Las autoridades de salud de Gaza confirmaron la muerte de al menos seis niños tras un ataque aéreo israelí ocurrido el sábado en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro del enclave. El bombardeo impactó un punto de distribución de agua donde varias familias se encontraban recolectando líquido ante la crisis humanitaria que atraviesa el territorio.
En total, el ataque dejó diez personas muertas y más de quince heridas, según el reporte oficial. Testigos relataron que en el momento del impacto, varios menores hacían fila para llenar recipientes con agua, un recurso escaso debido al colapso de los servicios básicos tras más de nueve meses de conflicto.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) admitieron que el objetivo del operativo era un integrante de la Yihad Islámica, pero señalaron que el misil se desvió por una falla técnica y cayó a decenas de metros del blanco previsto, provocando víctimas civiles.
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“El misil no impactó el objetivo planeado. Estamos investigando lo sucedido”, indicó un portavoz militar israelí citado por medios internacionales.
El hecho ha generado una nueva ola de indignación entre organismos humanitarios, que advierten sobre el creciente número de menores víctimas de los ataques en Gaza. Desde el inicio de las hostilidades en octubre de 2023, más de 58.000 personas han muerto, según el Ministerio de Salud gazatí, entre ellas miles de niños y mujeres.
Organizaciones de derechos humanos han solicitado una investigación independiente y reiteraron el llamado a un alto al fuego inmediato que permita atender la crisis humanitaria.
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Entre tanto, las conversaciones entre Israel y Hamas, mediadas por Egipto y Catar, siguen estancadas en Doha. El gobierno israelí exige garantías de seguridad y la liberación de rehenes, mientras que Hamas insiste en un cese total de hostilidades y la retirada de tropas israelíes de la Franja.
