
Iniciamos un nuevo año con grandes retos y metas por cumplir; en perspectiva, deben mejorar los indicadores negativos dejados el año anterior, por los efectos devastadores de la pandemia de la Covid-19; los cuales han afectado sustancialmente las economías, la productividad, el empleo, la salud, y todo esto, ha profundizado la inequidad social e incrementado, los índices de pobreza en nuestro planeta.
En Colombia, como en muchos países, enfrentamos el segundo pico epidemiológico de la pandemia de la Covid-19, que tiene en alerta nuestro sistema sanitario por el incremento desbordado de los contagios, muertes y alta ocupación de las unidades de cuidados intensivos – UCI- la cual sobrepasa el 90 % y en algunas ciudades, las entidades hospitalarias están al 100 %. Las festividades de fin y comienzo de año, pronosticaban un incremento de los contagios por la indisciplina, reuniones familiares, falta de cultura ciudadana, cansancio “pandémico” y por algunas decisiones equivocadas de mandatarios locales que permitieron celebración masiva de eventos deportivos -tal como ocurrió en Bogotá- y también, por una pésima planeación de la actividad comercial de los vendedores informales en muchas ciudades del país, registrando un “record” de cifras que supera los 20.000 contagios y cifras de fallecimientos que superan mas 300 día. Es claro que, el virus se encuentra en su mayor expansión y sin duda, este mes tendremos el punto máximo de muertes y contagios.
Lo anterior, ha conllevado a que se implementen nuevas medidas epidemiológicas, cuarentenas estrictas, restricciones de movilidad y toques de queda que, sin duda golpearán negativamente los pocos avances que se tenían en materia de recuperación económica, en el último trimestre del año anterior.
El primer reto que tiene el gobierno nacional y las autoridades sanitarias, es contener la expansión del virus, con las nuevas medidas restrictivas de movilidad y estabilizar la ocupación de las unidades de cuidados intensivos- UCI, para poder atender con diligencia especializada a los pacientes que lo requieran, disminuir las posibilidades de fallecimientos y suministrar a tiempo la demanda de medicamentos que se requieren, en estos tratamientos contra el coronavirus.
La buena noticia es que el gobierno nacional, avanza positivamente en materia presupuestal, para amparar los contratos de adquisición de vacunas; se ha destinado 1.53 billones para avanzar en la suscripción de contratos con las farmacéuticas: AstraZeneca para la adquisición de 10 millones de dosis, Pfizer otros 10 millones de dosis, Janssen la compañía de biológicos de Jhonson & Jhonson, 9 millones de dosis y a través de la plataforma Covax, 20 millones de vacunas adicionales, para un total de 49 millones de vacunas que, a partir de febrero, con el Plan Nacional de Vacunación, diseñado por el Ministerio de Salud y Protección Social y demás autoridades sanitarias, iniciarán el proceso de vacunación en todo el país.
Esperemos que se logre la inmunidad de rebaño después del segundo semestre y efectivamente, se logren vacunar los 35 millones de personas, de acuerdo con las fases y metas establecidas por el gobierno nacional, para avanzar en el proceso de inmunización contra el coronavirus con la mayor rapidez posible; es necesario aprender de otras experiencias exitosas como la de Israel, que lidera el “ranking” global de vacunación en el menor tiempo y los casos de contagio bajaron al 50 % en 14 días, con la primera dosis.
Es muy importante, que el gobierno nacional implemente de manera rápida campañas de sensibilización y pedagogía, para contrarrestar los falsos mitos de los efectos de la vacuna contra la Covid-19, que pregonan algunos escépticos, se debe generar confianza, pues según una encuesta del DANE, el 42 % de los colombianos afirma no estar interesado en aplicarse la vacuna y no puede permitirse que sectores políticos, hagan populismo y politiquería, con un tema tan delicado de salud pública, como son los acuerdos de confiabilidad, suscritos con las farmacéuticas y el proceso de vacunación que debe adelantarse en el país.
Hay que facilitar cuanto antes, que los privados puedan adquirir las vacunas contra el coronavirus, previa autorización de la entidad respectiva, y de esta manera, se podría avanzar más rápido en la inmunización de más personas que no están en la fase inicial de vacunación definida por el Gobierno, entre estos, las personas vinculadas a la actividad comercial, supermercados, restaurantes, bares, servicio de transporte, que atienden público permanentemente y personas que de manera individual, quieran vacunarse anticipadamente con sus propios recursos.
Otra de las prioridades y desafíos para el 2021, debe ser la reactivación económica, la generación de empleo y reconstrucción del tejido social. La meta que se ha propuesto el equipo económico del gobierno, es crecer este año 5 % del PIB, y generar más de 2 millones de empleos en el segundo semestre de este año. Sin embargo, una senda de crecimiento sostenido se logrará, por lo menos en un periodo de 4 años, debido a la pérdida de valor social económico, que ha ocasionado la pandemia.
Las perspectivas económicas globales del Banco Mundial, proyectan para Colombia, un crecimiento del 4.9 %, muy por encima del promedio latinoamericano que se estima en un 3.7 %, estas perspectivas de crecimiento económico, si bien son alentadoras, solo se lograrán, en la medida que se pueda mitigar los efectos de la pandemia en la economía, se distribuyan y apliquen las vacunas, se estabilicen los principales indicadores macroeconómicos a nivel global, se impulsen las inversiones públicas en materia de construcción de obras civiles, dándole continuidad a las obras viales de cuarta generación, que se avance en la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá y en los programas de vivienda de interés social – VIS- y -No VIS- que en el 2020 crecieron en un 14 %, impactando positivamente las cifras de empleo.
Es necesario seguir brindando apoyo, con líneas de crédito económico a las pequeñas y medianas empresas -MyPymes- que generan alrededor del 80 % del empleo formal y que han sido duramente golpeadas. En Bogotá y la región de Cundinamarca, 54.838 empresas medianas y pequeñas, cerraron su actividad empresarial o comercial al cierre de la vigencia 2020, generando un impacto de incalculables consecuencias en el empleo formal y también, las largas cuarentenas por localidades, ocasionaron el cierre de empresas, incrementando notablemente el desempleo formal e informal, en donde los sectores más afectados han sido los de entretenimiento, bares, restaurantes y hoteles. Es claro que, se requiere de acciones audaces en materia de política pública, para crear condiciones que eviten la insolvencia de más empresas e incentiven la generación de nuevas inversiones privadas, que impulsen la reactivación económica y la generación de empleo.
Las perspectivas para Colombia en el 2021, son retadoras en materia de reactivación económica, inversión extranjera y salud pública con el Plan Nacional de Vacunación que debe implementar el Gobierno Nacional en el menor tiempo posible. También será un año de debate político por el inicio de pre campañas para las elecciones al Congreso de la República y la Presidencia, las cuales pondrán a prueba la capacidad de los partidos y sus líderes, para realizar alianzas políticas en torno a la consolidación de posiciones ideológicas de centro derecha o centro izquierda, que definirán el futuro del país en el mediano plazo.
La pandemia del coronavirus, obligará necesariamente a las campañas políticas a profundizar estrategias de comunicación, marketing político y virtualidad, de manera que lleguen a los electores y estos a su vez se identifiquen con sus programas y propuestas, de cara a las verdaderas soluciones en este momento de crisis. Será una oportunidad histórica para modernizar los partidos, cambiar la cultura política, transformar el sistema electoral colombiano, disminuir los altos niveles de abstención electoral en nuestro país y fortalecer nuestro sistema democrático.