El hallazgo realizado por la fiscalía de Suiza de una cuenta bancaria en Andorra controlada presuntamente por Juan Carlos Borbón durante más de diez años, compromete sus últimas regularizaciones fiscales, por lo que el Tribunal Suprema podrá presentar una querella.
Los problemas con el fisco se acumulan para Juan Carlos I. Según desvela en primicia el diario El Confidencial, el equipo del fiscal suizo Yves Bertossa, que investiga su fortuna supuestamente oculta, ha comprobado que el monarca emérito tuvo un vínculo con una cuenta de Andbank.
La cuenta, que estuvo en operación entre 2006 y 2016, se controlaba a través de una sociedad mercantil panameña, Stream SA, la cual se disolvió el 4 de mayo del presente año. El dinero que pudo contener no aparece citado en ninguna de las dos regularizaciones fiscales efectuadas por Juan Carlos, circunstancia que podría influir en la investigación de la Fiscalía del Tribunal Supremo de España, el órgano que está depurando las posibles responsabilidades penales.
En caso de confirmarse la relación de esta cuenta con el rey emérito, sus regularizaciones fiscales de diciembre (por valor de 678.393 euros) y de febrero (4,4 millones) podrían quedar anuladas. La Fiscalía, además, podría entonces presentar una querella contra él, situación que haría factible que el monarca acabara sentado en un juicio en el banquillo de los acusados.
Para llegar a este banco andorrano, las investigaciones de la Fiscalía suiza se han valido del rastro dejado por la Fundación Zagatka, encargada de pagar los viajes privados de Juan Carlos I y que asimismo servía de plataforma para cobrar presuntas comisiones.
Una transferencia de más de150 mil euros emitida desde esta fundación y que finalmente acabó en el banco Andbank ha sido el hilo del que ha tirado Bertossa.
Pantalla para un entramado financiero
La transferencia se efectuó el 19 de mayo de 2008. El destinatario de la misma fue Stream SA, una sociedad radicada en Panamá especializada en operaciones financieras de tipo offshore. Pero, por orden de Arturo Fasana, el dinero no llegó a ese país, sino que acabó en Andorra. Fasana es uno de los testaferros de Juan Carlos I.
Según la información que avanza El Confidencial, los investigadores suizos creen que Stream SA operaba como sociedad pantalla, para desviar la atención de la existencia de la cuenta en Andorra, que a su vez podría ser parte importante del supuesto entramado financiero del que se servía el exjefe del Estado español para acumular su fortuna fuera de España y esquivar al fisco.
Se da la circunstancia de que, fruto de un acuerdo suscrito en el marco de la OCDE, desde 2017 Andorra brinda información financiera sobre las cuentas abiertas por extranjeros en su territorio, muchas de ellas ya cerradas. Como la del rey emérito.
Esta nueva línea de investigación se suma a las ya en curso sobre las finanzas del monarca; la primera por una transferencia a una entidad bancaria de la isla de Jersey (un paraíso fiscal de jurisdicción británica situado en el Canal de la Mancha) y la segunda por los 65 millones de euros que transfirió a su amiga Corinna Larsen. Por otro lado, la Fiscalía Anticorrupción investiga también el uso de tarjetas opacas de crédito, tanto del rey emérito como de algunos de sus familiares.