Lucía Amaya Martínez

Vicepresidenta de Recursos Humanos de Scotiabank Colpatria con experiencia de 25 años en varias compañías nacionales y multinacionales de los sectores alimenticio, manufacturero, servicios, finanzas, consumo masivo y transporte internacional.
Es Ingeniera Industrial de la Universidad Tecnológica de Bolívar, tiene una especialización en Gestión de Recursos Humanos de la Escuela Naval Almirante Padilla / EAN y cuenta con diversas certificaciones y estudios complementarios en coaching y liderazgo ejecutivo en la Universidad de Los Andes y algunas universidades de Estados Unidos como Berkeley, Cornell y el centro de estudios de negocios Ross en la Universidad de Michigan.

Lucía Amaya Martínez

Un nuevo comienzo

 Si leíste mi columna de diciembre, compartía que tengo la práctica de hacer un cierre de año para evaluar qué estuvo bien, qué logré y qué me quedó en los pendientes, comparándolo con lo que me había propuesto al iniciar el año.

Justo ahora estoy en el momento en el que hago mi plan de año, de hecho, desde antes tenía muchas cosas escritas y planteadas, pero me gusta la idea de hacer un ritual de inicio. El principio de año me conecta con la infancia, me llena de ilusión tener mis “nuevos cuadernos” y mis “nuevas asignaturas” y literalmente, inicio con un nuevo cuaderno para recordarme que tengo 365 hojas en blanco sobre las cuales escribir una historia; me emociona la oportunidad de tener un nuevo comienzo tanto en lo personal como en lo laboral.

Como líderes tenemos muchos retos, diría que algunos son siempre, pero el inicio de un año es un momento propicio para fijar el norte y mostrar el camino. Creería que es de por sí, una de las habilidades claves del liderazgo.

Siempre tienes herramientas a la mano: los propios objetivos de tu compañía, las tendencias del mercado, los comentarios que tus clientes te han hecho sobre tu área/empresa y los números de las diferentes encuestas en las que participas o que te interesan. Otra cosa que considero importante es escuchar al equipo, hacer una sesión de planeación/inspiración, para saber qué están viendo e invitarlos a soñar. Con ese kit de información tienes una buena parte para ir al diseño de tu plan.

Con esto, ya tienes los retos estratégicos y tácticos que son muy importantes, pero hay otra parte que te sugiero considerar y es preguntarte qué habilidades van a requerir tú y tu equipo para recorrer este año y para apoyarse en ellas al momento de lograr los objetivos. Me refiero a evaluar si necesitan tal vez trabajar más juntos, ser más compasivos los unos con los otros, entender más al cliente, adaptarse a los cambios, renunciar a lo que no funcionó, aprender nuevas cosas, crear relaciones, ver la experiencia de otros, creer más en sí mismos… este universo es también muy grande y especialmente necesario de incluir.

Entonces, con ambos insumos, ya tendrías todo lo necesario para diseñar un plan muy completo y estructurado. Quiero aclarar que esto de dar el norte y fijar el camino, es parte de algunas de las competencias de liderazgo más importantes: visión, planificación, fijación de objetivos y asignación del trabajo, y de manera muy resumida en los dos párrafos anteriores te he dado algunas pistas de cómo hacerlo, créeme que es el paso número uno para direccionar un equipo.

Ahora, necesitas contar con tu equipo y con tus partes relacionadas (pares, socios, clientes), para lograr que las cosas pasen. Aunque tengas el plan más estratégico y detallado posible, con la mejor técnica y que cubra todos los aspectos esperados, no puedes lograrlo solo. Hará falta entonces revisar cómo estás en otras competencias importantes: motivar al equipo, relacionarte estratégicamente, comunicar de manera impactante e inspirar.  La inspiración es esa capacidad de los lideres para hacer que los demás quieran seguirlos y que curiosamente pasa por ser una persona ejemplar que además sea muy buen@ en su trabajo. Aquí te invito a permanentemente evaluar si procuras trabajar en ti, para ser alguien que los demás vean como un ejemplo a seguir.

Y como estamos hablando de nuevos comienzos, el componente “nuevo” es muy especial. Bueno, a mí me pasa, no es que quiera cambiar por cambiar, me gusta que lo que está bien siga funcionando, pero ando siempre viendo que puedo hacer mejor, de manera diferente, innovar y crear. Y acá no hay una sola formula, por fortuna, para esto te funcionará observar qué están haciendo otros, leer y estudiar, seguir a los lideres del mercado, hablar con muchas personas, hacer networking y hablar con tu equipo e invitarlos a hacer lo propio.

Como ves, este año viene cargado de muchas “nuevas asignaturas”, muchas cosas nuevas para aprender y muchas oportunidades para crecer. Solo adiciónale una pizca de tu entusiasmo, de tu motivación personal, ¡Y pon como siempre, lo mejor de ti!

Este nuevo año es todo tuyo. ¡Apenas empieza! Te deseo un 2023 de mucho aprendizaje, trabajo interior, ganas y enfoque para lograr lo que te propones. Lo mejor es que todo este enorme potencial está dentro de ti y al servicio de los demás.

Feliz nuevo año y bienvenidos los nuevos comienzos.

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Lucía Amaya Martínez
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