¿El relato de John Bolton podrá acabar con Trump?

Mié, 29/01/2020 - 03:44
En otros tiempos, en otro Washington, quizás este sería el momento que cambiara la trayectoria de la presidencia. Un exasesor de seguridad nacional confirma que, a pesar de negarlo, el presidente co
En otros tiempos, en otro Washington, quizás este sería el momento que cambiara la trayectoria de la presidencia. Un exasesor de seguridad nacional confirma que, a pesar de negarlo, el presidente condicionó la ayuda de seguridad destinada para un aliado devastado por la guerra a que ese país brindara su cooperación contra sus rivales en Estados Unidos, lo cual es el tema medular del actual juicio político en su contra. A primera vista, el relato de John Bolton sobre los comentarios que hizo el presidente Donald Trump en privado sonó como una repetición de la grabación considerada como prueba irrefutable de que el presidente Richard Nixon en verdad había organizado el encubrimiento en el caso Watergate y gracias a la cual, a fin de cuentas, tuvo que dejar el cargo. Para el lunes en la noche, parecía que la revelación haría más probable que el Senado aceptara que comparecieran testigos en el juicio. [single-related post_id="1243283"] Pero esta es la era de Trump y el Washington de Trump, y las antiguas reglas ya no siempre se aplican. La estrella del programa de telerrealidad que fue electo presidente, incluso después de que en una grabación de “Access Hollywood” estuvo presumiendo sobre haber cometido acoso sexual, ha logrado sobrevivir a una tormenta política tras otra durante sus tres años en la Casa Blanca, lo que prueba que es más resistente que cualquier otro político estadounidense en la historia moderna de este país. ¿Entonces, será este un punto de inflexión parecido al caso Watergate o una revelación más que sus detractores consideran una validación, pero que no cambia la opinión de los demás? ¿Será esta otra prueba irrefutable u otra grabación de “Access Hollywood”? La noticia del relato de Bolton redactado en un libro sin publicar, sobre el cual The New York Times fue el primero en informar, difícilmente podría haber llegado en un peor momento para Trump, justo cuando sus abogados abrieron los alegatos de su defensa en el pleno del Senado y días antes de que los senadores voten sobre testimonios como el de Bolton. Incluso mientras los senadores republicanos estupefactos y, en algunos casos, enojados batallaban por decidir qué hacer, los abogados del presidente ignoraron, sin más, el libro de Bolton cuando se dirigieron al Senado el 27 de enero, se limitaron a repetir la aseveración de que Trump retuvo 391 millones de dólares en ayuda de seguridad para Ucrania a fin de combatir la corrupción y presionar a que hubiera más apoyo de Europa para la otrora república soviética, no con el propósito de aprovechar la ayuda extranjera para incriminar a sus rivales demócratas. En directa contradicción con el relato de Bolton, Michael Purpura, abogado adjunto de la Casa Blanca, afirmó que “todos los que hablaron con el presidente dijeron que él aclaró que no había relación alguna entre la ayuda de seguridad y las investigaciones”. Para el final de ese día, Alan Dershowitz, otro abogado de Trump, reconoció la nueva narración pero le dijo a los senadores que “ninguna de las revelaciones de Bolton, incluso si estas fueran verdad, llegaría a considerarse como abuso de poder o como un delito que ameritara la destitución”. No obstante, en privado, el equipo jurídico del presidente se preparaba para la posibilidad de que el Senado votara a favor de citar a testigos mientras ellos intentaban atenuar el enojo de los senadores republicanos que se sentían emboscados. La Casa Blanca sabía lo que Bolton podría decir al menos desde el 30 de diciembre cuando este envió su manuscrito al Consejo de Seguridad Nacional para que lo revisaran antes de su publicación, y, sin embargo, los abogados del presidente siguieron presentando ante los senadores una versión totalmente opuesta de los acontecimientos. En su libro, Bolton escribe que Trump le dijo en agosto que quería mantener congelada la ayuda de seguridad para Ucrania que había aprobado el Congreso hasta que el gobierno de esa nación ayudara con las investigaciones a los demócratas, mismos que incluían al exvicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter Biden, justo por lo que Trump está siendo enjuiciado. Trump y sus defensores querían debilitar a Bolton al desacreditarlo diciendo que es un exempleado descontento que quiere vengarse y vender libros. Tras meses de tensión con el presidente por sus políticas con Corea del Norte, Irán, Afganistán y Ucrania, Bolton dejó de manera abrupta la Casa Blanca en septiembre; el presidente insistió en que lo despidió mientras que Bolton insistió en que él renunció. Desde el lunes temprano y durante todo lo largo del día, Trump lanzó mensajes en Twitter para rebatir el relato de su exasesor y decir que él era poco fiable. No obstante, es difícil que Trump simplemente elimine a Bolton como testigo. No es demócrata liberal ni burócrata del Estado profundo, ni siquiera es un republicano del Movimiento Alto a Trump, sino un conservador de línea dura con años de credibilidad entre los republicanos y muchos seguidores desde su época como embajador de Estados Unidos y analista de Fox News. Y quien rebate su narración es un presidente que tiene antecedentes de hacer miles de declaraciones falsas y engañosas documentadas por los encargados de verificar los hechos. Bolton ha sido uno de los personajes más interesantes en el asunto de Ucrania durante semanas, desde que otros antiguos funcionarios testificaron que se opuso a la campaña de presión calificándola como un “negocio de drogas” en el que no quería participar y advirtió que Rudy Giuliani, el abogado personal del presidente que estaba organizando esta estrategia, era una “granada de mano que iba a hacer volar a todos”. Bolton les dijo a sus colaboradores que informaran a un abogado de la Casa Blanca sobre la campaña de presión. Bolton no ha hecho declaraciones públicas, excepto negar haber filtrado su libro y atribuir su divulgación a la Casa Blanca. Los demócratas de la Cámara de Representantes solicitaron su testimonio durante sus audiencias del mes pasado, pero a final de cuentas no lo citaron a comparecer, bajo la lógica de que una batalla en el tribunal solo prolongaría durante meses el proceso de investigación. Cuando la Cámara Baja mandó a juicio político a Trump y el caso llegó al Senado, Bolton anunció que si lo citaran a comparecer, él testificaría. Pero, al inicio del juicio, los republicanos del Senado votaron en contra de citarlo y postergaron la decisión final hasta que los alegatos estuvieran completos, lo cual podría suceder esta misma semana. Sin importar lo perjudicial que pueda parecer el relato de Bolton, los acontecimientos de los últimos tres años indican que quizás no cambie el resultado. El lunes 27 de enero, varios senadores republicanos lo desecharon por no considerarlo como algo nuevo. Sin embargo, las encuestas también muestran que dos terceras partes de la población quieren que comparezcan otros testigos en el juicio que se está llevando a cabo en el Capitolio. Debido a las revelaciones recientes, Bolton está dispuesto a testificar ahora que está en juego el destino del presidente. Por: Peter Baker
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