durante siglos mientras que aquí se desarrollaban culturas fantásticas. Cuando, por cosas del azar, vino a ser descubierta las cosas no volvieron a ser como antes.
De esta América ¡que es una sola y no tres! Hay cosas inexplicables como por ejemplo que no tengamos las mejores autopistas y un sistema de trenes, el más avanzado del mundo que la unan. China trabaja en su Ruta de la seda que unirá Pekín con Madrid y nosotros, contando con el país más desarrollado, con la potencia mundial desde hace más de un siglo, no fuimos pioneros como tampoco ahora nos atrevemos a seguir el ejemplo del gigante asiático emprendiendo un proyecto de esa dimensión que haría de esta América una verdaderamente grande.
En lugar de unir con redes de comunicación a nuestra América le hicimos un surco que causó una herida que no ha cicatrizado: En el Canal de Panamá debería construirse un gran puente que la cosiera. Otra herida abierta es la de una pequeña isla situada a pocas millas del continente con una situación estratégica que fue tomada por un comunismo importado de muy lejos ya hace sesenta años para desgracia de nuestros pueblos.
Por el camino equivocado de una migración desbocada se está creando una extraña mezcla entre los pueblos americanos que ha obligado a construir muros en lugar de puentes. Ese camino lleva a los peores escenarios como ocurre con el híbrido de corrupción electoral que ha puesto en jaque al país del norte. Siguiendo día a día y por los medios alternativos el desenvolvimiento del vergonzoso fraude perpetrado en las elecciones en Estados Unidos de América no paro de asombrarme al ver como se llegó a ese extremo antes inimaginable y, para remate, el descaro con el que los implicados en él se desentienden y no dan la menor explicación.
Vivimos en carne propia el fraude monumental orquestado por Santos para hacerse reelegir y sufrimos las consecuencias de no haber ido hasta el fondo del asunto. La oposición que era plenamente consciente del terrible costo que significaba un nuevo periodo de tan funesto personaje, no estuvo a la altura de su responsabilidad histórica.
En cambio Donald Trump si actúa estando consciente de lo que ocurriría en el caso de que el fraude se imponga con graves consecuencias para nuestra América entera, no solo para la del norte. Lo que implantó Chávez, con el aval de Carter y Gaviria, para imponer su dictadura, a través de las grietas de una democracia resquebrajada, es lo mismo a lo que ha acudido Biden y su gente. Entre otros, mal indicio fue ver a Obama con megáfono invitando a votar por su camarada en la Florida. Cierto tufillo de populismo fue lo que se sintió con esa payasesca jugada aplaudida por todos los medios que la acompañaron con encuestas manipuladas.
A pesar de que Estados Unidos de América ha sufrido de los males que sufrimos en nuestros países del sur -como la corrupción, las mafias, el narcotráfico y el crimen organizado-, ha sabido mantener una democracia ejemplar. Si es por el camino del fraude que los demócratas retoman el poder, triste será el destino de esa gran nación.
Ojalá sea para bien, quiera Dios que se resuelva correctamente esa terrible situación y podamos construir lo que está pendiente: una América solidaria que conserve plenamente sus naciones y se fortalezca en el intercambio de las cosas buenas y muy buenas y no de porquerías y malos ejemplos.
