Quién sabe lo que sería Yulimar Rojas, si en el 2008 no hubiera visto a la Selección Venezolana de voleibol en los Juegos Olímpicos de Pekín. Desde entonces, el deporte se le metió muy adentro. Lo primero que pensó fue en practicar esa disciplina, pero el día que fue al polideportivo de Puerto de la Cruz a inscribirse, llamó la atención, por su contextura, del entrenador de atletismo, que, de inmediato se fijó en ella. Esa elección, aparentemente casual, años después, la llevaría a obtener una serie de triunfos que muy pocos atletas han logrado en su país.
Luego del triunfo de Rojas ante Caterine Ibargüen, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, expresó su alegría por la victoria de su compatriota a la que cataloga como una atleta de "la generación de oro". El mandatario de ese país enfatizó los beneficios de la 'revolución deportiva' que el chavismo ha impulsado a jóvenes deportistas como Yulimar.
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Obtuvo una serie de victorias en campeonatos locales. Su primer ‘salto’ a las arenas internacionales fue en el 2011, cuando ganó medalla de oro en el campeonato Sudamericano juvenil de atletismo. Era, desde muy joven, una deportista con muchas posibilidades de hacer algo grande.
En medio del panorama de crisis y polarización que vive Venezuela, el triunfo de Yulimar aquietó un poco los ánimos, y aunque fuera por un par de horas, el país se unió bajo una misma causa. No han faltado, sin embargo, los que han señalado a la deportista como “objeto de propaganda política”. En todo caso, Yulimar parece ser una prueba de que, más allá de las disputas, la política de la “revolución deportiva”, que el Chavismo ha impulsado, sí ha tenido resultados positivos. Por lo menos para la actual campeona mundial. Porque, como dicen muchos expertos, el deporte no tiene posturas políticas.
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Rojas solo necesitaba una oportunidad para demostrar que su hambre de triunfo era más grande que cualquier obstáculo. Y esta llegó a través de Facebook. Iván Pedroso, reconocido atleta cubano, la contactó luego de haber visto videos en los que demostraba sus excepcionales capacidades. A los dos meses, la deportista ya estaba entrenando en Madrid, España.
Pedroso demostró su efectividad. Apenas cuatro meses después de haberla recibido, la venezolana triunfó en el Campeonato de Invierno de Madrid con una marca de 14,67. La atleta comenzó a superar a sus rivales con grandes saltos. En ese camino se cruzaría con otro fenómeno del salto triple: Caterine Ibargüen.
Desde ese momento hasta el día de hoy, se han encontrado en las competencias más importantes de esta disciplina. La rivalidad de la venezolana y la colombiana es visible en cada torneo en el que se encuentran. Ambas se han enfrentado diez veces. Ocho victorias para Ibargüen, incluidos dos oros olímpicos. Yulimar le venció en Roma (2014) y ahora en Londres.
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Uno de los episodios más memorables de esta rivalidad fue en Río 2016. La antioqueña logró un registro de 15,17. Sus largas piernas la acercaron al Olimpo dorado, ese que todos los deportistas sueñan en las magnas justas. 19 centímetros alejaron a Rojas del primer lugar; pero no la sacaron de la élite del salto triple. Ella siempre estuvo entre las mejores. Y lo seguirá estando.
Caterine tiene 33 años; Yulimar 21. Los resultados demuestran que podría haber ‘un paso de antorcha’. El relevo generacional de la colombiana, sin duda sería para la venezolana.
Maduro presume triunfo de Yulimar Rojas
Mar, 08/08/2017 - 07:06
Quién sabe lo que sería Yulimar Rojas, si en el 2008 no hubiera visto a la Selección Venezolana de voleibol en los Juegos Olímpicos de Pekín. Desde entonces, el deporte se le metió muy adentro.