A menos de dos años para el debate electoral de elecciones legislativas y presidenciales en nuestro país, comienza a moverse de manera anticipada el ajedrez político, en medio de la crisis sanitaria y económica más grande de los últimos tiempos, ocasionada por los efectos colaterales del coronavirus - Covid-19, lo que hace este debate electoral muy particular e interesante y de mucho cuidado.
La pandemia y los efectos directos en la economía, el aumento de la inflación, la contracción del consumo de los hogares, el incremento del desempleo, el aumento de la pobreza, el elevado déficit fiscal y las urgentes propuestas para la reactivación de la economía en los próximos meses, serán los temas que direccionen el debate político, de cara a las próximas elecciones. El liderazgo, la capacidad de plantear propuestas innovadoras y racionales por parte de los partidos políticos y sus líderes para sacar adelante el país y superar la actual coyuntura, serán determinantes para influir en la decisión de los electores y de ello dependerán los resultados de la elección parlamentaria, como del presidente de la república en el 2022.
La actual coyuntura política, económica y social por la que atraviesa el país, es propicia para el discurso demagogo y populista, esta situación, será aprovechada por los líderes más representativos de la izquierda radical colombiana y de todos quienes se hacen llamar progresistas. Hemos visto como el líder del movimiento “Colombia Humana” se ha anticipado en el debate electoral atacando y controvirtiendo a sus opositores, liderando en este momento la intención de voto a la presidencia con el 33.1 % según la más reciente encuesta de INVAMER. Es decir, si las elecciones fueran hoy, sería bastante probable que el líder de la izquierda, fuera el próximo presidente de Colombia.
La estrategia del líder de la “Colombia Humana” se ha concentrado en atacar permanentemente la elección del presidente Iván Duque y su gestión de gobierno, aprovechando además, el deplorable momento por el que atraviesa el ex – presidente Álvaro Uribe Vélez líder natural del Centro Democrático, como consecuencia de la medida cautelar impuesta por la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, ejerciendo también una implacable oposición a la menesterosa gestión adelantada por la Alcaldesa Claudia López, de quien se dice ha tomado algunas medidas equivocadas para enfrentar la pandemia, con el grave impacto en el elevado números de contagios, muertes y la quiebra de comerciantes y Mypimes bogotanas, aumentando considerablemente el desempleo, que se ubica hoy en niveles inéditos del 25 %, lo que ocasiona graves problemas sociales, que sin duda alguna, son un contexto político propicio para el discurso del líder de Colombia Humana.
En el actual escenario político y sin un líder representativo de derecha o centro derecha que contrarreste de manera contundente con propuestas y liderazgo nacional, la aspiración del líder de izquierda, se convierte en una indiscutible opción de poder presidencial, en la que vemos una actitud pasiva por parte de los demás partidos y sus líderes, sin que reaccionen de manera oportuna e inteligente y así hacer contrapeso a esas intenciones peligrosas para el futuro inmediato de nuestro sociedad.
En la centro-izquierda, aparece muy modestamente y con un parco liderazgo la figura representativa del partido verde, Sergio Fajardo, con una intención de voto de 27.6 %, según la misma encuesta y quien tiene de jefe de debate a la actual alcaldesa de Bogotá, Claudia López -quien le dio su guiño el día de la inscripción de su candidatura- pero parece ella la candidata, por su desmedido afán mediático de criticar al gobierno del presidente Iván Duque.
La elección del posible candidato del partido verde, dependerá en gran medida de los resultados de la gestión, adelantada por los mandatarios locales pertenecientes al partido, en los próximos dos años y del liderazgo que se imprima en la campaña, para agrupar a otros sectores de izquierda.
En los sectores ideológicos de la centro-derecha, aparece la figura de Federico Gutiérrez, ex - alcalde de Medellín, que se asoma positivamente al escenario de la política nacional, con una intención de voto del 10.5 %, seguido de la actual vicepresidenta de la República doctora Martha Lucia Ramírez con el 10.1 % en intención voto, con los resultados más representativos de dicha encuesta -sin estar la vicepresidenta en campaña- dada su condición de funcionario público.
Es claro que, aún faltan destacadas figuras que no se han definido en el escenario político de las precandidaturas; el ex presidente Uribe -que ha sido muy influyente en la elección de los más recientes mandatarios- Juan Manuel Santos en su primera elección y el actual presidente Iván Duque, posiblemente jugará un papel protagónico, en la elección presidencial del 2022, aún en las condiciones adversas en las que se encuentra, será una gran prueba de fuego en la actual coyuntura política para sus congresistas, lideres y seguidores.
