
Los seres humanos estamos dispuestos a conseguir distintas formas de placer, algunos mediante prácticas extremas como el sadomasoquismo, otros con caricias, masturbación o a través de prendas provocadoras; pero existe otro tipos de personas que llegan a un completo estado de excitación usando extraños fetiches sexuales.
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Según la sexóloga Flavia Dos Santos, los fetiches se dan en el momento que se fantasea con imágenes sexuales en la niñez.
"Ese placer se asocia con un determinado momento de su vida, por ejemplo su primera erección se dio por un objeto y eso queda grabado en la memoria, su mente va a recurrir a este tipo de recuerdos para excitarse", comentó la especialista.
La sexóloga brasileña dijo que para ella no existe ninguna rareza en este tema, "no es extraño, solo se vuelve un problema cuando la persona se vuelve dependiente y afecta su vida personal y social".
Algunos de estos personajes dejan de comer e ir a trabajar, y es un problema que al extremo hay que tratar con un psicólogo especializado en fijaciones sexuales.
Otra muy utilizada por los fetiches es la Salirofobia, la cual se enfoca en personas que tienen orgasmos al ensuciarse con su pareja. La práctica va desde arrancar la ropa, despeinar a su compañera, correrle el maquillaje, hasta tener fantasías de sumisión y dominación. Es importante no confundir este tipo de prácticas con la salofilia, que consiste en la atracción de oler y saborear los desechos corporales de otra persona.
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Morder también es una de las fantasías sexuales más deseadas en la intimidad, pero cuando la práctica es muy recurrente y obsesiva entonces estamos hablando de una parafilia llamada Odaxelegnia, el placer de morder a su pareja para obtener una sensación placentera y llegar al orgasmo. Este tipo de fetiches se da por un leve sadismo derivado del dolor que pueda soportar la pareja.
Por otro lado se imagina que una mujer puede excitarse con el hecho de vestirse como un hombre, no hay que alarmarse, pero ese tipo de prácticas son recurrentes en las parejas. Lo que no es normal es que la mujer puede excitarse con el solo hecho de vestirse como hombre y pueda llegar al climax solo con vestir un sastre. El nombre de este fetiche es Autoandrofilia y ellas utilizan este tipo de prácticas para actos preliminares antes del coito.
La sexóloga Flavia Dos Santos finaliza comentando que es paradójico que los objetos sexuales no sean considerados fijaciones sexuales.
"Los vibradores y objetos sexuales no son considerados fetiches, que una persona tiene siempre que utilizar un vibrador para tener relaciones sexuales no se considera que tenga alguna parafilia, entonces hay que revisar las preferencias subjetivas de cada persona a la hora de tener un encuentro sexual".
Estos son algunos de los fetiches más extraños
Uno de los fetiches más inusuales es el Ursusagalamatofilia, que tiene relación con las personas que les gusta tener sexo vestidos con disfraces de animales o con personas que visten prendas de peluches. En Estados Unidos se dio el caso de un joven de 28 años llamado Charles Marshall, que fue detenido en cuatro oportunidades por tener sexo en público con un oso de felpa en Cincinnati. "Por temas hormonales tiene una erección o una excitación con un peluche en su infancia y eso queda grabado en la mente, entonces en el momento que la persona quiere tener una erección utiliza este tipo de cosas para volver a sentir esas sensaciones", dijo Dos Santos. Lea también: Películas en las que el sexo fue real El parcialismo es la tendencia de personas que se excitan con el hecho de ver a una mujer usando tacones en el volante oprimiendo el acelerador, este fetiche es más conocido como 'tacones del pedal', y se dice que las personas sujetas a este tipo de parafilias sexuales son incapaces de mantener relaciones si no pueden hacer uso de ese estímulo.