Finalizados los comicios del pasado 29 de octubre, los mandatarios electos se enfrentan a una de las etapas más coyunturales del proceso administrativo como es, organizar su gabinete.
La escogencia de las personas idóneas para acompañar al burgomaestre debe pasarse por un cedazo y a la vez alejarse de los amiguismos y recomendaciones arbitrarias hechas por los que pusieron el billete de la campaña.
Siempre les he aconsejado a mis amigos que se lanzan a la política, que últimamente son muchos, que ok, está bien que tengan unas responsabilidades para con los financiadores, total ellos fueron que movieron su maquinaria, legal o no, pero son los que los tienen sentados en esas sillas en los distintos entes territoriales, y pues esos compromisos hay que cumplirlos en aras de la seriedad.
Pero una cosa es, cumplir con compromisos políticos y otra muy diferente, es dejar que manejen la mano en la que tienen los lapiceros, impongan su criterio a la hora de la escogencia de los empleados y busquen favorecer a sus áulicos con contratos a dedo y sin las mínimas condiciones legales. Recuerden que el que paga todos esos daños colaterales es el ordenador de gasto, no el secretario, no es el jefe de contratación, no es el asesor, ni mucho menos el padrino político, es el representante legal del ente territorial, llámese, Gobernador o alcalde.
El municipio de Quibdó, que es al que hoy quiero referirme, tiene, de acuerdo con las proyecciones del DANE, 142,184 habitantes: 76,696 mujeres (53.9%) y 65,488 hombres (46.1%), que representan el 23.9% de la población total de Chocó en este 2023. Así que esas, ciento cuarenta y dos mil y pico de almas, hayan votado o no por el nuevo mandatario, en este caso Rafael “Teddy” Bolaños, esperan que cumpla con esa inmensa responsabilidad que hoy carga sobre sus hombros, su espalda y su cabeza: Dirigir a Quibdó hacia un puerto seguro.
La ciudad capital del departamento del Chocó, enfrenta en la actualidad un sinnúmero de problemas que, analizados con detenimiento, son más por falta de voluntad, por omisión, por poca planificación, por capricho, en fin, por ineptitud, llamemos las cosas por su nombre. Lo mejor, es que nada de esta problemática es imposible de solucionar. El mandatario electo debe rodearse de personas idóneas, conocedores de sus tareas y responsabilidades, de gente con disciplina, con tesón, gente honesta, que aun crea en los buenos principios de la moral y la ética, temerosos de Dios, que no crean que esos recursos son para dilapidarlos sino todo lo contrario, para solucionar lo que este mal y mejorar lo que esté bien, para así volverlo sostenible.
Hace un tiempo, compartía con unas personas y uno de ellos, secretario de despacho, de una importante cartera, decía que acababa de gestionar unos gruesos recursos en Bogotá, que con eso por fin podría comprarse la lujosa camioneta de sus sueños. Todos lo felicitaron por “semejante suerte”, seguramente porque de una manera honesta, la susodicha camioneta la terminaría de pagar en 10 años o más, pero se le apareció la virgen con esas “altas gestiones”. Yo no pude soportar tanta ignominia y desvergonzura y al poco rato me marché. No comulgo con hampones.
“Teddy” tendrá que cuidarse muy bien de esta clase de bandidos, que lo único que buscan es el provecho personal por encima del colectivo. No dudo de su rectitud, viene de una familia de gente honrada, trabajadora y resilientes, un papá y una mamá luchadora, que lo criaron con esfuerzo y limitaciones, pero con una tonelada de buenos principios y eso, eso deberá bastar a la hora de repeler los ataques tentadores de lobos vestidos con piel de oveja.
Gobernar el municipio de Quibdó es “Fácil”, o más bien no es tan difícil, en la medida que se rodee de buenos secretarios de despacho y asesores, como lo mencionaba anteriormente y que gestione, ahí está la clave de su éxito como buen mandatario, en la gestión. Su gran amistad de vieja data con la Gobernadora Nubia Carolina, le garantizará una buena sinergia a la hora de enfrentar la variada problemática de Quibdó, un pueblo con ínfulas de ciudad, habitado por gente que no la quiere.
Precisamente esta falta de sentido de pertenencia para con “La Choqui” viene del desplazamiento, fenómeno que se agudizó a principios de la década de 1990, generando un flujo de población que llegó principalmente del Medio y Bajo Atrato, haciendo de Quibdó, la ciudad receptora del mayor porcentaje de desplazados, que, huyéndole a la violencia en sus territorios, se movilizaron hacia la capital, en búsqueda no solo de salvaguardar su vida y la de sus familias sino a buscarse un mejor futuro.
