Lucía Amaya Martínez

Vicepresidenta de Recursos Humanos de Scotiabank Colpatria con experiencia de 25 años en varias compañías nacionales y multinacionales de los sectores alimenticio, manufacturero, servicios, finanzas, consumo masivo y transporte internacional.
Es Ingeniera Industrial de la Universidad Tecnológica de Bolívar, tiene una especialización en Gestión de Recursos Humanos de la Escuela Naval Almirante Padilla / EAN y cuenta con diversas certificaciones y estudios complementarios en coaching y liderazgo ejecutivo en la Universidad de Los Andes y algunas universidades de Estados Unidos como Berkeley, Cornell y el centro de estudios de negocios Ross en la Universidad de Michigan.

Lucía Amaya Martínez

Vulnerabilidad y resiliencia, fundamentales en el liderazgo y en la vida

En estos días encontré una frase de Fred Kofman que me permito trascribir: “un verdadero líder comprende que la vulnerabilidad es la permeabilidad que le permite escuchar a otros, ya que ser vulnerables es una fortaleza y no una debilidad”. Esto me recordó lo revelador que había sido para mí haber leído “El poder de ser vulnerable” de Brene Brown (Daring Greatly, Penguin Group, mayo de 2016), y ahora, que su charla se encuentra en TED, en Netflix y que hay un libro nuevo maravilloso, me pareció oportuno volver a pasar por aquí y hablarles de estas virtudes cada vez más necesarias para vivir en este mundo. 

Es común asociar vulnerabilidad con debilidad y a esta primera la relacionamos con eso que no queremos que se note. Hoy, algunas de estas emociones, pensamientos y sentimientos se articulan con el “síndrome del impostor”, con estrés, o con muchas otras denominaciones y por fortuna se habla de ellas más abiertamente que en el pasado, por estar relacionadas con sus efectos en la salud mental, pero sigue siendo un tópico del que poco se dice y menos aún en el entorno organizacional.

Me permito transcribirles algunas frases muy poderosas, del mencionado libro, que me hicieron cambiar mi percepción sobre la vulnerabilidad, y que me ayudaron a abrirme un poco más:

  • “Experimentar vulnerabilidad no es opcional: lo único que sí podemos controlar es nuestra respuesta cuando nos enfrentamos a la incertidumbre, al riesgo y a la exposición emocional”. Aprendí a aceptar sentirme vulnerable
     
  • “La vulnerabilidad es compartir nuestros sentimientos y experiencias con las personas que se han ganado el derecho a escucharlas. Ser vulnerables y estar receptivos es recíproco y es una parte integral del proceso de generar confianza”. Aprendí a compartir apropiadamente, poniendo límites.   
     
  • “Perfeccionismo, no es lo mismo que preocuparse por conseguir la excelencia. Es la creencia de que, si hacemos las cosas perfectamente y tenemos un aspecto perfecto, podremos mitigar o evitar el sufrimiento de la culpa, las críticas y la vergüenza”. Aprendí que habrá críticas, y que puedo vivir con ellas. 

Pero también, encuentro fundamental acompañar la vulnerabilidad con la resiliencia, que menciona la forma como un líder es capaz de superar los desafíos, con un enfoque positivo y buscando soluciones en situaciones difíciles. 

Acudiendo a la nueva herramienta de inteligencia artificial ChatGPT, me encontré con las características de un líder resiliente, y les mencionaré algunas: mantener la calma en situaciones de crisis y tomar decisiones definitivas, adaptarse a las situaciones cambiantes con rapidez tomando decisiones dentro del nuevo entorno, manejar la presión manteniendo la productividad y rendimiento del equipo, ver oportunidades en situaciones difíciles  y como resultado de todo esto, lograr inspirar a nuestro equipo y mantener la mentalidad enfocada en soluciones, en momentos de incertidumbre.

Pensarás luego de esto, que se necesita ser un poco sobrenatural, pero no. Se trata de trabajar en ti, un líder ante todo es un ser humano, en proceso de construcción y mejora permanente. Déjame compartirte algunos tips que pueden ayudarte a sentir el poder de la vulnerabilidad y de ser cada vez más resilientes: 

  • Reconocerte humano, siendo amable y compasivo contigo mismo. 
  • Reconocer tus limitaciones y aceptarlas sin juzgarte.
  • Enfocarte en tus fortalezas.
  • Rodearte de personas positivas en tus diferentes círculos de interacción.
  • Mantenerte presente en el momento que estás.
  • Tener objetivos claros, alcanzables y realizables y seguirlos, para darte cuenta de que lo vas logrando.
  • Aprender de tus experiencias, los éxitos y los fracasos te ayudan siempre para superar los desafíos.
  • Enseñar a otros desde tu propio ejemplo.
  • Reconocer que el miedo existe y que ya está. Que es una alarma, no una realidad. Y luego, arriesgarse.

En el liderazgo tenemos retos siempre de todo tipo. Nuestra humanidad está siempre expuesta, quiero invitarte a profundizar sobre estas dos virtudes esenciales para vivir en tus diferentes entornos. Detrás de la vulnerabilidad está el coraje, el que necesitas para liderar, para acompañar a tu equipo, para arriesgarte y ser creativo, para tomar mejores decisiones, siendo resiliente, desde tu ser autentico. 
 

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Lucía Amaya Martínez
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