Una cuenta de 250 mil pesos por servicio tiene sorprendidos a varios turistas y locales de Cartagena por el cobro excesivo de un establecimiento en Playa Blanca, de la Isla de Barú. Dos mujeres se tomaron un par de cocteles que serían los más caros de su vida.
El bar argumentó que ha realizado en Playa Blanca trabajos de limpieza, recolección de basura, seguridad y servicio al cliente. Sin embargo, esto no le da derecho a exigirle a los clientes una taza tan alta por servicios que corresponden al establecimiento o incluso a la Administración Distrital de Cartagena.
La denuncia fue interpuesta por Febe López, quien se encontraba disfrutando de un día de sol hasta que se encontró con la cuantiosa factura. En total la factura sumó 336 mil pesos, ya que los 250 era solo la tarifa de servicio y seguridad. Los otros cobros fueron una piña colada por valor de $30.000, un agua de coco $20.000, una botella de agua $6.000 y sillas playeras $30.000.
“Negociamos en 30 mil las sillas + el consumo. Al final me entero que los 250 mil iba incluido: 1. El trabajo de ellos del cual no se cual fue ya que dure 3 horas allí. 2. Seguridad (según vigilancia para que nadie nos robara) 3. Que tenían que pagarle al de la basura”, manifestó con enfado la mujer.
Según la denuncia de la mujer, dos hombres la intimidaron diciéndole que tenía que pagar sí o sí, pese a que se trataba de una playa pública. “¿Adivinen qué? Si no pagaba 250 iban a hacernos daño, ¿Qué pasa?”.
La mujer añadió que por eso puede salir más barato el turismo en el exterior que en algunas ciudades de Colombia: “Por eso odio ser turista en mi propio país. Alguien que me diga desde cuándo uno tiene que pagar 250 mil pesos en servicio por sentarse en una playa pública. Playa Blanca es lo peor que tiene Cartagena. Por favor, ¿hasta cuándo el robo? ¡Difundan!”, dijo López.
Sobre el tema se refirió Natalia Bohórquez, quien es directora de Corpoturismo en Cartagena: “Lamentamos estos hechos. Desde Corpoturismo trabajamos por un turismo responsable y sostenible. (…) Recomendamos antes de consumir un producto o servicio consultar el precio, (…) ante cualquier eventualidad comunicarse con la autoridad competente”.
Sin embargo, Febe López explicó en su denuncia que no había Fuerza Pública en la Isla y aseguró que Barú está en manos de los nativos que imponen sus propias reglas: “Se preguntó antes y se cuadró todo. El resto que cobran es improvisación. No había policía que hiciera algo alrededor. Parece que en esa isla los nativos mandan”.
