
El asesinato de Emily Dayana Villalba, una joven de apenas 15 años, ha consternado a la comunidad de Chocontá, Cundinamarca, y ha dejado una profunda herida en el corazón de su familia y amigos.
La tragedia comenzó el 12 de marzo de 2025, cuando Emily desapareció luego de asistir a una cita odontológica, y terminó en un macabro hallazgo a las pocas horas, cuando su cuerpo fue encontrado sin vida en una zona boscosa cercana a su hogar. A medida que la investigación avanza, se han ido conociendo detalles escalofriantes que vinculan a un vecino de la joven con su muerte, quien ahora se encuentra prófugo.
La última vez que Emily fue vista
Según los informes, Emily fue vista por última vez a las 6:30 p.m. del miércoles 12 de marzo. La joven había terminado su cita con el dentista y caminaba rumbo a su casa, en la vereda Pueblo Viejo Alto de Chocontá.
En las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona se puede ver a Emily caminando acompañada por un hombre, que luego se aleja de ella y regresa poco después, sin la maleta que llevaba la joven.
El alcalde de Chocontá, Javier Garzón, brindó detalles clave sobre lo sucedido, afirmando que el hombre en cuestión era conocido en el barrio y había vivido allí por más de seis años.
"Era una niña muy alegre, extrovertida, y por lo que sabemos, este hombre le había generado confianza", explicó Garzón. La relación de confianza entre Emily y su presunto asesino puede haber sido el factor que la llevó a acompañarlo sin sospechar ningún peligro, ya que este hombre también había trabajado con su madre en el pasado.
El sospechoso: Marcos Peña
La investigación reveló que el principal sospechoso del asesinato de Emily Villalba es un hombre identificado como Marcos Peña, quien era vecino de la joven. Según las cámaras de seguridad, Peña fue captado caminando junto a Emily poco después de las 6:40 p.m., y luego de un breve intercambio de palabras, se le observa alejándose de la zona solo, sin la maleta de la víctima.
A partir de este momento, las autoridades no han logrado dar con su paradero. Según Garzón, en los videos se ve a Peña regresar al barrio aproximadamente 40 minutos después, pero sin la maleta y con ropa diferente. Este comportamiento extraño, sumado a su desaparición posterior, lo ha colocado en el centro de la investigación.
El alcalde de Chocontá ha solicitado la colaboración de la ciudadanía para encontrar al sospechoso, ofreciendo una recompensa para quienes puedan proporcionar información útil. "Estamos comprometidos con la justicia y la seguridad de nuestra comunidad", señaló Garzón, haciendo un llamado a la cooperación ciudadana.
Un caso que remueve la conciencia colectiva
El caso de Emily Villalba ha tenido una repercusión nacional, no solo por la brutalidad del crimen, sino también por el perfil del asesino, un hombre que parecía ser una figura familiar y confiable en el entorno de la joven. Este tipo de tragedias, donde las víctimas se sienten seguras en su propia comunidad, resalta la creciente preocupación sobre la seguridad en los entornos más cercanos, como los vecindarios y las relaciones interpersonales.
El caso de Emily se suma a una lista cada vez más alarmante de feminicidios y agresiones contra mujeres y menores de edad en Colombia. En el mismo contexto, otro trágico hallazgo fue reportado en Usaquén, Bogotá, donde un bebé fue encontrado muerto en un contenedor de basura, un hecho que también ha sacudido a la opinión pública. Estos casos reflejan una realidad sombría que exige respuestas urgentes por parte de las autoridades y una reflexión profunda sobre la protección de los más vulnerables en la sociedad.
La respuesta de las autoridades y la comunidad
A nivel local, las autoridades se encuentran en una carrera contra el tiempo para dar con el paradero de Marcos Peña. La operación de búsqueda, que involucra tanto a la policía como a grupos especializados, continúa con intensidad. Además, se han intensificado los controles en los puntos de salida del municipio, pues se teme que Peña haya huido a otra región para evitar ser capturado.
La familia de Emily, devastada por su pérdida, ha pedido justicia, y tanto ellos como la comunidad esperan que el crimen no quede impune. "Ella no merecía morir de esta manera", señaló uno de los familiares de la joven. "Solo queremos que pague por lo que hizo".
El caso de Emily Villalba sigue siendo una herida abierta en el municipio de Chocontá, mientras la búsqueda del presunto asesino se intensifica. Este trágico suceso también resalta la necesidad urgente de políticas públicas más efectivas para proteger a las mujeres y niñas en todo el país, y sobre todo, de una respuesta más firme por parte de la sociedad ante la violencia machista y los crímenes de género.
El asesinato de Emily Villalba es una tragedia que, además de causar un dolor inmenso a su familia, nos obliga a reflexionar sobre las condiciones de seguridad de nuestras comunidades. La confianza mal depositada, el silencio cómplice y la impunidad son factores que continúan alimentando una espiral de violencia que debe ser detenida. La justicia debe prevalecer, y esperamos que pronto se logre dar con el paradero del responsable de este crimen, para que Emily, su familia y la comunidad de Chocontá encuentren al menos un poco de paz.