La pandemia ha dado lugar a la rápida aceleración de la transformación digital de muchos aspectos de nuestras vidas: cómo trabajamos, dónde compramos y qué nuevos servicios y productos se nos ofrecen. Pero también expuso la insuficiencia, la ineficiencia y los aspectos puramente primitivos de los muchos procesos, prácticas y políticas que gobiernan la forma en que vivimos ahora. Hay un montón de “nuevas tendencias” que se han visto aceleradas, pero hay dos que a mí me llaman particularmente la atención.
Foodtech: la ciencia está lista para comer
La tecnología es hoy en día el ingrediente más buscado en nuestra dieta. FoodTech (una fusión de las palabras alimentos y tecnología en inglés) involucra empresas y proyectos que utilizan tecnologías como Internet de las Cosas (IoT), big data e Inteligencia Artificial (IA), entre otras cosas, para convertir la industria agroalimentaria en un sector moderno, sostenible y eficiente en todas sus etapas, desde la preparación de alimentos hasta su distribución y consumo. Estos proyectos de investigación y desarrollo (I+D) están generalmente en manos de startups altamente innovadoras que están invirtiendo fuertemente en tratar de brindar soluciones creativas y tecnológicas a desafíos contemporáneos como el crecimiento de la población y sus repercusiones en la seguridad alimentaria, la digitalización de la sociedad, los efectos del cambio climático, la falta de recursos naturales, el desperdicio de alimentos y el impacto ambiental de la producción de alimentos. Pero esto del FoodTech no queda tan lejos de nuestras vidas como puede sonar. Aquí os dejo algunas de las tendencias que seguro os daréis cuenta se han acelerado en el último año:
● Dietas personalizadas vía aplicaciones móviles (app).
● Proteínas vegetales y carne sintética: seguro much@s ya habéis visto marcas como: Beyond Meat en el supermercado y ya hay varias empresas que son capaces de producir carne de forma sintética sin tener que matar a un sólo animal.
● New Snacking: Insectos, algas y desperdicios de piel de salmón son ingredientes que ya se pueden encontrar en la categoría de entremeses saludables, con un mercado internacional que podría alcanzar un valor de 32 mil millones de dólares en 2025.
● Trazabilidad de los alimentos: los supermercados e hipermercados están comenzando a utilizar la tecnología blockchain para garantizar, por ejemplo, que su carne de pollo proviene de aves de corral sin antibióticos.
● Automatización en supermercados y restaurantes: camareros y chefs robóticos, vehículos de reparto por control remoto y drones que supervisan los estantes de exhibición y realizan inventarios en tiempo real son algunas de las innovaciones en las ventas minoristas.
¿Y ahora la logística es sexy?
El Covid-19 ha revelado cuán vitales y vulnerables son las cadenas de suministro y el triste hecho de que, desde la introducción de los contenedores estandarizados en en 1950, no ha cambiado mucho. La pandemia ha más que duplicado la tasa de inflación del comercio electrónico del 15 % anual antes de 2020 a casi el 40 % en la actualidad, con un impacto significativo en toda la cadena de suministro. Está claro que las cadenas de suministro deben evolucionar en eficiencia, capacidad y agilidad.
Gracias a esto, de repente trabajar en la modernización de la logística se ha vuelto un campo tan sexy como las Fintech. Y estamos viendo avances tan interesantes como:
● Convertir los almacenes en centros logísticos robóticos.
● Crear un marketplace para el transporte internacional de mercancías.
● La utilización de Inteligencia artificial para optimizar la cadena de alimentos.
¿Qué otras “tendencias curiosas” habéis visto?
