Ver a encapuchados lanzar piedras y otros objetos para agredir a la Fuerza Pública, romper y quemar las polisombras destinadas a proteger las instituciones públicas, rayar con aerosoles obras del patrimonio cultural y convertir la emblemática Plaza de Bolívar en un verdadero campo de batalla, da vergüenza y daña la imagen del verdadero sentido de la protesta social adelantado por los gremios que la organizaron.
Las acciones de estos encapuchados, que no se sabe realmente quiénes son y cuál es su verdadera intención, no hace parte de una legítima manifestación social. Es vandalismo. Algunos de ellos se escudan en cometer este tipo de acciones con el argumento de que actúan bajo el derecho constitucional a la protesta, olvidando que esta establece que es posible ejercerla, sí y solo sí, es pacífica.
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También dejan de lado que estos hechos opacan el derecho que tienen los maestros, los estudiantes y las demás organizaciones sociales convocantes para ser escuchados, ya que la atención de la opinión pública se centra en las imágenes de confrontación y violencia desbordada, protagonistas de la agenda de los medios de comunicación y las redes sociales. La manifestación pacífica, llena de actos artísticos y señales de paz, fue ignorada.
https://twitter.com/kienyke/status/1121766857822887936
No hay que olvidar que los encapuchados no fueron los únicos que generaron estos actos de confrontación. Las autoridades, aunque cumplen la función específica de proteger a la ciudadanía, respondió a los manifestantes, y algunos periodistas y fotógrafos que cubrían los hechos resultaron afectados.
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La reparación de los daños hechos a la infraestructura de las instituciones públicas y al patrimonio cultural, costarán más de 100 millones de pesos y tardará por lo menos un mes. Estos generaron indignación entre la ciudadanía y diversos sectores, entre políticos y líderes de opinión, que rechazaron la confrontación, los daños a los bienes públicos y a las autoridades.
Algunas figuras como la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia, estuvieron de acuerdo en decir que no es necesario recurrir a la violencia para que se escuche a la ciudadanía: "Los colombianos debemos aprender a protestar sin destruir valor. La protesta para ser escuchada no necesita violencia, destrucción, daños. Menos aún afectar los derechos de terceros", señaló.
https://twitter.com/PalomaValenciaL/status/1121780612879220738
Sectores políticos distintos estuvieron de acuerdo en que los daños causados son "censurables desde todo punto de vista" y que la violencia "jamás conseguirá un verdadero cambio", como piensan algunas de las personas que decidieron arremeter contra los bienes públicos.
https://twitter.com/GustavoBolivar/status/1121760014941736961
https://twitter.com/AlexLopezMaya/status/1121765181116297216
Otros cuestionaron que estos hechos empañan la verdadera razón de la protesta social, debido a que "se vuelven noticia los daños y no el impacto político de las manifestaciones" y que, quienes promueven la violencia en las marchas, "solo quieren que los colombianos teman y odien a quienes alzan la voz".
https://twitter.com/ClavijoAndres83/status/1121789139047763969
https://twitter.com/JuanPabloCalvas/status/1121718926403166210
Lo ocurrido en la tarde de este jueves 25 de abril fue vergonzoso. Las autoridades deberán actuar frente a estas expresiones de violencia y los manifestantes también tendrán que reflexionar sobre estos métodos que no permiten construir un diálogo para llegar a acuerdos sobre las diferentes posiciones que motivaron la protesta.