Para nadie es un secreto que los partidos tradicionales, liberal y conservador, se encuentran en crisis, por la pérdida de credibilidad y descrédito de sus instituciones, si bien, mantienen una representación refrendada en las elecciones regionales y parlamentarias, en el escenario del poder presidencial y grandes capitales, han perdido terreno, denotando una honda crisis ideológica, existe una dirigencia anquilosada, que no es seductora a su militantes, ni a los intereses ciudadanos en general, parece que no están sintonizados con las nuevas demandas sociales y las exigencias de un electorado contemporáneo, joven mejor informado, más riguroso a la hora de votar y escoger a sus representantes.
El partido liberal, enfrenta hoy una profunda crisis interna, hemos presenciando el retiro de militantes destacados como Juan Fernando Cristo, quien lidera la rebelión dentro de esa colectividad, junto con ex ministros y personalidades representativas, quienes no se sienten representados en su dirigencia actual, dejando de ser impulsadores de propuestas y cambios, que eran la razón de ser de esa colectividad en otros tiempos.
Recientemente el ex presidente César Gaviria, fue reelegido presidente de esa colectividad de manera virtual con 752 votos, al no postularse ningún otro candidato con reconocimiento y protagonismo. De las propuestas para las grandes reformas estructurales que necesitan los colombianos y las iniciativas legislativas para la reactivación económica, dependerá su representación partidaria en el parlamento y la participación en las elecciones presidenciales del 2022. Lo cierto es, que el partido liberal, también ha perdido liderazgo y opción de poder. Habrá que esperar para saber, quiénes serán sus candidatos a la presidencia.
A su vez, el partido conservador colombiano, con una historia de más de 170 años de vida republicacana y servicio al país; después de la elección de Andrés Pastrana Arango, como Alcalde de Bogotá por voto popular para el periodo 1988-1990 y posteriormente, Presidente de la República para el periodo 1998-2002, ha perdido protagonismo político y vocación de poder para ostentar la primera magistratura; se ha perdido representación en los principales centros urbanos del país, como Bogotá, Medellín y Boyacá, entre otras regiones..
El fallecimiento de destacadas figuras como las de los doctores Misael Pastrana Borrero y Álvaro Gómez Hurtado, dejan en evidencia la pérdida de liderazgo político en los últimos años, no hay sintonía con las bases conservadoras, con las nuevas demandas de la sociedad, las de jóvenes y mujeres, en temas actuales. Como lo expresó Álvaro Gómez en su momento “Hay más conservatismo que partido” para referirse a la crisis de identidad de la colectividad.
Si bien es cierto, que por el partido conservador votan alrededor de 2’000.000 de personas, en las distintas contiendas electorales, es claro también, que ha ido perdiendo representación parlamentaria, pues en el 2002 se eligieron 27 senadores y 40 representantes y hoy esa representación se reduce a 13 senadores y 21 representantes, que por lo general se repliegan a la coalición mayoritaria del gobierno de turno.
Es el momento de introducir grandes reformas estatutarias al partido conservador y modernizarlo tecnológicamente, ponerlo a tono con la virtualidad, sintonizarlo con sus bases, que recupere su presencia en las grandes capitales del país, su militancia y se convierta en una verdadera opción de poder de cara a la contienda electoral del 2022.
Hay figuras destacadas en el partido, con las suficientes capacidades, calidades profesionales y experiencia para regir los destinos del país, como Luis Alberto Moreno, quien dejará en los próximos días la presidencia del BID, en el Congreso como el senador Efraín Cepeda Saravia, ex - ministros como Mauricio Cárdenas y Juan Carlos Pinzón, entre otras personalidades.
El país requiere en la coyuntura actual, una gran coalición de los partidos de centro derecha: el conservador, el liberal, cambio radical, la U, una alianza que ayude a generar confianza y reduzca la confrontación visceral que genera odios y violencia. Los colombianos, requieren lideres con sentido de patria, para generar consensos y realizar las grandes reformas estructurales que requiere el país, en temas sensibles como la pérdida de credibilidad de la justicia, la crisis del sistema de salud, mejoramiento la productividad del sector agropecuario, la estabilidad del sistema pensional, la reforma estructural al sistema político y la reactivación sostenida de la economía en la próximos años, para recuperar los empleos perdidos como consecuencia de la pandemia del Covid-19. De todas maneras, hay que alertar, “mucho cuidado con las elecciones del 2022 y los nuevos movimientos alternativos”.
