Una bicicleta de gama media, que cuesta alrededor de dos millones de pesos, en el mercado negro de Bogotá, se puede conseguir por menos de 400 mil pesos.
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Uno de los puntos de mayor venta de bicicletas robadas en Bogotá esta cerca a la Estación del Ferrocarril que queda en la calle 13 con carrera 18, en el centro de la capital.
Una fuente consultada por KienyKe.com indicó que a los ladrones, quienes llevan hasta allí los vehículos hurtados les pagan en promedio 200 o 300 mil pesos, dependiendo lo fina que sea la bicicleta. La misma fuente indicó que aunque las autoridades conocen dónde y cómo funciona el negocio, no se ha hecho nada para detener dichas acciones.
Este mercado ilegal, aunque en menor proporción, es parecido al de los celulares, los cuales se comercializan, según la policía, en la calle 13 con Av. Caracas, unas cuadras más arriba de donde se venden las ciclas robadas.
Tanto celulares como bicicletas son elementos apetecidos por los delincuentes, según un investigador contra-atracos de la Sijin Bogotá, porque son de fácil comercialización.
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Los ladrones, por obtener su 'botín', en varias oportunidades con frialdad y sevicia no solo se llevan los elementos, también se llevan la vida de sus víctimas.
César Augusto Criollo trabajaba hace 18 meses en como promotor de la bicicleta en la Secretaría de Movilidad.
El pasado domingo, en horas de la mañana, César Augusto Criollo Preciado, un funcionario de la Secretaría de Movilidad de Bogotá, activista promotor del uso de la bicicleta en la ciudad, fue asesinado por jóvenes delincuentes que pretendían robarle su bicicleta.
César era ingeniero con maestría en Sistemas de Transporte. Trabajaba en la Dirección de Seguridad Vial y comportamiento del Tránsito de la Secretaría hace un año y medio. Su labor estaba relacionada con la seguridad vial para los ciclistas y la elaboración de programas y proyectos para promover el uso de la bicicleta como medio de transporte en la capital, una ciudad congestionada con los automotores.
César, a donde iba, se llevaba su caballito de acero. Estaba en Flandes, un municipio del Tolima, con unos familiares. Salió con su bicicleta a entrenar, como lo hacía todos los días. Un grupo de jóvenes se le acercó e intentó arrebatarle su bicicleta, al parecer, el ingeniero se rehusó al atracó y los ladrones sin pensarlo dos veces le propinaron un disparo que minutos después produjo su muerte.
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Las autoridades, gracias a la colaboración de testigos, lograron la captura de un menor de edad, que al parecer, está implicado en la muerte del ingeniero e informaron que están adelantando las pesquisas necesarias para atrapar a los demás miembros de la banda.
Varias voces de rechazo se escucharon frente al crimen de César. Organizaciones de amigos del uso de la bici enviaron un comunicado a la opinión pública en el que no solo lamentan el homicidio, sino que exigen a las autoridades que se definan acciones concretas que logren desarticular las redes de comercialización de ciclas robadas, así mismo les pidieron a los gobernadores, concejales y alcaldes que promuevan y mejoren las condiciones de movilidad para los ciclistas.
César Augusto Criollo trabajaba hace 18 meses en como promotor de la bicicleta en la Secretaría de Movilidad.
El pasado domingo, en horas de la mañana, César Augusto Criollo Preciado, un funcionario de la Secretaría de Movilidad de Bogotá, activista promotor del uso de la bicicleta en la ciudad, fue asesinado por jóvenes delincuentes que pretendían robarle su bicicleta.
César era ingeniero con maestría en Sistemas de Transporte. Trabajaba en la Dirección de Seguridad Vial y comportamiento del Tránsito de la Secretaría hace un año y medio. Su labor estaba relacionada con la seguridad vial para los ciclistas y la elaboración de programas y proyectos para promover el uso de la bicicleta como medio de transporte en la capital, una ciudad congestionada con los automotores.
César, a donde iba, se llevaba su caballito de acero. Estaba en Flandes, un municipio del Tolima, con unos familiares. Salió con su bicicleta a entrenar, como lo hacía todos los días. Un grupo de jóvenes se le acercó e intentó arrebatarle su bicicleta, al parecer, el ingeniero se rehusó al atracó y los ladrones sin pensarlo dos veces le propinaron un disparo que minutos después produjo su muerte.
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Las autoridades, gracias a la colaboración de testigos, lograron la captura de un menor de edad, que al parecer, está implicado en la muerte del ingeniero e informaron que están adelantando las pesquisas necesarias para atrapar a los demás miembros de la banda.
Varias voces de rechazo se escucharon frente al crimen de César. Organizaciones de amigos del uso de la bici enviaron un comunicado a la opinión pública en el que no solo lamentan el homicidio, sino que exigen a las autoridades que se definan acciones concretas que logren desarticular las redes de comercialización de ciclas robadas, así mismo les pidieron a los gobernadores, concejales y alcaldes que promuevan y mejoren las condiciones de movilidad para los ciclistas.
