
Como una zarina con plenos poderes, María Lorena Gutiérrez lideró desde el Palacio de Nariño las reestructuraciones del Estado a partir de las facultades extraordinarias con las que contó el Presidente Santos. Sin embargo, ya en la práctica se están viendo los problemas de unos organigramas en el papel que chocan con la realidad. Como buena académica, María Lorena, ex decana de administración de Los Andes, le apuesta al trabajo individual más que a la concertación y no tuvo en cuenta recomendaciones de la Comisión del Servicio Civil. Ahora varias entidades tienen problemas puesto que se eliminaron cargos que están siendo ocupados por funcionarios que ganaron el concurso y que legítimamente deben ser nombrados. Las demandas que se vienen pueden resultarle muy costosas al Estado.