Hace unos cinco años en cada pasarela de las semanas de la moda más importantes del mundo se empezó a ver en una gran variedad de modelos con un color de pelo que pronto se viralizó y todos querían tener, el rubio platino, que a pesar de ser visto en Lady Gaga hace más de diez años, solo hasta ese momento fue visto en varias personas del común.
A principios de este año trató de remontar y continuar siendo tendencia teniendo en cuenta que llegó el final de la serie de HBO 'Game of Thrones' y que una de sus protagonistas, Daenerys Targaryen, llamaba la atención por su cabellera blanca, por lo que se impuso el 'rubio nórdico'.
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Pero esto es algo del pasado, ahora la tendencia apunta por un tono más fuerte y de contraste, casi que opuesto al rubio platinado, se trata del tono mostaza que cada vez gana más popularidad y promete quedarse un largo tiempo.
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Este curioso color está compuesto por tonos naranja y amarillo, recientemente ha ganado bastante popularidad, sobre todo en redes sociales, por ejemplo, en Instagram se puede encontrar a través de numeral #MustardHair, de esta manera encontrará una gran variedad de imágenes que funcionan como referencia para quienes quieran una melena con acentos amarillo, marrón y rojos.
Lo bueno que tiene esta opción en comparación con colores tan claros como el platino es que no necesita de grandes esfuerzos para cuidarlo y mantenerlo, sobre todo para las personas con el pelo oscuro, por lo que, en caso de necesitar decoloración, el proceso es menos agresivo, ya que no se requiere un tono muy puro.
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En caso de no querer atreverse 100% a este cambio que puede parecer un poco drástico, sobre todo si su tono natural es castaño o negro, se puede crear un balayage o algún efecto degradé para empezar poco a poco a probar el tono mostaza.
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Curiosamente este color no se puso de moda a partir de las pasarelas internacionales, al parecer su origen proviene directamente de las redes sociales, aunque hay modelos de gran reconocimiento con un tono parecido y menos artificial, por ejemplo, la holandesa Rianne van Rompaey, que protagoniza la portada de septiembre de Vogue París, la edición más importante del año.
