La chilena Roxana Valdés, quien había denunciado a su esposo por violencia intrafamiliar en la región de Maule, al este del país austral, asesinó a su pareja. Este caso conmocionó a los chilenos, pues la mujer no solo cometió el crimen sino que además descuartizó y cocinó a su víctima.
¿Por qué lo mato? El hecho no se presentó precisamente en medio de una acalorada discusión, sino que Valdés, de 39 años, descubrió que Claudio Muñoz Ramírez, de 43, padre de su hijo de 8, le había robado cinco millones de pesos chilenos, alrededor de 18 millones de pesos colombianos, y presa de la ira fue en busca de un revólver para después ultimar de tres balazos en el tórax a Muñoz, quien falleció en el acto.
Después, la mujer cercenó el cuerpo y depositó las partes en una olla para hervirlo durante varias horas, según lo informaron las autoridades chilenas. “La zona de la cabeza también estaba separada del cuerpo”, precisó un oficial de policía.
"Recordó series de corte policial que veía. Tomó un cuchillo tipo serrucho con el que cortaba zapallo y procedió a amputarle las extremidades y la cabeza", explicó al diario "El Mercurio" el capitán de Carabineros, Francisco Cabrera.
Al parecer la intención de la homicida era preparar alimentos con los restos del cuerpo para así desaparecer la evidencia. No obstante, decidió cambiar de planes, tras lo cual introdujo los restos en bolsas de basura y los llevó en su carro a un lugar en las afueras del pueblo, donde los arrojó, reveló La Nación de Argentina.
"Pensé en deshacerme de él (el cuerpo) pero no podía, subí al auto todos los restos, que iban dentro de unas bolsas. Se me ocurrió ir a enterrarlos (...) pero no tuve valor y me devolví", dijo Valdez en su declaración.
El cargo de conciencia no dejó tranquila a Roxana y 24 horas después de cometer el atroz crimen se entregó a las autoridades y confesó lo que había hecho con su conviviente.
La madre de la victimaria sostuvo que existía violencia intrafamiliar entre la pareja y que su hija arrastraba una profunda depresión por la pérdida de un bebé.
"Miedo, miedo", fueron las escuetas palabras de Roxana Valdez al ser consultada por la prensa cuando era trasladada por los policías al tribunal. Por ahora, Valdés se encuentra en prisión preventiva y acusada de parricidio, mientras su caso es portada de todos medios chilenos.
