En 1905, su annus mirabilis (el año admirable), Albert Einstein presenta en sociedad, entre otras cosas, dos creaciones de su mente: la “teoría de la relatividad especial”, que hace a un lado la concepción newtoniana de un espacio y un tiempo absolutos, y su célebre ecuación E=mc²: la energía es igual a la masa, multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz.
Sin embargo, tal ecuación no es el tema de esta columna, si bien me baso en su estructura con un perverso objetivo terreno: redefinirla, ayudado de una especie de efecto espejo, para aplicarla al cosmos de la política colombiana, en el que ya se observa “un gran fenómeno”: las elecciones presidenciales de 2022, respecto de las cuales el contexto es muy sencillo: si se busca llegar al poder por vía democrática, el camino son unas elecciones libres. Si se busca de modo violento, como diversas organizaciones han pretendido y pretenden en Colombia, el cuento es otro.
En caso de darse el primer escenario, el de la elección presidencial por votación popular en 2022, el panorama que se aprecia lo rige, en términos generales, la ecuación ad hoc E=mc2, donde E es “elección”, m “masa de votantes” y c2 “candidato y campaña”, elementos que permiten esta descripción: “La elección popular del presidente es igual a la masa de votantes multiplicada por la idoneidad del candidato y de la campaña”. Es decir, la escogencia depende de un conjunto de personas, cuya respuesta a su vez depende en gran parte del candidato y de la campaña que lo impulse.
Abramos el compás:
E - La elección. Es, como lo indica la ecuación ad hoc, la expresión de la voluntad de la masa electoral, estimulada por las acciones del candidato y la campaña que lo respalda. Al fin y al cabo, lograr que nuestro candidato (hombre o mujer) sea elegido es el objetivo final. Se parte de que ganar o perder supone no pocas cosas para las fuerzas enfrentadas, claro, pero también para el país en todos los órdenes en que se desenvuelve el Estado y una comunidad compleja e imprevisible como la humana. En Colombia lo sabemos de sobra.
m - La masa. La constituye un conglomerado inmensamente heterogéneo de ciudadanos que reaccionan a ideas, emociones, visiones, apariencias, estímulos y los desencadenantes que se conecten con sus voluntades, apetencias, puntos de vista, ilusiones, fracasos, (re)sentimientos y variables de todo tipo. Ante el conglomerado exponen y se exponen quienes aspiran a recibir el voto de sus integrantes y regir, a cambio, sus destinos durante un período establecido. Así, la masa acudirá con mayor ilustración y decisión a las urnas mientras más profundamente se conecte con el candidato y la campaña.
c - El candidato. Es el “producto”, “el bien” que el votante acogerá o rechazará, o frente a quien no reaccionará. Por lo tanto, la idoneidad del candidato, que se menciona en la ecuación, tiene la clave central para el posible respaldo de quienes integran la masa electora. Serán ingredientes relevantes de esa idoneidad, entre muchos, su preparación teórica y fáctica para gobernar, su conocimiento de país y mundo, su relevancia moral y ética, su carácter, su capacidad de comunicar, contagiar y convencer, sus fórmulas para satisfacer las necesidades y aspiraciones más notables y legítimas de la sociedad, su don de mando, su coeficiente de creatividad, su aptitud para resolver conflictos, etc., etc.
c - La campaña. Concentra, ni más ni menos, los recursos de apoyo al candidato y su “paquete” de consideraciones y propuestas, por lo cual deberá estar liderada y asistida por mentes especialistas e innovadoras, con la suficiente claridad para ayudar a construir un programa atrayente y posible, en línea inteligente con las expectativas de la masa votante, las conveniencias del país y las convicciones del aspirante. Además, sabrá valerse de los medios más efectivos para alcanzar y ayudar a enganchar electores, estar al tanto de los aspirantes “enemigos” y sus campañas, relevar las fortalezas y minimizar las debilidades de nuestro candidato, hacer lo contrario con los contrarios, etc., etc.
Nada nuevo. Lo único nuevo es la ecuación ad hoc… “Deje ahí”, y dejemos que herr Einstein siga observando desde el cosmos el movimiento de sus cenizas, esparcidas en Estados Unidos, cerca del río Delaware y la Universidad de Princeton (Nueva Jersey), donde desarrolló una buena porción de su carrera científica.
INFLEXIÓN. Si los demócratas colombianos no volvemos vida la ecuación para 2022, los enemigos de la democracia volverán realidad su E=mc2: “La eliminación de la democracia es igual a la masa de vociferantes multiplicada por el cuadrado de la contundencia de la conspiración”.
Por: Ignacio Arizmendi Posada
5/9/20