Después de pasar un promedio de nueve meses dentro del vientre materno, el bebé al nacer vive una etapa de adaptación al ambiente exterior, donde se expone a estímulos propios de este nuevo ambiente.
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Este periodo de “recién nacido” se extiende hasta por los primeros 28 días de vida y es fundamental en el desarrollo del sistema inmune, entre otros aspectos de la vida extrauterina del niño.
A continuación, una serie de acciones puntuales que les permitirán a las nuevas madres sobrellevar este periodo, obteniendo los mejores resultados para el bebé, en términos de salud.
- Durante los primeros días limpie el cordón umbilical en forma circular con una gasa impregnada de alcohol antiséptico, sin devolverse.
- Antes de amamantarlo, lávese las manos con agua y jabón. También, procure que sus senos también se encuentren limpios.
- Alimente al bebé con leche materna exclusiva y a libre demanda, a menos de que hayan contraindicaciones de parte del médico por alguna enfermedad.
- Para evitar que ingiera aire si le da biberón, asegúrese que se encuentre lo suficientemente inclinado como para que la leche ocupe todo el chupo y no se formen burbujas de aire que pueda tragar.
- Es normal que dure hasta cuatro días sin generar deposiciones. En este caso, masajee su estómago en dirección de las manecillas del reloj, si pasan más días y no se producen deposición, consulte al pediatra de inmediato.
- Durante los primeros días él recién nacido suele tomar una coloración pálida conocida como ictericia. Procure colocarlo en pañal a la luz del sol de la mañana de 10 a 15 minutos. Si persiste la palidez consulte al pediatra.