Una cantina ubicada en María La Baja, Bolívar, fue el escenario para un hecho de terror. En las horas de la noche del pasado domingo, María Alejandra Espitia Segura esperó a que su expareja, Yose Esteban Rodríguez Hernández, saliera de comprar una cerveza, con el fin de insistir que volviera con ella. Las palabras de negación del hombre provocaron su ira y, sin pensarlo dos veces, la mujer decidió coger una botella, romperla y con el pico afilado, degollarlo.
Los hechos se presentaron frente a las personas que se encontraban en el lugar y los amigos de la víctima, quienes reaccionaron de manera inmediata agrediendo e insultado a la mujer, que posteriormente fue llevada a un hospital. María Alejandra fue dada de alta al día siguiente, debido a que solo tenía lesiones leves.
La suerte de Rodríguez, quien fue llevado al mismo centro asistencial, no fue la misma. Aparte de la herida en el cuello, tenía dos cortadas en el abdomen y una en un brazo, y aunque los médicos tenían la esperanza de salvarlo, falleció.
Del amor al odio
Esta trágica historia comenzó al final de una relación sentimental, debido a que las dos personas llevaban varios días en discusión luego de estar casi siete meses juntos. Al parecer, el hombre estaba decidido a terminar su vínculo porque era víctima de múltiples agresiones por parte de la mujer. María Alejandra, por su parte, hacía hasta lo imposible para mantenerse a su lado. [single-related post_id="1055236"] El jueves de la pasada semana todo cambió cuando ella tomó la determinación de recoger sus pertenencias y marcharse de la casa en donde vivían, pero no soportó la indiferencia del hombre, y por esa razón, volvió a buscarlo para volver con él.Sin embargo, la ira y el odio le truncaron sus planes y en ese momento fue cuando ocurrió el fatal desenlace.No había salido del hospital cuando las autoridades ya tenían una orden de captura en su contra y fue retenida en el mismo centro hospitalario en el que fue atendida. Un juez acogió la solicitud de la Fiscalía General para que María Alejandra fuera cobijada con medida de aseguramiento en centro penal. El ente investigador le imputó los cargos del delito de homicidio agravado. Por ahora, la mujer tendrá que estar tras las rejas de la cárcel San Diego, ubicada en Cartagena de Indias, mientras sigue el proceso en su contra y se confirma la veracidad de los hechos.
