A través de una carta difundida en sus redes sociales, el abogado y exdefensor del Pueblo, Carlos Negret, anunció su renuncia al partido político Nuevo Liberalismo luego de tres meses de espera para qué se realizará el Tribunal de Ética del partido.
Negret, quien dirigió la carta al director del partido, Juan Manuel Galán, y al secretario general, Andrés Talero, sostuvo que su decisión está motivada por las erradas decisiones que se tomaron desde la dirección del mismo, y las cuales ocasionaron un desastre electoral.
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Adicionalmente, mencionó que los valores de pluralidad y democracia que alguna vez rigieron dicho conglomerado político parecen haberse extinguido bajo el mando de los exsenadores Galán, quienes excluyeron de la toma de decisiones a los demás miembros del partido.
“Además, las erradas decisiones políticas de su dirigencia, me encontré, después del desastre electoral -jamás anticipé que los cálculos de los exsenadores Galán, sobre alcanzar el umbral, estuvieron tan equivocados- con que las ideas liberales, el talante democrático, el pluralismo y la tolerancia como principios rectores de la plataforma política no gobernaban la organización interna y el proceso de toma de decisiones”, afirmó Negret.
Aunado a ello, el abogado colombiano manifestó que los hermanos Galan se han encargado de destruir la disciplina y la confianza, que en un primer momento fueron las capacidades que consagraron al Nuevo Liberalismo como un partido respetable dentro de la esfera política del país: “la disciplina fundada en la confianza por la imposición de criterios personales a través de un régimen donde el disenso no tenía cabida”.
Pero esto no fue todo, sino que además Negret culpó a Juan Manuel y a Carlos Fernando por las erradas formas de administración con la que han manejado el conglomerado, pues, según él, no se pueden mantener unos ideales políticos mediante encuentros por Zoom.
No obstante, el exdefensor del pueblo señaló que “extrañé un proceso de reflexión y de autocrítica sobre cómo la explotación política del nombre y legado de Luis Carlos Galán se estaba agotando y que con contundencia hablaron las urnas. Lo que sí recibí fueron descalificaciones y epítetos, en las redes sociales y en varias emisoras provenientes de los mismos que en las vísperas me ponderaban y exaltaban”.
Por último, Carlos Negret señaló “en ese ámbito de análisis vale la pena tener como norte la serenidad, la autocrítica y el recuerdo de lo mal que terminaron las experiencias de quienes pretendieron dirigir los partidos, imponiendo ‘una disciplina para perros’, como con acierto la llamó hace muchas décadas Gilberto Álzate”.