Pero oh sorpresa! Se encontraron con un muro con el que se chocaron fuertemente, la triste realidad es que esos parientes que llegaban en vacaciones a sus pueblos vistiendo ropa “de marca” y con algunos centavos en los bolsillos para pagar aguardiente y cerveza, vivían hasta en peores condiciones que ellos.
La comodidad que daba el campo con la cría de animales como el cerdo, las gallinas y patos y la pesca, jamás se podrían comparar con lo que le toca al citadino, pues acá debe trabajar duro para consumirlo, en cambio allá, en el campo, solo es cuestión de ir al corral y buscarlo. Esto hizo que la burbuja se rompiera a los pocos días, (todos sabemos ese refrán que habla del muerto y el arrimado), y les tocaría enfrentar la dura realidad: Pa la calle con sus corotos.
Así nacieron los asentamientos poblacionales de desplazados de la Zona Norte, la Playita, Palenque, algunos sectores de Kennedy y San Vicente entre otros, que se convirtieron luego en cordones de pobreza, creando una bomba social que, al estallar causaría daños irreversibles en la sociedad, miles de niños y jovenes, en una ciudad extraña, siendo estigmatizados por la sociedad, observando como unos tenían todo y ellos absolutamente nada. Pregúntenle a un Psicólogo, a un sociólogo o un antropólogo lo que con el tiempo eso genera en la psiquis.
Luego ocurriría lo inevitable, los jovenes llegando al barrio con zapatillas y celulares, fanfarroneando sobre como los consiguieron. Los varones atracando y las hembras, bueno, ya todos sabemos cómo. En fin, la génesis de la prostitución y de los grupos delincuenciales que hoy azotan a Quibdó. Obviamente que no se trata de generalizar y menos de estigmatizar, porque en todos los sectores hay gente buena y trabajadora y están los que se dedican a actividades non sanctas. La pregunta es ¿Puede haber sentido de pertenencia ahí?
El alcalde electo de Quibdó deberá enfrentar ese problema, del que se desprenden todos los demás y aquí se los resumo: La crisis social que enfrenta la Ciudad Capital, por causa del desplazamiento, generó que la débil economía de la ciudad colapsara, al no haber cama para tanta gente, se disparó el desempleo y al no tener como suplir sus necesidades básicas tomaron el camino más fácil: La delincuencia, Pero eso sí, hay que aclarar algo, ese pánico mal infundado que se habla en los medios de comunicación nacionales, donde señalan a Quibdó como una de las ciudades más peligrosas del país, es irreal. Acá lo que hay es una guerra entre distintas bandas delincuenciales por el manejo de territorios, ya sea para tráfico de armas y/o drogas. La actividad comercial, la rumba y los eventos de fin de semana no se detienen porque las actividades criminales se concentran en sectores específicos y en contra de personas específicas.
Luego que el mandatario de los quibdoseños, logre controlar ese álgido tema, ya sea con proyectos de inclusión social y educativos, impulsado por la oficina de la Primera Dama Municipal, la Dra, Yancy Andrade Arango, quien desde ya arrancó con una apretada agenda que incluye convenios con la UNAD y becas para los jovenes, o con la creación de la secretaria de seguridad y convivencia ciudadana, una buena articulación con la policía, aumentar el número de cámaras de vigilancia para hacerle la trazabilidad al delito y al delincuente, antes, durante y después, pero sobre todo, en hacer un proceso de prevención desde las escuelas, los hogares, ojala con seguimiento multidisciplinarios, donde se incluya el tema psicosocial, que tanto se requiere en una juventud que no tiene una luz de faro y no sabe para dónde dirigir sus vidas. Fortalecer los emprendimientos, pues es mejor tener emprendedores que empleados, reducirá sustancialmente los vergonzosos índices de desempleo que año tras año nos convierten en la comidilla nacional.
Ya lo demás es más sencillo, la movilidad, se resuelve con semáforos que funcionen y con charlas pedagógicas para tanto transeúntes como para los conductores, regular las rapimotos y controlar las tarifas de Taxis.
En el tema educativo, aprovechar que contamos con una ministra de educación chocoana con las calidades y cualidades de Aurora Vergara, que no solo conoce muy bien el sector, sino que sabe que es luchar contra las adversidades, acondicionando y construyendo infraestructura educativa y haciéndole vigilancia y control al PAE, pues niños, niñas y adolescentes con ganas de estudiar en escuelas nuevas y bonitas y bien alimentados, no agarran calle. Igualmente apoyando la cultura y el arte y sobre todo el deporte, contar con buenos escenarios para entrenar y disfrutar de la recreación y el acondicionamiento físico, el futbol, el baloncesto y otras disciplinas, son herramientas efectivas para combatir la deserción escolar y por consiguiente la criminalidad.
En fin, Dios ilumine a nuestro alcalde, para que pueda con responsabilidad e idoneidad #RecuperarAQuibdó