
A medida que se calienta el ambiente político de cara a las elecciones presidenciales de 2026, el expresidente Álvaro Uribe volvió a ser protagonista por dos frentes: su preocupación por las garantías electorales y la recta final del proceso judicial que enfrenta por presunta manipulación de testigos.
Este jueves, el expresidente publicó un mensaje en su cuenta de X en el que advierte sobre los “riesgos electorales” que, a su juicio, amenazan la transparencia de los próximos comicios. Según Uribe, esos riesgos están relacionados con “la presión de los grupos armados, crecidos y legitimados”, los “subsidios electorales pagados por el Gobierno en vísperas” y la “compra de votos”.
Las declaraciones del exmandatario se dan en un contexto de creciente tensión entre el Gobierno y la oposición. Trece partidos, entre ellos el Centro Democrático, se ausentaron de la Comisión Nacional de Seguimiento Electoral convocada por el Ministerio del Interior, alegando que no existen “las garantías mínimas (...) para el desarrollo de procesos electorales transparentes y confiables”.
Uno de los detonantes de esta postura fue el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido hace un mes en Bogotá. A raíz del ataque, la campaña del Centro Democrático permanece en pausa. Mientras el congresista se recupera en la Fundación Santa Fe, figuras clave del partido como María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Paola Holguín y Andrés Guerra han suspendido sus actividades proselitistas, a la espera de una directriz del expresidente.
En paralelo, el uribismo está a la expectativa del juicio que enfrenta su líder por el caso de presunta manipulación de testigos. Tras culminar todas las fases del juicio oral, el Juzgado 44 Penal de Bogotá fijó el próximo 28 de julio como fecha para dictar el veredicto en primera instancia. Ese día se sabrá si Uribe es absuelto o declarado culpable, en un proceso que ha marcado profundamente la política reciente del país.
Mientras tanto, permanece en discusión una eventual alianza entre partidos de derecha y centroderecha para enfrentar al “frente amplio” de la izquierda. Aunque el propio Uribe ha hecho llamados a líderes como Germán Vargas Lleras, jefe de Cambio Radical, hasta ahora no se ha concretado ninguna coalición formal.
En medio de estos escenarios, el Centro Democrático insiste en que el Gobierno debe ofrecer condiciones reales de seguridad y neutralidad institucional para garantizar la legitimidad del proceso electoral de 2026.