El expresidente López Michelsen dijo –durante su gobierno- que el poder real del Estado lo tenían los mandos medios. Y ahora el Ministro de Salud, Alejandro Gaviria, quien viene de la academia y los medios de comunicación, se mofa del poder de los ministros.
-“Un ministro habla y la gente pone atención, le para bolas, pero estamos lejos del poder que se supone tener. El proceso de las decisiones es supremamente complicado, aunque uno trate de hacerlo bien. Yo creo en la democracia del poder pero a veces se atomiza demasiado”.
¿Qué tanto pesa la burocracia?
Ellos tienen la continuidad, levan allí 10, 12 y más años, conocen cómo moverse, los vericuetos. Yo, como ministro, tengo varios pisos abajo y no es fácil saber qué está pasando en cada oficina. Con el tiempo, seguramente, se va encontrando cómo mover las manijas del poder para tomar grandes decisiones. Y cuando el ministro ya tiene todo el control sale del cargo, y siguen los mandos medios.
¿Pasa lo mismo en todos los ministerios?
Cada ministerio es un monstruo, difícil de manejar. Hace poco hablaba con el Ministro de Trabajo, con respecto a la reforma pensional, y me habló de una superposición de intereses, muchas veces inmanejable. En el sector salud coinciden los intereses y las grandes pasiones ideológicas. En la toma de decisiones hay una enorme diferencia entre el poder simbólico y el real de los ministros.
¿Y si no manda el ministro quién manda?
En las democracias, se sabe, el poder está distribuido, no siempre bien distribuido, entre los organismos de control, los grupos de interés, los congresistas y otros tantos factores. Todos ejercen determinada presión. Por eso hay que amarrarse los pantalones para tomar grandes decisiones, como las mías sobre los medicamentos, para afrontar abusos sistemáticos en el pasado. En este caso toca decirlo claramente: sí, estamos mandando.
Para sintetizar este tema, ¿se siente abrumado por la atomización del poder?
A veces uno en estos cargos se siente abrumado y llega abrumado a la casa, a las diez de la noche. Sin embargo, después de once meses en el cargo, creo que ya tengo un conocimiento de la gran mayoría de los temas. Conozco dónde están los grandes desafíos. Impulsamos una reforma y estamos pasando a la otra. Ahí vamos, entendiendo las cosas y buscando espacios, siguiendo con la filosofía de lo que alguien llamaba el posibilismo, porque aquí no todo es posible, aunque se pueden hacer muchas cosas.
¿Son demasiados los abusos en los precios de los medicamentos?
Hay unos ejemplos. Dos medicamentos contra el cáncer tenían sobreprecios de hasta el 80%. Uno contra la epilepsia tenía recargo del 90%. Laboratorios, distribuidores mayoristas y hospitales abusaron de nuestro sistema de salud.
¿Cómo funciona la intermediación en Colombia en materia de medicamentos? ¿Hay personas o empresas que se lucran sin mayor esfuerzo?
Están los laboratorios y hay unos distribuidores mayoristas. Hay dos o cuatro empresas grandes, algunas pertenecen a cajas de compensación, otras independientes. Ahí también hubo abusos. El control se está imponiendo a la salida del mayorista. Por qué ahí y no en la farmacia? Porque muchos de estos medicamentos no llegan a las farmacias, son de disposición hospitalaria y porque además uno espera que en las farmacias exista algún tipo de competencias. Si el medicamento está muy caro en la farmacia de la esquina, lo podrá comprar a dos o tres cuadras de su casa en el supermercado. Colombia tiene 50 mil puntos de ventas, digamos droguerías y farmacias. Pero ahí no es el gran problema, el lío está en los laboratorios, en los mayoristas y muchas veces en los hospitales.
"Ante tantos intereses, hay que amarrarse los pantalones"
Mar, 13/08/2013 - 06:25
El expresidente López Michelsen dijo –durante su gobierno- que el poder real del Estado lo tenían los mandos medios. Y ahora el Ministro de Salud, Alejandro Gaviria, quien viene de la academia y l