Es creciente la preocupación en la opinión pública por las constantes y casi diarias publicaciones del presidente Gustavo Petro respecto a titulares, enfoques y noticias del medios de comunicación en relación con su gestión como primer mandatario y con la situación general del país.
Como ejemplo, en las últimas doce horas se fue lanza en ristre contra Noticias Caracol y, en los últimos días, ha acusado a “sector de la prensa tradicional” de colaborar con el paramilitarismo.
Dos noticias de ese medio indignaron a Petro: una sobre el Banco de la República y otra sobre las manifestaciones de los reservistas de la Fuerza Pública en Bogotá.
“Miren este medio de comunicación tratando de dividir la fuerza pública del gobierno. Soy el comandante constitucional de las fuerzas armadas. No hay conflicto entre los uniformados activos y el gobierno nacional”, dijo sobre este último tema.
Ha dicho también que el gobierno está enfrentado a una supuesta campaña de “desinformación”, todo porque en una nota de El Tiempo se afirmó que el Gobierno estaría dispuesto a negociar con criminales de alto rango. Señaló que lo que habrá es un sometimiento a la justicia.
Sin embargo, uno de los aspectos que más llama la atención es que los mismos medios que los que cuestiona son replicados por él cuando alguna noticia tiene connotaciones positivas en cuanto a su gestión como presidente de la República.
Durante su viaje a España señaló que estaban enfrentando un “tsunami” u “oleada” de “mentiras”. Esto, a propósito de la posibilidad de que el ELN sea retirado de una lista de organizaciones terroristas.
Petro dice que "sector de la prensa" ha apoyado el paramilitarismo
Las más recientes declaraciones de Salvatore Mancuso ante la JEP le han dado al presidente Gustavo Petro toda la cuerda para recordar sus intervenciones en la Cámar de Representantes en 2007.
Se confima plenamente mi debate parlamentario sobre el paramilitarismo en Antioquia del 2007. El paramilitarismo no fue sino una alianza del narcotráfico con buena parte del poder político y económico de Colombia y un sector de la prensa tradicional para desatar un genocidio sobre el pueblo. La mentalidad paramilitar se adueñó de un sector importante de la sociedad colombiana que cree que hay que eliminar la diferencia. Esa mentalidad paramilitar en parte de la sociedad es el fascismo a la colombiana.
Varios periodistas lo cuestionaron por el mensaje: