Aprobada por la Corte Suprema de Justicia la orden de extradición hacia los Estados Unidos de Jhoan Stiven Carreazo Asprilla, alias 'Playboy', y Carlos Emilio Ibargüen Palacios, por el asesinato de un par de migrantes cubanos, sólo queda esperar a que el presidente de la República, Juan Manuel Santos, firme para que sean trasladados hacia territorio norteamericano.
Los acontecimientos que desembocaron en este final comenzaron a suceder en agosto del año pasado cuando tres emigrantes cubanos: Dunieski Eliades, Liover Santos Corría y su novia Edelvis Martínez, entraron al país habiendo pasado antes por Guyana, Brasil y Venezuela, buscando llegar al Urabá para, de ahí, seguir su camino hacia los Estados Unidos.
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Estando en Cúcuta hicieron contacto con algunos sujetos quienes, según ellos mismos, ya tenían una vasta experiencia entrando gente de manera ilegal a territorio gringo.Fue en este momento cuando los coyotes (como se les llama a quienes transportan personas de frontera en frontera hasta llegar a EEUU) pidieron a los emigrantes una primera parte del pago, equivalente a 500 dólares americanos, dinero que fue girado desde Miami por familiares de los cubanos. Llegaron a Turbo y allí pidieron un segundo pago, esta vez por 1.400 dólares. De nuevo, los parientes en Miami asumieron el pago. Luego de recibirlo, entraron en escena Carlos y 'Playboy' con quienes acordaron que el 6 de septiembre partirían rumbo a Estados Unidos. No pudieron zarpar sino hasta el día 7 de septiembre, pues la embarcación tenía fallas en su estructura y amenazaba con hundirse. Llegado el día definitivo, los dos asesinos y las tres víctimas, partieron rumbo a Panamá, donde debían llegar sin contratiempos alguno de no ser porque, poseídos tal vez por los demonios de la lujuria y la ambición, Carlos y 'Playboy' procedieron a inmovilizar a ambos varones. Con una cuerda ataron sus extremidades y luego los echaron al aguar, sin embargo, los amarraron a la embarcación para mantenerlos a flote. [single-related post_id="726286"]
Y así, desde el agua, se vieron obligados a presenciar cómo ambos delincuentes violaban y degollaban a Edelvis.Minutos más tarde, según lo relató Liover Santos, el único sobreviviente, de algún modo pudieron zafarse y comenzar un forcejeo con los agresores. Liover logró escabullírseles, mientras que Dunieski fue asesinado. Al día siguiente, escondido en un manglar, Liover vio un pescador al que le pidió ayuda y quien lo condujo con agentes de la Armada Nacional. Regresaron al lugar de los hechos y allí encontraron los cadáveres de los otros dos cubanos, amarrados, degollados y con cuchilladas en el estómago. Una semana más tarde el CTI, apoyándose en los testimonios del sobreviviente, dio con los criminales, a quienes EEUU pidió en extradición acusándolos de “instigar e inducir a los extranjeros a llegar y residir en EE. UU. (…) sabiendo que dicha entrada es o será en contravención de la ley”. Aún no han sido juzgados en Colombia, sin embargo es posible que llegue primero la firma de Santos, y con ella la extradición, antes que el dictamen de la justicia colombiana. Aunque son delitos muy graves por los que se les acusa en Norteamérica, no podrán recibir más de 60 años de cárcel, que es la pena máxima que permiten las leyes colombianas.