A primera vista es difícil encontrar los principios rectores de un juego que para el observador casual aparece como un conjunto de contradicciones. Por ejemplo: es aceptable la acción de ejercer extrema presión física sobre un oponente en un intento de obtener la posesión de la pelota, pero no para lastimar voluntaria o maliciosamente.
Para participar por uno de los 25 pases dobles para el juego entre la selección Colombia de rugby y la selección Bogotá, ingresa aquí
Estos son los límites dentro de los cuales los jugadores y los referees actúan: la capacidad para hacer esta fina distinción. En el rugby se encuentran el control y la disciplina, tanto individual como colectiva.
El rugby le debe mucho de su atractivo al hecho de ser jugado conforme la letra, dentro del espíritu de las leyes. La responsabilidad de asegurar que esto ocurra no reside en un solo individuo: involucra a entrenadores, capitanes, jugadores, referees y voluntarios.
Es a través de la disciplina, el control, y el respeto mutuo que florece el espíritu del juego, y en el contexto de un juego tan exigente físicamente como el rugby, estas son las cualidades que forjan la camaradería y el sentido de juego limpio, esencial para el prolongado éxito y supervivencia del juego.
Las columnas sobre las que se fundamenta son: el placer de participar, el coraje y la habilidad que el juego demanda, el amor por un deporte de equipo que enriquece las vidas de todos los involucrados, y las amistades perdurables forjadas a través de un interés común por el juego.
Lo más importante de este deporte es que se ha metido de lleno en la era profesional pero ha mantenido el espíritu y las tradiciones del juego recreativo. Teniendo claro que el deporte es diversión.
En el rugby se establecen procesos de comunicación entre monitores, entrenadores, compañeros, padres y comunidad en los que se le permite escuchar y ser escuchado. Además se acoge con cortesía las normas e indicaciones de los miembros de la comunidad participante.
Nuestro deporte utiliza actitudes y expresiones de cortesía con las personas de su entorno. Cuida y conserva la naturaleza y los recursos materiales que necesita para su desarrollo en la institución y en su entorno.
Genera disciplina al hacer cumplir las exigencias del proyecto y de las instituciones, portando el uniforme, siguiendo el horario y las normas internas.
En el rugby se llevan a cabo los terceros tiempos, donde después de la intensa lucha con el adversario se comparte la mesa y se platica sobre el partido jugado, las tácticas, las técnicas, los clubes, el seleccionado, etc.
El perdedor aplaude y forma una calle a los ganadores o campeones, como forma de felicitarlos y admitir la derrota. A los que juegan se les trata de inculcar al máximo el respeto por las autoridades y en esto se incluye por supuesto al referee, fundamental para la conducción de un partido.
Es a través de la disciplina, el control, y el respeto mutuo que florece el espíritu del juego, y en el contexto de un juego tan exigente físicamente como el rugby, estas son las cualidades que forjan la camaradería y el sentido de juego limpio, esencial para el prolongado éxito y supervivencia del juego.
Las columnas sobre las que se fundamenta son: el placer de participar, el coraje y la habilidad que el juego demanda, el amor por un deporte de equipo que enriquece las vidas de todos los involucrados, y las amistades perdurables forjadas a través de un interés común por el juego.
Lo más importante de este deporte es que se ha metido de lleno en la era profesional pero ha mantenido el espíritu y las tradiciones del juego recreativo. Teniendo claro que el deporte es diversión.
En el rugby se establecen procesos de comunicación entre monitores, entrenadores, compañeros, padres y comunidad en los que se le permite escuchar y ser escuchado. Además se acoge con cortesía las normas e indicaciones de los miembros de la comunidad participante.
Nuestro deporte utiliza actitudes y expresiones de cortesía con las personas de su entorno. Cuida y conserva la naturaleza y los recursos materiales que necesita para su desarrollo en la institución y en su entorno.
Genera disciplina al hacer cumplir las exigencias del proyecto y de las instituciones, portando el uniforme, siguiendo el horario y las normas internas.
En el rugby se llevan a cabo los terceros tiempos, donde después de la intensa lucha con el adversario se comparte la mesa y se platica sobre el partido jugado, las tácticas, las técnicas, los clubes, el seleccionado, etc.
El perdedor aplaude y forma una calle a los ganadores o campeones, como forma de felicitarlos y admitir la derrota. A los que juegan se les trata de inculcar al máximo el respeto por las autoridades y en esto se incluye por supuesto al referee, fundamental para la conducción de un partido.
