
La escritora Piedad Bonnett hizo público un episodio personal que le causó tristeza e indignación, porque se relacionó de forma directa con la muerte de su hijo Daniel Segura, un artista de 28 años que se quitó la vida en mayo de 2011.
Según explicó en su más reciente columna en El Espectador, todo empezó en enero pasado, cuando un docente de la Universidad de los Andes, Lucas Ospina, le reenvió un trabajo de grado en el que un estudiante recordaba al hijo fallecido y se refería a duros episodios de matoneo que el joven habría vivido cuando enseñó en el colegio Gimnasio Campestre.
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"Dice el estudiante que mi hijo sufrió la mala fortuna de enseñar en un colegio masculino teniendo una voz algo afeminada. Cada clase, sin falta, se la montábamos y nos reíamos en su cara. Parecía que él no se lo tomaba personal, pero para poder dictar su clase nos tenía que gritar o amenazar con jodernos disciplinariamente”.
Y continúa: "Años después, cuando se enteraron de su suicidio, dice: 'yo sólo podía pensar en un evento cómico'. Según él, mi hijo enfureció, tomó a uno de los muchachos del cuello “y le metió la cabeza debajo de un pupitre repitiéndole en un tono amenazante, pero pasivo, que si no paraba la jodedera no lo iba a soltar”. Pero ellos siguieron riéndose, sobre todo de su cara roja, “probablemente muy similar a la cara roja que vieron quienes pasaban por la calle cuando Daniel se botó (sic) desde su apartamento y dejó pintado el piso de sangre”. La conclusión del estudiante es triunfante: “la cosa fue que nosotros todavía teníamos tiempo para vivir, nosotros no decidimos quitarnos la vida, así que decidimos reír otro rato”.
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La poeta y novelista aclara en su texto, que aunque su espacio como columnista sirve para reflexionar sobre la realidad, quiso hablar de este caso porque refleja "el lado oscuro" de la conciencia de la sociedad.
En ese sentido cuenta, que su reacción fue enviarle una carta a la Universidad de los Andes, para cuestionar sobre las razones que motivaron a Ospina a enviar el cruel mensaje.
La respuesta que esperaba Bonnett llegó ocho meses después, en los últimos días, y para ella fue "insensible y no muy clara".
"Después de muchas presiones, me informaron que un Comité que estudió el caso lo declaró cerrado, después de invitar al profesor “a hacer una reflexión sobre el límite que existe entre lo que él considera público y la sensibilidad de las personas”. Razón tiene el analista extranjero que escribió hace poco que lo que le pasó a este país es que perdió su capacidad de escandalizarse. Qué tristeza", aseveró.
El texto de la columnista, que ha generado voces de protesta en redes sociales, generó reacciones de parte y parte. Por un lado, el docente de los Andes aclaró que no compartía el "tono" del texto que recibió de su estudiante y días después de enviarlo, se arrepintió y buscó a la adolorida madre para disculparse.
"Lamento el dolor que le pude haber causado con mi acto a Piedad Bonnet, me dejé llevar por la persona que he visto a través de sus cursos, del libro y las entrevistas sobre Daniel, ahora comprendo que no la conozco lo suficiente como para entender el efecto que iba a tener mi mensaje. Tampoco sé lo que es el dolor de perder un hijo. Una vez más: lo siento", dijo el docente.
De otro lado, Pablo Navas, rector de la Universidad de Los Andes, también se pronunció frente al descontento de Bonnett, señalando que la institución sí sancionó al profesor, pero se reserva el derecho de revelar la decisión.
“Ahí no importa mucho cuál es la opinión del rector. Lo que verdaderamente importa es que el procedimiento establecido se cumpla cabalidad. Sí se han hecho todos los análisis, que son confidenciales, el rector tampoco se entera de cuáles son las deliberaciones y por qué llegaron a esas conclusiones”, explicó en Blu Radio.