
Preguntas sin respuestas es lo único que hay; es lo único que ronda en las mentes de familiares y amigos y es lo único que hasta este momento, a parte de unos leves elementos, también tienen las autoridades judiciales sobre la violenta muerte de Miguel Ángel Perdomo, el hombre que fue hallado por partes en diferentes bolsas de basura en el sur de Bogotá y que resultó ser el conductor de la directora de Noticias Uno, Cecilia Orozco, hecho que le da un poco más de notoriedad a su muerte.
"Nadie sabe nada", fue lo que respondió Luis Perdomo, hermano de la víctima, cuando se le preguntó ¿qué le han dicho las autoridades sobre el caso?.
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Luis, visiblemente golpeado por lo ocurrido, le contó a KienyKe.com que el último día que vio a Miguel fue el sábado, día en que salió de la casa donde vivían los cuatro hermanos Perdomo Corredor: él, Miguel y dos mujeres, al parecer, a rumbear con una pareja de amigos que ya rindió indagatoria en la Fiscalía.
Según conoció este medio, la pareja con la que Miguel salió a bailar a una discoteca en el centro de la ciudad llevaba a una amiga para que el conductor de la periodista también estuviese emparejado durante la noche de baile.
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Miguel Perdomo llevaba al menos cinco años trabajando con Orozco. Antes de ese trabajo, del que se sentía orgulloso, había manejado carros de servicio especial y buseta, años atrás, cuando vivió un tiempo en Costa Rica (Centroamérica) se ganaba la vida vendiendo celulares y sus diferentes accesorios.
"Era un hombre feliz", recuerda su hermano, quien también dice que era una persona noble y alejado siempre de los problemas, por eso ratifica lo que ya ha dicho en varios medios, que Miguel no tenía enemigos y que sobre él no había existía ningún tipo de amenaza.
En redes sociales han querido vincular la muerte de Miguel con su cercanía con la directora de Noticias Uno, uno de los pocos medios de comunicación que hace denuncias de peso contra políticos y funcionarios. Una fuente judicial le indicó a KienyKe.com que aunque es muy rápido para sacar conclusiones del caso, esa una hipótesis que no se puede dejar de lado.
Después de que Miguel y sus amigos salieron de la discoteca (domingo al amanecer), él y la mujer que la pareja había invitado como su compañera de baile, abordaron un taxi. La versión que esta persona le entregó a los investigadores judiciales indicó que ella y Miguel compartieron dicho taxi hasta la Avenida Primero de Mayo con carrera 30. Al parecer ella siguió en el vehículo y él se quedó en ese punto de la ciudad, se supone, esperando un bus u otro taxi que lo llevara al municipio de Soacha, al sur de la ciudad, donde vivía con sus hermanos, desde que se separó de su esposa, seis años atrás.
"Miguel era amigo de todo el mundo", dice con tristeza Luis. "Era tan buena persona que la separación con su esposa se dio en los mejores términos. Después de vivir juntos por muchos años se divorciaron en paz y él autorizó sin problema alguno que ella se llevara a sus cuatro hijos para Estados Unidos, donde viven actualmente". Miguel era padre de tres mujeres y un niño.
La búsqueda del conductor de la periodista inició el domingo en las horas de la tarde. Él, que era muy responsable, no cumplió con su trabajo ese domingo y desde ese momento todo comenzó a ser extraño.
Sobre las 9:00 de la noche de ese mismo día hallaron en el barrio La Chucua, en la localidad de Kennedy, una bolsa en la que estaba una cabeza decapitada y una pierna. La noticia se emitió el lunes por los medios de comunicación pero pasó como un hecho trágico más. La búsqueda de Miguel continuaba.
El martes, a las 11 de la noche, en el barrio La Ponderosa, en la localidad de Puente Aranda, a unos 10 kilómetros de distancia del primer hallazgo, unos recolectores de basura hicieron otro macabro descubrimiento, en tres bolsas de basura encontraron el tronco, los brazos y una pierna. Eran las partes que hacían falta para completar un cadáver que había comenzado a aparecer dos días antes.
El reconocimiento por parte de las autoridades fue fácil. Las huellas dactilares de Miguel Perdomo coincidían con las del cuerpo cercenado que fue hallado en Kennedy y Puente Aranda. El reconocimiento familiar lo hizo Luis, quien entró a los cuatos fríos de Medicina Legal y corroboró que Miguel, su querido hermano, había sido brutalmente descuartizado, aparentemente, sin razón alguna.