Este martes el delantero francés Thierry Henry anunció su retiro del fútbol profesional tras una trayectoria de veinte años en equipos como el Mónaco, Juventus, Arsenal, Barcelona y su último club el New York Red Bulls. Lea también: Didier Drogba, el elefante que detuvo una guerra
El jugador de 37 años se despide con varios registros significativos, el más importante de ellos, ser el máximo goleador en la historia de la Selección de Francia. Anotó 51 tantos en 123 partidos, nadie le ha dado nunca tantos goles a Francia. Lea también: El pasado alcohólico de Franck Ribery
En un comunicado publicado en Facebook, Henry señaló que su carrera fue "un viaje increíble" y agradeció el apoyo de todos los aficionados de los clubes en los que ha jugado. Además, reveló que a partir de ahora regresará a Londres y se incorporará como comentarista al canal Sky Sports. Lea también: El fútbol rescató a Benzema del bullying cuando niño
Pese al reconocimiento y la admiración que despierta 'Titi' fuera de su tierra, en Francia no tiene el reconocimiento suficiente. Incluso, alguna vez se especuló que el delantero podía jugar en Atlético Nacional.
El rumor tomó fuerza cuando al francés se le vio en la sede el equipo verde vestido de cortos y con la camiseta de entrenamiento del equipo que dirige Juan Carlos Osorio.
Ese martes 16 de diciembre el goleador se vistió de verde. Fue invitado por Juan Pablo Ángel, su amigo desde que Juan Pablo jugaba en Inglaterra.
Henry se puso la camiseta número 24, hizo el entrenamiento normal que adelantó Nacional, con estiramientos, trabajos tácticos y luego fútbol. De igual manera, cumplió con las indicaciones que le dio el técnico Juan Carlos Osorio, como si fuera otro jugador más del equipo.
"Los ingleses le hicieron una estatua pero en Francia no ha sido reconocido siempre en su justo valor. Y, sin embargo, con su extraordinario palmarés y su récord de goles con la selección, Thierry Henry se convertirá en una leyenda", apuntó en un comunicado el presidente de la Liga de Fútbol Profesional de Francia (LPF), Frédéric Thiriez.
Thiriez se refiere a los cerca de 200 kilos de bronce fundidos con la imagen de Henry celebrando un gol de rodillas que vigilan la entrada del Emirates Stadium en Holloway, Londres, como reconocimiento a los 226 goles que firmó con los "gunners" entre 1999 y 2007.
En Francia nunca se le hizo un homenaje similar pese a ser emblema del fútbol galo junto a Zinedine Zidane, Michel Platini o Raymond Kopa.
Ni siquiera en la localidad donde nació Henry, un joven de origen antillano que se crió en Les Ulis, un pueblo de 25.000 habitantes a las afueras de París, se plantean hacer un homenaje de envergadura a su vecino más ilustre.
"No habrá una estatua, ni nada parecido se le dedicará un artículo en nuestra revista municipal", explica un portavoz autorizado del ayuntamiento de Les Ulis, que al descolgar el teléfono parecía no haberse parado a pensar en la posibilidad de rendir tributo al ya exfutbolista.
Esta anécdota del pueblo donde empezó a jugar Heny es solo un signo más del desinterés de los franceses por la figura de Henry, un futbolista fuera de lo normal, un baluarte de la selección, pero un eterno extraño en casa.
Pese a que muchos no lo reconoce, sus excompañeros sí lo hacen. Son conscientes de lo que le entregó a la selección francesa en los 123 que jugó.
"A 'Titi' hay que rehabilitarlo de una vez por todas. Un francés negro que tiene una estatua en Inglaterra. Eso dice mucho", comentó recientemente Petit.
"Se merece todo el reconocimiento por todo lo que aportó al fútbol francés", añadía Zidane sobre el delantero que ganó una liga francesa con el Mónaco (96/97), dos ligas inglesas con el Arsenal (01/02 y 03/04), dos ligas españolas (08/09 y 09/10) y una Liga de Campeones con el Barcelona (2009), entre otros muchos títulos colectivos.
Una vez empezó la lluvia de elogios por parte de los exfutbolisas, los directivos empezaron con sus comunicados elogiosos.
El primero de ellos fue el presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët. "Es uno de los atacantes más grandes de la historia del fútbol francés y mundial", indicó Le Graët en un comunicado en el que resaltó parte de su palmarés en el que también se destacan los títulos de campeón del mundo (1998), campeón de Europa (2002) y campeón de la Copa Confederaciones (2003).
Tras colgar los guayos con las que dio en los Red Bulls de Nueva York (2010-2014) sus últimos coletazos como futbolista, decidió poner fin a su carrera con la que también logró dos podios en el Balón de Oro (2003 y 2006) y que fue máximo goleador extranjero de la Premier League y máximo anotador francés en Liga de Campeones.
"La historia conservará la imagen de un delantero fuera de lo normal, talentoso, que forma parte del pequeño círculo de jugadores excepcionales. Toda la familia del fútbol francés se une a mí para felicitar y agradecer a Thierry Henry por su destacable carrera" agregó Le Graët.
