Luego de más de 20 días de paro y manifestaciones en Buenaventura al panorama es desalentador. La incertidumbre y la zozobra se apoderan de los habitantes de esta zona del país, que ha visto como día a día sus reclamos y voces se diluyen en jornadas de violencia y grupos que aprovechan el caos para hacer de la suyas.
“Vemos que la situación se complica, abrimos los negocios por raticos, pero la gente no tiene plata para comprar sino lo básico: los alimentos. Han pasado tantos días y tenemos que pagar las deudas, los servicios, los empleados, esas cosas no esperan, nos estamos reventando”, asegura Julio Morales, un comerciante de Buenaventura que ve con preocupación la situación y más aún cuando el Gobierno Nacional no les ha dado una solución pronta.
Esa misma queja la ponen cientos de habitantes que viven del comercio. “Los atropellos contra la población han generado un ambiente de inseguridad que afecta no solo a las personas de los barrios, también al comercio, a la industria, a todas las actividades económicas", asegura Felipe Ríos, un joven arquitecto que pide una solución efectiva ya.
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La población de Buenaventura cada vez que han realizado un paro, lo han levantado con la esperanza de que el Gobierno cumpla, pero vuelven a protestar por que sus voces necesitan ser escuchadas nuevamente.
Entre las peticiones que le hacen al Gobierno Nacional está la falta de seguridad: Buenaventura se ha convertido en una de la poblaciones más peligrosas del Valle del Cauca, las bandas criminales y el narcotrafico ven es esta región el blanco perfecto.
“Las bandas criminales que a veces uno ni siquiera alcanza a identificar porque cada día tienen un nombre diferente. Hay control de esas estructuras, de la población y eso agrava la situación. Es un tema que no se ha querido asumir” afirmó Victor Vidal, integrante del Proceso de Comunidades Negras – PCN-.
La pobreza y la falta de educación para los niños bonavarenses es una de las mayores preocupaciones.
Para Felipe la falta de compromiso del Gobierno, no solo el de Juan Manuel Santos, ya que el problema viene desde muchos años atrás, está llevando al Distrito a que realicen paros que se salen de control y “eso no le conviene ni a Buenaventura ni al Estado”.
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Parecemos Venezuela, aseguran los ciudadanos de Buenaventura. Algunos centro comerciales abren a las 3 de la tarde y cierran a la 6 de la tarde, ya no se consiguen alimentos. “Las panaderías andan a media marcha y algunas droguerías sí están abiertas”, afirma Javier Ocampo, líder de la Asociación de Comerciantes Unidos.
Para el presidente del gremio de transportadores, Javier Torres, "esto lo que demuestra es que el paro está fortalecido y cada día recibimos más mensajes de solidaridad que nos indica que no podemos bajar la guardia”.
Perdidas y personas afectadas
Según los habitantes, en encuestas realizadas por ellos mismos, son más de 8.200 los comerciantes formales e informales los que se han visto afectados por estos 20 días de paro cívico en Buenaventura, debido a que no han podido abrir de manera continua sus locales.Las perdidas para los restaurantes y hoteles son sorprendentes. Más de los 12.000 millones de pesos, según cálculos que hacen en el Distrito.
Javier Ocampo, director de la Asociación de Comerciantes Unidos dijo que ya “llegamos al punto de quiebre, tiene que ceder el Gobierno y ceder la comunidad, vivimos un ambiente tenso”, dijo.
Las empresas que trabajaban con el turismo en Buenaventura afirman que las pérdidas superan los $8.500 millones, ya que desde el inicio del paro nadie llega al puerto por miedo a ser agredidos. Un fin de semana normalmente con puente festivo pasan por el muelle turístico unos 10.000 visitantes, "en este momento nadie se acerca por acá".