
La economía de Colombia y, en general de América Latina, es uno de los temas que más se debaten en el mundo. Y esa es una de las consecuencias de la desaceleración global de la economía que tiene como puntos de algidez la guerra en territorio ucraniano, amén de otros factores que contribuirían a uno de los momentos más complejos de la economía.
Sin embargo, los bancos y las agencias financieras no son ajenas a las políticas de países cuyas monedas se han resentido en mayor cuantía dada la escalada que se ha pegado el dólar como activo refugio de no pocos gobiernos.
Desde J.P. Morgan, uno de los bancos más grades de los Estados Unidos, se ha dicho que Colombia debe trabajar para contener la depreciación de su moneda, además de evitar que se presente una interrupción en los flujos de capital.
Y claro, las pullas para el Gobierno no faltaron, pues una de las recomendaciones es cuidar los mensajes que generan incertidumbre en los gobiernos por cuenta de intervenciones oficiales.
Aunque no lo citaron ni mencionaron de manera específica, el mensaje se interpreta como un jalón de orejas al presidente Petro, que recientemente publicó un trino en el que anunciaba un control de cambios, lo cual fue descartado a las pocas horas por José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda.
“Si bien los mensajes para mejorar la confianza, particularmente en relación con la transición energética y el gasto fiscal, son una condición necesaria para la estabilidad en el mediano plazo, los mercados también necesitan medidas tangibles para estabilizar el corto plazo”, apunta J.P. Morgan.
Agregaron en su análisis que “en general, cualquiera que sea el camino que decidan tomar las autoridades, creemos que las tasas deberán ser más altas, ya sea a través de una prima de riesgo adicional o una tasa de política realmente más alta”.
Cabe recordar que el presidente Petro criticó con contundencia al Banco de la República tras haber subido las tasas de interés.
El pasado 5 de octubre el Banco de la República anunció que, tras la reunión de septiembre, se decidió aumentar en 100 puntos básicos la tasa de interés de intervención, dejándola en 10 %.
La tasa de intervención es el instrumento que tiene el emisor para restringir la cantidad de efectivo que circula en la sociedad. La institución financiera dio algunas de las razones por las cuales se tomó tal determinación.
La inflación y su tendencia al alza en los análisis que se observan de cara al futuro son una de las principales razones que ha tenido el emisor para aumentar la tasa de interés.
A los altos precios en el IPC se le suma la desaceleración económica global, algo que tiene preocupados a varios expertos porque el panorama no es promisorio de cara a los próximos meses del año.
Aunado a lo anterior, el Banco de la República está poniendo todo su empeño en alcanzar la meta máxima de inflación, que corresponde a 3 %.
Una vez el Banco de la República dio a conocer su decisión de subir las tasas de interés, el presidente Gustavo Petro elaboró en Twitter un hilo en el que explicó por qué, a su juicio, esa medida es contraproducente y no contribuye a amortiguar la inflación.
Y es que, según el Dane, el Índice de Precios al Consumidor se ubicó en septiembre en 11,44 %, una de las más altas en los últimos años.
"El precio de los alimentos sigue jalonando el ritmo inflacionario de Colombia; esta vez menos por la inflación internacional, más por las inundaciones. Servicios de energía disminuyen su impacto. ¿Sirve subir la tasa de interés para contener la inflación?: No.", escribió Petro.
Dijo que, con el incremento de la tasa de interés, la recesión mundial se haría más fuerte en Colombia:
"El ascenso de la tasa de interés interna, a la que se opuso el ministro de hacienda, pero contó con el respaldo de la totalidad de la junta directiva de Banco de la República solo trasladará la recesión mundial a la economía colombiana", señaló.
En pocas palabras, para Petro la tendencia del Banco de la República no va en consonancia con las medidas que desde el Ejecutivo se han anunciado a nivel de economía, recaudo e inversión.
"El gobierno profundizará su política anti inflacionaria con medidas estructurales. La reforma tributaria a grandes fortunas, el subsidio a fertilizantes, la reforma agraria, la alimentación en barrios pobres, y el cambio de la formula tarifaria de energía", agregó.