Un hombre de 19 años de edad, identificado como Fabián Andrés Pedraza, fue capturado por la policía en la mañana de este miércoles señalado de ser uno de los presuntos abusadores de los niños de Ciudad Bolívar.
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Según Medicina Legal los menores agredidos, de 11, 12 y 13 años, y una bebé de 17 meses de nacida, fueron violados y golpeados en una conducta que puede ser considerada como tortura. Los niños están bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Según el general Rodolfo Palomino, director de la Policía Nacional, el joven capturado deberá responder por acceso carnal violento con menor de 14 años.
Según el diario El Tiempo, el hombre, quien es el esposo de la hermana mayor de los niños de 11, 12 y 13 años, y padre de la bebé de 17 meses, confesó que abusó de los menores y que lo hizo en repetidas oportunidades porque estaba en una secta satánica que lo obligaba a hacerlo.
Las autoridades indicaron que los niños participaban en rituales, considerados como satánicos, tales como beber su propia sangre.
La policía busca al otro presunto responsable de los hechos, quien fue identificado como Luis Eduardo López. Según los vecinos del barrio Meissen, el sujeto se autodenominaba pastor de una iglesia cristiana.
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Por otra parte, la fiscalía ordenó la captura de la madre de la niña de 17 meses y compañera sentimental de Pedraza. Según el ente acusador, se tiene suficiente material probatorio para vincularla al caso que investiga los hechos por torturas y abusos sexuales contra los menores.
En esta casa del barrio Meissen, en Ciudad Bolívar, fue donde los niños habrían sido abusados sexualmente y maltratados.
Luis Eduardo López, según los vecinos del sector, hace unos cinco años había sido acusado de haber violado a una señora dentro de la misma casa donde al parecer abusaba de los niños.
Aunque las autoridades están llevando a cabo las investigaciones pertinentes para esclarecer qué fue realmente lo que ocurrió con los niños, lo cierto es que fueron y han sido, con la presunta complicidad de su hermana y su madre, brutalmente agredidos.
Carlos Valdés, director de Medicina Legal, dio a conocer que los exámenes hechos a los niños indicaron que presentaban señales de haber sufrido constantes abusos sexuales, maltrato físico y quemaduras en varias partes del cuerpo.
Las marcas tanto de golpes como de quemaduras, según Medicina Legal, demuestran que el abuso contra los menores ha sido constante durante un largo periodo de tiempo. Valdés explicó que los niños presentan heridas recientes y otras muy antiguas.
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Según Cristina Plazas, directora del Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), “Este es el caso más aterrador de nuestro país en los últimos tiempos. Hay que darle frente a esta problemática del maltrato intrafamiliar. Esta es una deuda con nuestros niños y niñas”.
Según conoció KienyKe.com, los niños llegaron a la casa, propiedad de López, debido a que Pedraza y la compañera sentimental de él lo conocieron hace algún tiempo, cuando la madre de los niños vivía en el barrio Meissen y actualmente arrendaban una habitación en dicha casa.
Dentro de la vivienda se encontró únicamente desorden. Allí se vivía en malas condiciones de salubridad.
Al parecer desde aquel tiempo López, quien decía ser pastor cristiano, empezó a convencer a la madre de los niños para que los dejara más tiempo con él. Los vecinos del sector comentan que el hombre decía que él les iba a sacar el demonio que tenían adentro.
Los vecinos del barrio Meissen narraron que en las noches el hombre vociferaba, acompañado de música a alto volumen, frases alusivas a Jehová y al demonio.
Por su parte Claudia Patricia Vásquez, la madre de los niños y abuela de la bebé, indicó que ella confiaba en López, ya que era un hombre que argumentaba que iba a llevar a sus hijos por el camino de Dios. Según Vásquez aquel hombre era el guía espiritual de su hija de 19 años y de su compañero sentimental, el mismo joven que fue capturado.
En esta casa del barrio Meissen, en Ciudad Bolívar, fue donde los niños habrían sido abusados sexualmente y maltratados.
Luis Eduardo López, según los vecinos del sector, hace unos cinco años había sido acusado de haber violado a una señora dentro de la misma casa donde al parecer abusaba de los niños.
Aunque las autoridades están llevando a cabo las investigaciones pertinentes para esclarecer qué fue realmente lo que ocurrió con los niños, lo cierto es que fueron y han sido, con la presunta complicidad de su hermana y su madre, brutalmente agredidos.
Carlos Valdés, director de Medicina Legal, dio a conocer que los exámenes hechos a los niños indicaron que presentaban señales de haber sufrido constantes abusos sexuales, maltrato físico y quemaduras en varias partes del cuerpo.
Las marcas tanto de golpes como de quemaduras, según Medicina Legal, demuestran que el abuso contra los menores ha sido constante durante un largo periodo de tiempo. Valdés explicó que los niños presentan heridas recientes y otras muy antiguas.
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Según Cristina Plazas, directora del Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), “Este es el caso más aterrador de nuestro país en los últimos tiempos. Hay que darle frente a esta problemática del maltrato intrafamiliar. Esta es una deuda con nuestros niños y niñas”.
Según conoció KienyKe.com, los niños llegaron a la casa, propiedad de López, debido a que Pedraza y la compañera sentimental de él lo conocieron hace algún tiempo, cuando la madre de los niños vivía en el barrio Meissen y actualmente arrendaban una habitación en dicha casa.
Dentro de la vivienda se encontró únicamente desorden. Allí se vivía en malas condiciones de salubridad.
Al parecer desde aquel tiempo López, quien decía ser pastor cristiano, empezó a convencer a la madre de los niños para que los dejara más tiempo con él. Los vecinos del sector comentan que el hombre decía que él les iba a sacar el demonio que tenían adentro.
Los vecinos del barrio Meissen narraron que en las noches el hombre vociferaba, acompañado de música a alto volumen, frases alusivas a Jehová y al demonio.
Por su parte Claudia Patricia Vásquez, la madre de los niños y abuela de la bebé, indicó que ella confiaba en López, ya que era un hombre que argumentaba que iba a llevar a sus hijos por el camino de Dios. Según Vásquez aquel hombre era el guía espiritual de su hija de 19 años y de su compañero sentimental, el mismo joven que fue capturado.
