Continúa la polémica por las declaraciones de la ministra de Minas y Energías, Irene Vélez, en medio del Congreso Nacional Minero en Cartagena, en las que enfatizó entre otras cosas que los países más industrializados tenían que empezar a “decrecer sus modelos económicos” para que países como Colombia no se vean afectados ambiental y socialmente por el extractivismo exacerbado.
La frase que se ha hecho noticia, corresponde al momento en que se le pidió a la Ministra dar una conclusión final en el encuentro: “Necesitamos exigirle, en el marco de la geopolítica global, a los otros países que comiencen a decrecer en sus modelos económicos. Porque de ese decrecimiento depende que nosotros logremos un equilibrio mayor y que los impactos del cambio climático nos impacten menos”, señaló, causando un tremendo debate nacional.
Actores del sector y políticos de todas las orillas, especialmente de oposición, sembraron su posición frente al tema considerando poco realista que otros países “decrezcan sus modelos económicos” para beneficiar al país u otros países de la región.
No obstante, ¿qué significa lo que dijo la ministra Irene Vélez? Y, más importante, ¿qué más dijo? Siendo lo más importante mencionar que el controvertido extracto solo fue la última parte del discurso de la funcionaria y que en un momento anterior Vélez ya había explicado más a profundidad el tema del “decrecimiento”.
Empezando su intervención, la ministra Irene Vélez expuso su posición frente a lo que considera un “intercambio ecológico desigual” entre Colombia y los principales países consumidores de recursos: “¿Qué es exactamente lo que nos queda a nosotros? Además de una renta que ha sido triplicada y que precisamente está en este momento en negociación porque no ha servido para cerrar las brechas sociales y económicos”.
En ese sentido, señala que esto requiere de una reformulación con racionalidad fiscal, ecológica y social frente a la extracción, consumo y exportación de minerales. Algo que, reiteró, significa pensar qué, cuánto y para qué se quiere extraer determinadas materias primas: “No somos antimineros, lo que pasa es que sí tenemos que hacer una explotación racional, inteligente y estratégica de los recursos”.
Y ahí sí dio su primer abordaje del concepto de decrecimiento: “Eso tiene que ver con que hay países que son altamente consumidores y deberían estar en este momento (especificando) cuáles son sus modelos de decrecimiento económico para dejar de demandar de nosotros ese extractivismo exacerbado. Ese es un tema que no es nuevo, que requiere una conciencia particular de los países y que han hecho que generemos ese daño social y ambiental por tanto tiempo”, precisó la MinMinas.
En ese orden de ideas, a pesar de que el debate nacional se centró en que la ministra Irene Vélez supuestamente dijo que los países debían afectarse económicamente en beneficio de Colombia, su idea iba estaba más orientada a incitar una reflexión sobre un intercambio entre naciones que no considera justo y que en este momento tiene la dificultad añadida de la crisis ambiental y climática global.
“¿Realmente esos recursos, de los cuales somos ricos, nos van a sacar de la pobreza? Nosotros tenemos varios ejemplos en los que, por el contrario, esa extracción ha generado dependencia, impacto ambiental, en la salud de la población que vive entorno a las minas, y esos impactos los perciben las comunidades locales (...) Este Gobierno se está preguntando por esos daños”, señaló la ministra.
Sumado a ello, mencionó otros temas de suma importancia como la necesidad de fortalecer los mecanismo de democracia ambiental, involucrando mejor a las comunidades en las decisiones que les afectan, generar modelos económicos diversificados, las dificultades de legalización de la minería artesanal frente a la la gran minería, así como reiteró junto a la ministra Susana Muhamad la necesidad de un reordenamiento a través del agua.
La defensa de Petro y el concepto de “decrecimiento”
En medio de la polémica, el propio presidente Gustavo Petro salió en defensa de la Ministra Vélez, compartiendo una publicación en la que se amplía más la teoría del decrecimiento, desarrollada en los años 70´s desarrollada por Georgescu-Roegen, el padre de la bioeconomía, y luego potenciada por Serge Latouche.
Grosso modo, la teoría del decrecimiento surge de la premisa de que en un mundo con recursos finitos, la explotación de los mismos no se puede realizar de forma infinita. Así las cosas, afila baterías hacia la producción y el consumo, que deben llegar a un equilibrio que tenga en cuenta la sostenibilidad del planeta.
“El decrecimiento es una megatendencia actual de pensamiento económico, político y social que busca una relación equilibrada entre los seres humanos y la naturaleza, bajo la idea principal de la disminución controlada y progresiva de la producción, propuestas opuestas a las aplicadas por el modelo capitalista”, señala el artículo compartido por Petro.
En dicha teoría, el equilibrio entre el consumo de los seres humanos y la capacidad del planeta de generar recursos, se propone a través de ocho puntos orientados a replantear la visión de consumo:
En resumen, el concepto de decrecimiento en el fondo no significa per se afectaciones económicas, sino que apunta a generar mayores condiciones de sostenibilidad a partir de una sociedad menos individualista, con menor consumo masivo y fugaz, equitativa, ecoeficiente, entre otros. Sin embargo, es una teoría que según varios expertos carece de aplicación práctica e implica renuncias complicadas en la visión actual del mundo.
