Catalina Ortiz

Votar verraco, votar con miedo o votar contra alguien

A pocos días de la primera vuelta les aconsejo que se hagan estas preguntas: ¿estoy votando con rabia?, ¿estoy votando desilusionado?, ¿estoy votando muerto del susto?, ¿estoy votando en contra o a favor de alguien?

Las emociones, cualquiera que sea, están presentes en todo momento de nuestra vida y en las decisiones que tomamos, tal como lo ha expuesto el psicólogo Daniel Kahneman.  Por supuesto, el comportamiento electoral no es la excepción. Al votar lo haremos movidos por nuestros sentimientos y emociones. Es a penas natural y no nos hace menos racionales. De hecho, la doctora y profesora Silvia Gutiérrez Vidrio señala que no es posible sostener que las emociones pertenezcan sólo al ámbito de lo irracional.

Por supuesto, esto lo tienen muy bien estudiado los estrategas y expertos en comunicación política que asesoran a candidatos y gobernantes alrededor del mundo. No en vano las contiendas electorales, en su gran mayoría, se enfocan en los sentimientos que despiertan los candidatos entre los votantes, más no en su plan de gobierno, propuestas o resultados. 

La decisión de una persona al apoyar a alguien, además de ser emocional, está compuesta por muchísimos otros factores como su sistema de creencias, sus valores, su círculo familiar, social, laboral y su contexto socioeconómico. Todas son características que van formando nuestras estructuras mentales y de comportamiento y que -valga la pena decirlo- pueden cambiar o evolucionar con el tiempo. Sin embargo, las emociones que experimentemos durante la campaña serán determinantes a la hora de llegar a nuestro puesto de votación.

En su libro ‘La política en el siglo XXI’, Jaime Durán Barba y Santiago Nieto nos muestran un poco de la realidad que vivimos en las campañas a nivel mundial cuando nos dicen que el mensaje debe provocar polémica: “Más que perseguir que el ciudadano entienda los problemas, debemos lograr que sientan indignación, pena, alegría, vergüenza o cualquier otra emoción".

A lo anterior hay que sumarle lo que Émile Durkheim decía ya desde 1912 sobre la cohesión social: cuando pertenecemos a un grupo elaboramos creencias compartidas que retroalimentan de sentido al mismo grupo. Esto explica que en nuestras redes de amigos, colegas o familia encontremos argumentos que nos reafirmen nuestras creencias y emociones para votar por el que consideramos es el más conveniente. 

Los investigadores Orlando D'Adamo, Virginia Inés García Beaudoux y Leandro Agustín Bruni realizaron un análisis de contenido de algunos spots de candidatos latinoamericanos publicados en sus perfiles de Facebook entre los años 2011 y 2018. Tomaron como variables algunas de las emociones básicas reconocidas por el psicólogo Paul Ekman como son alegría, tristeza, miedo, ira, asco, desprecio y sorpresa.

Por supuesto, una de las conclusiones más evidentes es que todos los candidatos utilizaron una o varias de esas emociones para seducir a su electorado. Las apelaciones negativas como el miedo o la ira suelen tener una mayor recordación que las positivas (esperanza o amor). Sin embargo, si se usan juntas el mensaje es más poderoso, ya que se recurre al tono emocional negativo, pero se da la solución o el cambio con el tinte emocional positivo.

Para finalizar, quiero traer algunas de las variables señaladas anteriormente a nuestra campaña presidencial y que cada quien saque sus conclusiones. Los ejemplos los tomé de frases de los candidatos y electores en redes sociales.

  • Miedo: Pérdida de seguridad, de status económico, de la propiedad. Ejemplos: 

- Si llega a ser presidente se va la inversión extranjera, la economía se va para el piso, se destruye el país. 

- Ojo que nos puede pasar lo que le pasó a Venezuela y Cuba, y lo que está pasando en Argentina, México y Chile.

- Están orquestando un fraude en las elecciones. Ha empezado un golpe de Estado contra la democracia.

  • Odio: Fuente de peligro, resentimiento, rabia. Ejemplos: 

- La élite y quienes nos han gobernado son los culpables que este país esté sumido en la pobreza y desigualdad.

- Partida de ladrones, hampones, sinvergüenzas y corruptos.

- Los seguidores de ese candidato son vagos, mantenidos y quieren que les regalen todo.

  • Indignación: Impotencia y condolencia por quienes padecen una desgracia. Está ligada al odio porque busca responsables. Ejemplos:  

- Los más ricos que se quedan con todo deben pagar más impuestos para ayudar a los más pobres.

- Los políticos de los partidos tradicionales son corruptos. Por eso hay que acabar con todos ellos y elegir gente nueva.

- Hay gente que no quiere estudiar ni trabajar, sino que los mantengan. Nada de subsidios para los vagos.

  • Tristeza: Decepción, desesperanza. Ejemplo: 

- Cada vez estamos de mal en peor. Cada vez esta sociedad es más desigual.

  • Esperanza: Posible futuro favorable. Ejemplos: 

- Nosotros vamos a lograr el cambio que Colombia necesita. 

- Este país va a llenarse de oportunidades y progreso

- Yo soy quien puede transformar al país

¿Usted por cuáles emociones se dejó cautivar? ¿se leyó el plan de gobierno de su candidato y conoce sus propuestas? ¿está seguro que usted ha decidido su voto de forma completamente libre? ¿estaría dispuesto a cambiar su voto a último minuto?

¡Éxitos el domingo para todos!

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Catalina Ortiz
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