Comparto algunos poemas que he leído y seleccionado para ustedes en esta cuarentena. Poemas para alimentar el alma.
A UN PESIMISTA
JOSE ASUNCION SILVA
Hay demasiada sombra en tus visiones,
algo tiene de plácido la vida,
no todo en la existencia es una herida
donde brote la sangre a borbotones.
La lucha tiene sombra, y las pasiones
agonizantes, la ternura huida,
todo lo amado que al pasar se olvida
es fuente de angustiosas decepciones.
Pero, ¿por qué dudar, si aún ofrecen
en el remoto porvenir oscuro
calmas hondas y vívidos cariños
la ternura profunda, el beso puro
y manos de mujer, que amantes mecen
las cunas sonrosadas de los niños?
JUNTOS LOS DOS
JOSE ASUNCION SILVA
Juntos los dos reímos cierto día…
¡Ay, y reímos tanto
Que toda aquella risa bulliciosa
Se tornó pronto en llanto!
Después, juntos los dos, alguna noche,
Reímos mucho, tanto,
Que quedó como huella de las lágrimas
Un misterioso encanto!
Nacen hondos suspiros, de la orgía
Entre las copas cálidas
Y en el agua salobre de los mares,
Se forjan perlas pálidas!
Tarde oscura
Luis Cernuda
Lo mismo que un sueño
Al cuerpo separa
Del alma, esta niebla
Tierra y luz aparta.
Todo es raro y vago:
Ni son en el viento,
Latido en el agua,
Color en el suelo.
De sí mismo extraño,
¿Sabes lo que espera
El pájaro quieto
Por la rama seca?
Lejos, tras un vidrio,
Una luz ya arde,
Poniendo la hora
Más incierta. Yace
La vida, y tú solo,
No muerto, no vivo,
En el pecho sientes
Débil su latido.
Por estos suburbios
Sórdidos, sin norte
Vas, como el destino
Inútil del hombre.
Y en el pensamiento
Luz o fe ahora
Buscas, mientras vence
Afuera la sombra.
Agradecimiento
Wislawa Szymborska
Debo mucho
a quienes no amo.
El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.
La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.
Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
y eso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.
No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.
Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.
Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.
Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.
Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.
Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.
“No les debo nada”,
diría el amor
sobre este tema abierto.