De acuerdo a un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) titulado “Trabajar en un planeta más caliente: el impacto del estrés térmico en la productividad laboral y el trabajo decente”, los efectos de un mundo que se calienta se dejarán ver con nitidez en el 2030.
“Las consecuencias del cambio climático no solo están afectando al medioambiente. También las labores cotidianas de las personas, las que ya no podrán seguir trabajando al aire libre como lo habían hecho hasta ahora. Esto afectará diversas actividades productivas. Por eso resulta clave evitar un alza de temperatura que vaya más de los 1.5 grados. De ahí lo relevante de la ambición climática y los acuerdos que se asuman en la próxima COP que se hará en Chile en diciembre próximo”, alertó Greenpeace.
Según el análisis del organismo internacional, y siguiendo la tendencia de alza de temperatura de 1.5°C para finales del presente siglo, se estima que para el año 2030 se perderá el 2,2 % de las horas de trabajo en todo el mundo como consecuencia del aumento del calor.
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La cifra equivale a 80 millones de puestos de trabajo a nivel global y pérdidas económicas de 2.4 mil millones de dólares.
El llamado 'estrés térmico' se relaciona con el aumento de calor que puede soportar el cuerpo humano sin verse afectado por una degradación fisiológica. Suele presentarse a temperaturas superiores a 35°C y en condiciones de elevada humedad.
El exceso de calor en el mundo laboral constituye un riesgo para la salud al restringir de manera importante las funciones y aptitudes físicas de los trabajadores y su capacidad laboral. En casos extremos se producen insolaciones que pueden llegar a ser mortales.