Didier Deschamps, seleccionador francés, compañero de Henry en el Mundial de 1998 y poco dado a las explosiones de júbilo señaló. "Merece un homenaje. El presidente ha sido muy claro. No tengo nada que añadir sobre la manera en que va a organizarse", indicó Deschamps, que parece resignado a poner al servicio del recuerdo de Henry a los "bleus", aunque no ha desvelado si será el próximo 26 de marzo, coincidiendo con el partido amistoso de Francia contra Brasil.
El rumor tomó fuerza cuando al francés se le vio en la sede el equipo verde vestido de cortos y con la camiseta de entrenamiento del equipo que dirige Juan Carlos Osorio.
Ese martes 16 de diciembre el goleador se vistió de verde. Fue invitado por Juan Pablo Ángel, su amigo desde que Juan Pablo jugaba en Inglaterra.
Henry se puso la camiseta número 24, hizo el entrenamiento normal que adelantó Nacional, con estiramientos, trabajos tácticos y luego fútbol. De igual manera, cumplió con las indicaciones que le dio el técnico Juan Carlos Osorio, como si fuera otro jugador más del equipo.
"Los ingleses le hicieron una estatua pero en Francia no ha sido reconocido siempre en su justo valor. Y, sin embargo, con su extraordinario palmarés y su récord de goles con la selección, Thierry Henry se convertirá en una leyenda", apuntó en un comunicado el presidente de la Liga de Fútbol Profesional de Francia (LPF), Frédéric Thiriez.
Thiriez se refiere a los cerca de 200 kilos de bronce fundidos con la imagen de Henry celebrando un gol de rodillas que vigilan la entrada del Emirates Stadium en Holloway, Londres, como reconocimiento a los 226 goles que firmó con los "gunners" entre 1999 y 2007.
En Francia nunca se le hizo un homenaje similar pese a ser emblema del fútbol galo junto a Zinedine Zidane, Michel Platini o Raymond Kopa.
Ni siquiera en la localidad donde nació Henry, un joven de origen antillano que se crió en Les Ulis, un pueblo de 25.000 habitantes a las afueras de París, se plantean hacer un homenaje de envergadura a su vecino más ilustre.
"No habrá una estatua, ni nada parecido se le dedicará un artículo en nuestra revista municipal", explica un portavoz autorizado del ayuntamiento de Les Ulis, que al descolgar el teléfono parecía no haberse parado a pensar en la posibilidad de rendir tributo al ya exfutbolista.
Esta anécdota del pueblo donde empezó a jugar Heny es solo un signo más del desinterés de los franceses por la figura de Henry, un futbolista fuera de lo normal, un baluarte de la selección, pero un eterno extraño en casa.
Pese a que muchos no lo reconoce, sus excompañeros sí lo hacen. Son conscientes de lo que le entregó a la selección francesa en los 123 que jugó.
"A 'Titi' hay que rehabilitarlo de una vez por todas. Un francés negro que tiene una estatua en Inglaterra. Eso dice mucho", comentó recientemente Petit.
"Se merece todo el reconocimiento por todo lo que aportó al fútbol francés", añadía Zidane sobre el delantero que ganó una liga francesa con el Mónaco (96/97), dos ligas inglesas con el Arsenal (01/02 y 03/04), dos ligas españolas (08/09 y 09/10) y una Liga de Campeones con el Barcelona (2009), entre otros muchos títulos colectivos.
Una vez empezó la lluvia de elogios por parte de los exfutbolisas, los directivos empezaron con sus comunicados elogiosos.
El primero de ellos fue el presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët. "Es uno de los atacantes más grandes de la historia del fútbol francés y mundial", indicó Le Graët en un comunicado en el que resaltó parte de su palmarés en el que también se destacan los títulos de campeón del mundo (1998), campeón de Europa (2002) y campeón de la Copa Confederaciones (2003).
Tras colgar los guayos con las que dio en los Red Bulls de Nueva York (2010-2014) sus últimos coletazos como futbolista, decidió poner fin a su carrera con la que también logró dos podios en el Balón de Oro (2003 y 2006) y que fue máximo goleador extranjero de la Premier League y máximo anotador francés en Liga de Campeones.
"La historia conservará la imagen de un delantero fuera de lo normal, talentoso, que forma parte del pequeño círculo de jugadores excepcionales. Toda la familia del fútbol francés se une a mí para felicitar y agradecer a Thierry Henry por su destacable carrera" agregó Le Graët.
Didier Deschamps, seleccionador francés, compañero de Henry en el Mundial de 1998 y poco dado a las explosiones de júbilo señaló. "Merece un homenaje. El presidente ha sido muy claro. No tengo nada que añadir sobre la manera en que va a organizarse", indicó Deschamps, que parece resignado a poner al servicio del recuerdo de Henry a los "bleus", aunque no ha desvelado si será el próximo 26 de marzo, coincidiendo con el partido amistoso de Francia contra Brasil.
