Aunque se hubiera esperado que Juan Camilo Restrepo continuara al frente del equipo negociador del Gobierno ante los diálogos de paz con el ELN, no se anticipa que el proceso se pueda entorpecer.
Contrario a lo que se ha venido ventilando en diversos escenarios, Boris Duarte, miembro del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), considera que la renuncia de Restrepo servirá para desmentir interrogantes asociados con el cuestionable avance de este proceso y con la falta de voluntad por parte del ELN, que ha sido descartada tanto por el Gobierno como por la propia guerrilla.
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“Aunque el doctor Restrepo explicó su salida por motivos personales, creo que detrás puede estar su interés por participar en las elecciones legislativas del próximo año, e incluso acompañar alguna candidatura en calidad de fórmula vicepresidencial”, manifestó el analista.
En tal sentido se podría esperar que la actual coyuntura hubiera sido aprovechada por el presidente Santos para acelerar el proceso de diálogos que acaba de terminar su cuarto ciclo –con una amplia participación de la sociedad civil, a lo largo de una serie de audiencias celebradas entre el 16 de octubre y 16 de noviembre, con asistencia de más de 170 delegados– para construir la hoja de ruta que desarrollará en el quinto ciclo.
En el nuevo escenario también se tendrá la posibilidad de discutir el problema de la crisis humanitaria por la que atraviesa el departmento del Chocó, además de las dificultades que ha tenido la implementación del cese bilateral al fuego.
“Un cambio en el equipo negociador ofrece la posibilidad de imprimirle mayor velocidad a estos temas”, agrega el analista, para quien cualquier nueva violación al cese de hostilidades podría volver a poner en riesgo las negociaciones.
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“Existe una mesa de negociaciones transitoria que comenzó a funcionar a partir del primero de diciembre e irá hasta el 9 de enero, con el fin de evaluar lo que ha ocurrido en casos puntulaes y poder prolongar el cese al fuego de forma indefinida”, puntualiza. “Fórmulas como esta dejan entrever la buena voluntad de ambas partes”, agrega.
Respecto a la figura a cargo de remplazar a Restrepo, el académico del Centro de Pensamiento considera que debe ser una persona capaz de representar los intereses tanto del Gobierno como de los sectores ecónomicos y las fuerzas militares.
“Debe ser una persona que también sea capaz de tejer puentes entre esta administración y la que comenzará a gobernar a partir del próximo 7 de agosto”, vaticinó el politólogo, para quien lo ideal es que se trate de una figura que maneje la negociación sin excesivo protagonismo en los medios.
Respecto a los demás integrantes del equipo negociador, el profesor Duarte considera que debe ser un grupo de personas que conozca muy bien las dinámicas territoriales, que considere el deseo del ELN por incluir la representación de las distintas regiones que integran el país, con el propósito de adelantar un diálogo nacional.
En tal sentido, el experto llamó la atención sobre el hecho de que si bien ha habido algunos tropiezos en la implementación de los acuerdos, el Gobierno ha sido más ágil que en otros similares, en aspectos relacionados como la reincorporación económica junto con una serie de beneficios individuales asociados con la cedulación y bancarización de los excombatientes.
“Sin lugar a dudas el cumplimieto del proceso de paz con las Farc representa una cuota importante para el avance de las negociaciones con el ELN”, puntualizó el analista, para quien “a medida que se consoliden las negociaciones y se vinculen más actores de la sociedad civil, la Iglesia tendrá un papel mucho más protagónico”.
Con información de Agencia de Noticias Universidad Nacional
